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Ana Mato se va pero se queda

No es un adiós, es un hasta luego. La exministra que no vio un Jaguar en su garaje y viajó a Eurodisney en clase Gürtel abandona el Gobierno, pero seguirá sentada en su escaño en el Congreso como “diputada rasa”. Lleva en política desde 1983; no hay otro trabajo al que volver. La propia Ana Mato que considera que su presencia en el Consejo de Ministros puede “perjudicar al Gobierno” no ve problema alguno en perjudicar al Parlamento, ese lugar donde no desentona una persona que se ha lucrado con una trama corrupta. Total, el partido con más diputados en el hemiciclo, el PP, también está señalado en el mismo juzgado y por la misma razón: por lucrarse con la Gürtel.

Por el lado del Gobierno, le toca dimitir a Ana Mato. Por el lado del PP, aquí no dimite ni dios.

Están imputados todos los tesoreros de la historia de esta formación, hay uno incluso en prisión. La sede central del partido se pagó con dinero negro y durante años está acreditado que funcionó un sistema ilegal de financiación con ‘donativos’ de generosas empresas que, casualmente, contrataban por millones con la Administración. El PP no fue una víctima de la Gürtel: fue cómplice de esta trama corrupta.

¿Responsable político? La gaviota. O el 'pequeño Nicolás'. O algún propio que pasase por allí.

Desde la derecha culpan ahora al juez Pablo Ruz por hacer su trabajo: por sacar adelante la instrucción de un caso, la Gürtel, que ya iba por su quinto año triunfal. Dicen que ha escogido a propósito la fecha de este auto para fastidiar al presidente del Gobierno el Pleno monográfico en el Congreso sobre corrupción.

El juez tiene prisa, pero no por aguar el enésimo discurso pomposo de Mariano Rajoy. Va corriendo porque sabe que es posible que en un mes le toque abandonar el juzgado de la Audiencia Nacional y quiere dejar el trabajo hecho. El mismo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que hace apenas cinco meses alababa su instrucción, el mismo que barajó dejarle como juez de apoyo para agilizar el juzgado más complicado de toda España, el central cinco de instrucción, ahora no tiene tan claro que este incómodo magistrado deba seguir en acción.

Después de la dimisión de Mato, el PP querrá dimitir a Pablo Ruz. Del politizado CGPJ depende que lo puedan conseguir.

No es un adiós, es un hasta luego. La exministra que no vio un Jaguar en su garaje y viajó a Eurodisney en clase Gürtel abandona el Gobierno, pero seguirá sentada en su escaño en el Congreso como “diputada rasa”. Lleva en política desde 1983; no hay otro trabajo al que volver. La propia Ana Mato que considera que su presencia en el Consejo de Ministros puede “perjudicar al Gobierno” no ve problema alguno en perjudicar al Parlamento, ese lugar donde no desentona una persona que se ha lucrado con una trama corrupta. Total, el partido con más diputados en el hemiciclo, el PP, también está señalado en el mismo juzgado y por la misma razón: por lucrarse con la Gürtel.

Por el lado del Gobierno, le toca dimitir a Ana Mato. Por el lado del PP, aquí no dimite ni dios.