“Quiero dar el pésame a los padres y felicitar a la madre por el mensaje que ha dado, que me parece de altura. Sobre todo en relación con lo que estamos leyendo en redes sociales, un discurso de odio que creo que está azuzado por tres motivos: porque, además de ser una presunta asesina, es una mujer, es una inmigrante y es negra”.
Las frases con las que abro este artículo son mías y no me arrepiento de ellas, a pesar de los disgustos que me han dado. Lo dije este lunes –12 de marzo de 2018–, en Al Rojo Vivo, tras escuchar a la madre del niño asesinado en Almería, pidiendo que parasen los mensajes de rabia en las redes sociales. Poco después, un diario digital que hasta hoy desconocía manipuló mis afirmaciones y se inventó un titular, entrecomillando una frase supuestamente literal que nunca he dicho.
Se trata de CasoAislado.com, un panfleto de extrema derecha y no exagero al calificarlo así. Allí es fácil leer textos racistas, machistas y homófobos. Las feministas son “feminazis”, los inmigrantes y los musulmanes son delincuentes y hay artículos defendiendo al grupo ultra Hogar Social Madrid. Visto el percal y la irrelevancia de esta web, no le di más importancia al titular e ignoré el asunto. Qué equivocado estaba.
Horas más tarde, otros dos medios de extremo centro se sumaron a la causa: Libertad Digital y La Gaceta. Después se apuntó Periodista Digital, por supuesto con su habitual estilo. Gracias a ellos, mi nombre se ha convertido en trending topic en Twitter por una frase que jamás he dicho, por una reducción hasta el absurdo de mis palabras, por una manipulación de libro.
No os quiero aburrir con los cientos de insultos que he recibido en las últimas horas. Si alguien tiene curiosidad, están todos publicados y es el habitual pasillo de las collejas. El discurso de odio que te cae cuando criticas un discurso de odio y mienten sobre lo que realmente has dicho.
Respecto a lo que sí dije, el párrafo con el que arranco este artículo, me reafirmo en él letra por letra. Tampoco creo que sea tan difícil de entender. Visto el modo en que han manipulado mis palabras, las explicaré al detalle.
Cuando digo que quiero dar el pésame a los padres es porque no me puedo imaginar un dolor mayor que el que ahora están pasando. Yo también tengo un hijo, de nueve años. Es triste tener que recalcar algo tan básico como que estoy del lado de los padres de Gabriel en su sufrimiento. Como todos ante un crimen así, no solo aquellos que exigen pena de muerte o cadena perpetua para los criminales.
Cuando felicito a la madre de Gabriel por su mensaje me refiero a esta entrevista en Onda Cero, donde pidió “que no se extienda la rabia” en las redes sociales. Acabábamos de escuchar sus declaraciones en Al Rojo Vivo y por eso las menciono sin explicarlas en más detalle. “Que nadie retuitee cosas de rabia porque ese no era mi hijo y esa no soy yo”, pidió en la radio. Es evidente que esta madre se refería a mensajes como estos:
Cuando hablo de un discurso de odio en las redes sociales me refiero a los tuits de este pelaje, igual que la madre de Gabriel habla de rabia. El domingo, “puta negra” fue trending topic en España. “Puta negra de mierda”, era la frase completa. Lamentablemente, estos mensajes xenófobos, racistas y machistas ni siquiera son exclusivos de algunos descerebrados en Twitter, que utilizan la entendible indignación ciudadana ante este trágico suceso para sacar a pasear su discuso racista y machista. También han llegado a los titulares de muchos periódicos.
Es obvio que la primera razón que provoca estos mensajes de odio es el crimen en sí y la repulsa que provoca, no el racismo, la xenofobia o el machismo. No he dicho en ningún momento lo contrario y así queda claro en lo que afirmé en La Sexta. Pero estos medios omitieron esta parte de mi frase en sus titulares, recortando cuando digo que el discurso del odio nace por “ser una presunta asesina”. No dejes que la realidad te estropee una noticia.
Y cuando hablo de presunta asesina, utilizo el término adecuado porque la acusada aún no ha sido sentenciada. Supongo que muchos preferirían la lapidación rápida y sin juicio, el mismo domingo cuando fue detenida; cuando una multitud pedía a gritos que la sacaran del cuartel de la Guardia Civil para que pudiera recibir “justicia”. Yo prefiero otra justicia, la del Estado de derecho, incluso ante los crímenes más abyectos.
Estoy en contra de la cadena perpetua, en contra del populismo punitivo y a favor de los derechos humanos. Hasta los peores criminales tienen derecho a un juicio justo y a la presunción de inocencia. Son mis valores y los defenderé cada día, en voz alta, sin miedo a los insultos. Incluso en días como hoy, en los que el asesinato de un niño inocente nos hace pensar con las vísceras.
“Quiero dar el pésame a los padres y felicitar a la madre por el mensaje que ha dado, que me parece de altura. Sobre todo en relación con lo que estamos leyendo en redes sociales, un discurso de odio que creo que está azuzado por tres motivos: porque, además de ser una presunta asesina, es una mujer, es una inmigrante y es negra”.
Las frases con las que abro este artículo son mías y no me arrepiento de ellas, a pesar de los disgustos que me han dado. Lo dije este lunes –12 de marzo de 2018–, en Al Rojo Vivo, tras escuchar a la madre del niño asesinado en Almería, pidiendo que parasen los mensajes de rabia en las redes sociales. Poco después, un diario digital que hasta hoy desconocía manipuló mis afirmaciones y se inventó un titular, entrecomillando una frase supuestamente literal que nunca he dicho.