El jueves a las nueve de la noche, el Ministerio del Interior comunicó la destitución del máximo responsable policial de la lucha contra corrupción, José García Losada, el comisario general de la Policía Judicial, el hombre que dirigía las investigaciones policiales de casos como el Bárcenas y la Gürtel. No será el único. Los detalles de este relevo y los que están por llegar explican muy bien qué clase de comisarios (políticos) quiere el PP. La salida de Losada estaba cantada desde hace tres meses. A principios del verano, el director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, le citó junto a otro de los comisarios claves en la lucha contra la corrupción: Manuel Vázquez, el jefe de la Unidad de Delitos Económicos (UDEF). Cosidó no estaba contento con Losada y Vázquez: no habían sido capaces de parar algunos de los informes más duros de la UDEF contra el PP. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, estaba muy molesto con la Policía por difundir los regalos de la Gürtel a la ministra Ana Mato y su viaje a Eurodisney.
Cosidó hizo a los comisarios una oferta que no podían rechazar. En vez de echarlos, les pidió que escogiesen un nuevo puesto para camuflar su destitución como un cambio de destino a petición propia. Cosidó quería amortiguar el escándalo. Losada era ya el segundo comisario general de la Policía Judicial nombrado por el Gobierno de Rajoy; al primero lo echaron a los seis meses por investigar el ático en Marbella del presidente de Madrid, Ignacio González. Cosidó buscaba una salida pactada, pero los comisarios se negaron: el Gobierno los podía destituir, pero ellos no se iban a marchar.
La suerte estaba echada cuando una carambola salvó a los dos comisarios. Fue el 15 de julio, con la publicación de los SMS entre Bárcenas y Rajoy. El presidente se defendió argumentando que «la mejor prueba» de que no había cedido al «chantaje» era «que los fiscales, el juez, los policías son los mismos que llevaban el caso» cuando ganó las elecciones. La excusa del presidente blindó a los mandos policiales, al menos por unos meses. Losada ha caído este jueves. Vázquez será destituido en los próximos días.
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El jueves a las nueve de la noche, el Ministerio del Interior comunicó la destitución del máximo responsable policial de la lucha contra corrupción, José García Losada, el comisario general de la Policía Judicial, el hombre que dirigía las investigaciones policiales de casos como el Bárcenas y la Gürtel. No será el único. Los detalles de este relevo y los que están por llegar explican muy bien qué clase de comisarios (políticos) quiere el PP. La salida de Losada estaba cantada desde hace tres meses. A principios del verano, el director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, le citó junto a otro de los comisarios claves en la lucha contra la corrupción: Manuel Vázquez, el jefe de la Unidad de Delitos Económicos (UDEF). Cosidó no estaba contento con Losada y Vázquez: no habían sido capaces de parar algunos de los informes más duros de la UDEF contra el PP. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, estaba muy molesto con la Policía por difundir los regalos de la Gürtel a la ministra Ana Mato y su viaje a Eurodisney.
Cosidó hizo a los comisarios una oferta que no podían rechazar. En vez de echarlos, les pidió que escogiesen un nuevo puesto para camuflar su destitución como un cambio de destino a petición propia. Cosidó quería amortiguar el escándalo. Losada era ya el segundo comisario general de la Policía Judicial nombrado por el Gobierno de Rajoy; al primero lo echaron a los seis meses por investigar el ático en Marbella del presidente de Madrid, Ignacio González. Cosidó buscaba una salida pactada, pero los comisarios se negaron: el Gobierno los podía destituir, pero ellos no se iban a marchar.