El 27 de marzo de 1998, la agencia federal norteamericana FDA autorizó la venta en farmacias del medicamento sildenafilo para tratar la disfunción eréctil -con frecuencia también llamada impotencia masculina- bajo el nombre comercial de Viagra. Fue un antes y un después para muchas parejas en las cuáles al menos uno de los miembros sufría este problema, derivado de desórdenes psicológicos o fisiológicos. Muchos hombres que hasta entonces habían tenido que someterse a costosos y dolorosos tratamientos para lograr una erección, vieron su problema resulto con la ingesta de una simple, aunque cara, pastilla.
Para muchos de ellos el Viagra fue un gran salto adelante que les permitió alcanzar una normalidad sexual -en lo que se refiere a la penetración- que antes les era vetada o dificultada por culpa de su trastorno. Pero también para no pocas personas ha supuesto una suerte de varita mágica que les ha permitido multiplicar su capacidad de erección más allá de lo habitual.
¿Se puede hablar del Viagra como de un agente revolucionario en las relaciones sexuales? ¿Mejora la calidad de las mismas? ¿Cuáles son sus verdaderos límites? ¿Hay peligro de morir de infarto? ¿Es cierto que se te puede caer el pene si abusas? El siguiente artículo quiere aclarar estos y otros aspectos del llamado 'milagro azul', debido al color de los comprimidos, desmontando diez mitos sobre el mismo.
1. El Viagra aumenta el deseo sexual
El Viagra, nombre comercial del sildenafilo, es un potentente inhibidor de la fosfodiesterasa tipo 5 específica del GMP cíclico, la enzima que a su vez degrada el guanosín monofosfáto cíclico (GMP cíclico), el compuesto encargado de llenar el pene de sangre. En muchos casos de disfunción eréctil, el problema es que la actividad de dicha enzima no permite niveles plasmáticos de GMP cíclico suficientes para activar la erección, que se da por la entrada masiva de sangre. El Viagra soluciona este problema temporalmente y por lo tanto promueve erecciones, llamémoslas, químicas.
Tarda en hacer efecto media hora tras la ingesta de la pastilla y ofrece a partir de entonces erecciones automáticas durante unas cuatro horas. Ahora bien, no interviene sobre la líbido de la persona en modo alguno y por lo tanto no puede provocar ni aumentar el deseo sexual. Aumenta, eso sí, la potencia eréctil de la persona y le permite mantener un coito prolongado o tener varios coitos en un espacio corto de tiempo, ya que después del coito y la eyaculación, el pene recupera fácilmente su posición erecta.
2. El Viagra incrementa la sensibilidad del pene y el placer sexual
Es totalmente falso que el Viagra incremente el placer sexual por si mismo; simplemente provoca una erección duradera y automática que dura varias horas. De hecho, algunas personas que toman Viagra como una droga más de fin de semana, la combinan a veces con Extasis, ya que el MDMA sí incrementa la sensibilidad de la piel y puede aumentar la potencia de los orgasmos. Al producto de esta mezcla se le apoda 'sextasis'.
3. El Viagra ha acabado con la impotencia masculina
Hay un 30% de pacientes que no responden bien al tratamiento con sildenafilo y compuestos análogos. Ya sea porque su patología no está relacionada con la actividad fosfodiesterasa tipo 5 específica de GMP cíclico o porque el uso de Viagra les está contraindicado. Estas personas tienen que seguir otros tratamientos y en la actualidad se está probando el uso de un derivado de la morfina llamado apomorfina.
La apomorfina, que se utiliza como medicamento para enfermos de Alzheimer, actúa en las zonas cerebrales relacionadas con la erección del pene y puede ser útil para vencer la disfunción en personas que no presenten buena respuesta al Viagra y medicamentos homólogos. De ser aprobado como medicamento, su uso sería oral pero en spray.
4. El Viagra soluciona los problemas sexuales de origen psicológico
Las personas con disfunción eréctil de origen psicológico pueden tener con el Viagra una erección prolongada sin problemas, lo cual les puede ayudar a vender miedos, inseguridades, frustraciones, etc., y por tanto reactivar su deseo y su salud sexual y la de su pareja. Pero también se ha reportado algún caso en los que personas sin problemas de erección han adoptado el uso del Viagra como 'droga sexual' para mejorar su rendimiento, hasta el punto de hacer del medicamento una muleta psicológica sin la cual no pueden tener relaciones coitales satisfactorias.
