Opinión y blogs

Sobre este blog

La impunidad

Los hechos probados: varios dirigentes de Unió Democrática de Catalunya robaron de los fondos europeos para financiar ilegalmente el partido. Fueron varios cientos de miles de euros de una partida para formación de desempleados catalanes. Por ser aún más claros: Unió robó el dinero a los parados. El caso se ha pasado 14 años enredado en los juzgados y, tras esta eternidad, ninguno de los acusados, hoy confesos, han acabado convictos: todos ellos se librarán de la cárcel porque las condenas son inferiores a los dos años. Unió devuelve el dinero y aquí paz y después gloria. Y el que diga lo contrario es un enemigo de la patria catalana.

Por supuesto, el que entonces ya era presidente del partido que robó a los parados sigue ahí, como si nada. Duran i Lleida no pide perdón ni se da por aludido ni mucho menos renuncia al cargo. Ni siquiera ha dicho nada desde que se supo que Unió admitía el delito y devolvía la pasta. La cosa no va con él, a pesar de que en su momento aseguró que dimitiría si se probaba la financiación ilegal de su partido, que esto era una “campaña política para desacreditarlo”. ¿Somos todos esclavos de nuestras palabras o esto no cuenta para los que duermen a diario en el Hotel Palace?

Pero que Duran siga de portavoz de CiU en el Congreso como si nada, dando lecciones de ética a los jornaleros andaluces, no es lo único escandaloso de este caso. Tan preocupante es la generosidad de la fiscalía al ofrecer esta dignísima salida a los corruptos, un pacto que evita a Unió consecuencias aún más graves. Entre bomberos no se pisan la manguera y, además, la U de CiU es el interlocutor del Gobierno ante la Generalitat; tal vez esto también explique esos indultos a otros corruptos del partido de Duran i Lleida hace no tanto.

El mensaje para los ciudadanos es, una vez más, insultante: otra gota más en un vaso cada día más cerca de ser colmado. La corrupción política queda de nuevo impune: es un juego de la oca donde los corruptos pueden acabar con una sentencia suave, con un pacto favorable, con el delito prescrito, con un defecto de forma o con un indulto. ¿Condenado y en la cárcel? Rara vez. Esto es España.

Los hechos probados: varios dirigentes de Unió Democrática de Catalunya robaron de los fondos europeos para financiar ilegalmente el partido. Fueron varios cientos de miles de euros de una partida para formación de desempleados catalanes. Por ser aún más claros: Unió robó el dinero a los parados. El caso se ha pasado 14 años enredado en los juzgados y, tras esta eternidad, ninguno de los acusados, hoy confesos, han acabado convictos: todos ellos se librarán de la cárcel porque las condenas son inferiores a los dos años. Unió devuelve el dinero y aquí paz y después gloria. Y el que diga lo contrario es un enemigo de la patria catalana.

Por supuesto, el que entonces ya era presidente del partido que robó a los parados sigue ahí, como si nada. Duran i Lleida no pide perdón ni se da por aludido ni mucho menos renuncia al cargo. Ni siquiera ha dicho nada desde que se supo que Unió admitía el delito y devolvía la pasta. La cosa no va con él, a pesar de que en su momento aseguró que dimitiría si se probaba la financiación ilegal de su partido, que esto era una “campaña política para desacreditarlo”. ¿Somos todos esclavos de nuestras palabras o esto no cuenta para los que duermen a diario en el Hotel Palace?