El juez Elpidio Silva acaba de ser imputado, acusado de filtrar los correos de Miguel Blesa. No es un asunto menor: podría acabar en prisión. Se enfrenta a penas de entre dos y cuatro años de cárcel por los presuntos delitos de infidelidad en la custodia de documentos y revelación de secretos. Todo el caso se sujeta sobre un testimonio peculiar: el de una mujer, Susana García Romera, que se presenta como su examante. En su primera declaración ante la Policía y la Fiscalía, esta testigo aseguró que Silva practicaba “magia negra” contra ella y le había pinchado su teléfono. La mujer incluso aseguró que temía que le mandara “un sicario”.
La Policía no se tomó demasiado en serio aquella caótica acusación. En su informe, los agentes aseguraron que esta mujer pecaba de “cierta credulidad” y que los indicios que aportaba eran “de escaso valor probatorio”. Pese al informe policial, la jueza que lleva el caso, Susana Polo, decidió abrir una causa contra Elpidio Silva con el testimonio de esta mujer como principal y casi única prueba. Además, dio a la mujer el estatus de testigo protegida.
Casualmente, la declaración de esta mujer ocurrió apenas una hora antes de que Miguel Blesa nos enviara un burofax, amenazando a eldiario.es para que no siguiese publicando sus correos.
El vodevil de la testigo protegida de la magia negra no acabó aquí. Durante meses, Susana García Romera estuvo cobrando por su colaboración con la justicia –en total, 4.000 euros–, pero la testigo desapareció. Durante meses, la causa contra Elpidio Silva ha estado parada y ahora acaba de resurgir.
En su auto de hace unas horas, la jueza Susana Polo revela que la testigo García Romera también acusa a eldiario.es de participar en esta filtración, pagando por la información. Este es el párrafo en cuestión:
Ante una acusación así de grave –pagar un soborno a un juez para que incumpla la ley y nos filtre una información–, como director de eldiario.es tengo seis cosas que decir:
1. Es completamente falso que eldiario.es haya comprado esta información ni ninguna otra. Pagamos a los periodistas, nunca a las fuentes. Otros medios lo hacen. No eldiario.es, por una razón: porque prefiero perder una exclusiva que fomentar que alguien pueda fabricar una noticia falsa para ganar dinero vendiéndola.
2. Es completamente falso que el juez Elpidio Silva fuese la persona que nos entregó los correos, ni gratis ni pagando. La Constitución ampara el derecho de los periodistas al secreto profesional y a no revelar sus fuentes. No desvelaré quién nos pasó esa información, una fuente anónima que fue derivada por el Partido X. Pero si la jueza tiene a bien llevarme a declarar como testigo antes de mencionarme en algún otro auto –cosa que hasta ahora no ha hecho–, sí testificaré que Elpidio Silva no fue.
3. Tampoco es exacto que la testigo García Romera asegurase que Elpidio le hubiese dicho que iba a vender los correos “a Ignacio Escolar, creador de eldiario.es”, como afirma el auto. En realidad, dijo esto otro, según aparece en el propio sumario judicial, en la declaración de la propia testigo ante el fiscal:
Supongo que si la jueza Susana Polo explicase en su auto que la testigo se refería a “Ignacio Escolar de El Mundo”, y que García Romera sabe que pagué al juez por los correos porque lo he confesado yo mismo en la intimidad de Twitter (delante de mis mejores 470.000 amigos), lo mismo la acusación tenía algo menos de credibilidad.
4. He dado instrucciones a nuestros abogados para que estudien acciones legales contra la testigo Susana García Romera, que nos acusa falsamente de sobornar a un juez para comprar información.
5. Gracias a aquella investigación periodística de eldiario.es con los correos de Blesa, se destapó el caso de las tarjetas 'black'. Cuando publicamos aquella exclusiva, en diciembre de 2013, la Fiscalía no movió un dedo, salvo para defender el derecho a la intimidad de Miguel Blesa y advertir a los medios de que “la mera difusión” de esos correos podría ser un delito. Es lamentable que la prioridad de la justicia fuese esa, y que hoy el juez Elpidio Silva se enfrente a penas de cárcel más severas que las de muchos de los dirigentes de esa caja quebrada a los que intentó procesar.
6. Moleste a quien moleste, eldiario.es no se va a callar.
El juez Elpidio Silva acaba de ser imputado, acusado de filtrar los correos de Miguel Blesa. No es un asunto menor: podría acabar en prisión. Se enfrenta a penas de entre dos y cuatro años de cárcel por los presuntos delitos de infidelidad en la custodia de documentos y revelación de secretos. Todo el caso se sujeta sobre un testimonio peculiar: el de una mujer, Susana García Romera, que se presenta como su examante. En su primera declaración ante la Policía y la Fiscalía, esta testigo aseguró que Silva practicaba “magia negra” contra ella y le había pinchado su teléfono. La mujer incluso aseguró que temía que le mandara “un sicario”.
La Policía no se tomó demasiado en serio aquella caótica acusación. En su informe, los agentes aseguraron que esta mujer pecaba de “cierta credulidad” y que los indicios que aportaba eran “de escaso valor probatorio”. Pese al informe policial, la jueza que lleva el caso, Susana Polo, decidió abrir una causa contra Elpidio Silva con el testimonio de esta mujer como principal y casi única prueba. Además, dio a la mujer el estatus de testigo protegida.