5. El Viagra es el único medicamento a la venta para la disfunción eréctil
En 2013 venció la patente de la farmacéutica Pfitzer sobre el sildenafilo y desde entonces hay en el mercado numerosos genéricos a precio más bajo. Aproximadamente un comprimido genérico cuesta unos cinco euros, cuando el precio del Viagra se sitúa en los 11 euros. También otras farmacéuticas han comercializado homólogos bajo nombres como Cialis o Levitra.
6. Cualquiera puede comprar Viagra en farmacias
Legalmente, todos estos medicamentos solo se pueden adquirir con receta médica en farmacias. Es decir, solo un médico puede prescribir uno de estos fármacos, que no están indicados a personas sin problemas de disfunción eréctil.
7. El Viagra solo se puede comprar en las farmacias
Existen numerosas páginas de internet que ofrecen homólogos del Viagra a precios asequibles, y de hecho muchas personas los compran para aumentar su potencia sexual durante el fin de semana o ante una cita importante. Bien porque toman drogas que disminuyen la potencia o porque en su opinión la imagen que su pareja tenga de ellos dependerá de su capacidad de mantenerse erectos. Pfizer calculó en 2013 que la venta ilegal por internet de homólogos y derivados del Viagra movía más de 1.500 millones de euros.
Algunos de estos medicamentos adquiridos en la Red, como los genéricos, Cialis o Levitra, son fiables si no han sido alterados o falseados. Otros compuestos vendidos a precios más bajos y de supuesto origen natural, como el llamado 'furunbao' o el 'huan he', están prohibidos en nuestro país y en algunos casos se ha detectado en su composición sildenafilo. Los expertos recomiendan evitarlos por no estar clara su formulación y carecer de garantías.
8. Tomar Viagra sin receta es peligroso
La mayoría de las personas que toman Viagra o homólogos sin receta médica tienen erecciones prolongadas sin mayores problemas. En general, el Viagra no entraña peligros salvo para determinadas personas. Por ejemplo, con problemas cardiovasculares y que están tomando óxidos nítricos, nitritos y nitratos orgánicos. También se desaconseja a las personas que han inhalado nitrato de amilo, la droga conocida como 'poppers'. Las personas con insuficiencia hepática o renal severa tampoco deben tomarlo, así como aquellas que sufran de hipotensión arterial o hayan tenido un infarto de miocardio reciente.
Finalmente, las personas con patología de retina degenerativa de tipo hereditario, incluidos desórdenes fosfodiasterásicos retinianos, también deben abstenerse. De todos modos, siempre es desaconsejable tomar este tipo de medicamentos si no hay necesidad, sobre todo mezclados con otras drogas que puedan tener incidencia sobre la tensión arterial, como es el caso de la cocaína. El Viagra es un medicamento, no un estimulante.
9. Si abusas del Viagra puedes perder el pene
Entre los efectos secundarios del Viagra está el priapismo, que es un trastorno que provoca una erección prolongada a lo largo del tiempo y sin disminución. Uno de los efectos del priapismo es un intenso dolor en toda la zona genital. Además, si se prolonga demasiado puede dar lugar a disfunciones eréctiles crónicas, pero nunca a la pérdida del pene por gangrena. Este y otros efectos secundarios son raros y minoritarios, pero pueden verse potenciados con el abuso de este tipo de medicamentos, por lo que se recomienda no exceder la dosis máxima de 100 miligramos.
10. El Viagra solo sirve para paliar la disfunción eréctil
El sildenafilo comenzó a usarse para tratar la hipertensión arterial y la angina de pecho, pero casualmente se descubrió la respuesta que tenía sobre el pene, por lo que se probó con éxito en pacientes con disfunción. También se usa para paliar el mal de altura en deportes de riesgo como el alpinismo, e incluso un par de estudios, aunque poco contrastados, aseguran que es eficiente para pasar la grasa blanca a grasa marrón y por lo tanto es un buen 'quemagrasas'.