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Por qué quieren desinflar el caso Bárcenas (en nueve claves)

1. Tanto tiran de la manta que al final la manta se puede romper. Por eso Luis Bárcenas está dando marcha atrás. El viernes, su abogado, Miguel Bajo, retó a Hacienda a investigar los sobres en negro en el PP. El lunes, su amigo Jorge Trias –exdiputado del PP– admitió por escrito que los sobresueldos existían. Pero el martes, el extesorero cambió la versión que transmitía su entorno y empezó a negar los sobresueldos. “No ha habido ningún sobre”, aseguró en varias conversaciones telefónicas, según confirma una fuente de su entorno directo que estuvo entre los que habló con él.

2. Es evidente el cambio de estrategia del tesorero en sus “amenazas” al PP. No es el único: ninguna de las partes implicadas directamente en este escándalo ganan nada avivando un fuego cuyas llamas ya no pueden controlar. No le conviene a Bárcenas: si aparece un “recibí” en la prensa (si es que existen), ya no habría nada con lo que negociar. No le conviene al PP: podría ser el fin del Gobierno e incluso del partido. Y no parece que le convenga tampoco ahora a Pedro J. Ramírez, que está rebajando la tensión. Pese a que su reportero de investigación Eduardo Inda ha llegado a afirmar en La Sexta que “miembros del actual consejo han cobrado dinero negro”, Pedro J. no parece tener prisa por seguir con esa veta que él mismo abrió.

3. La tregua de El Mundo no tiene por qué ser definitiva. “Todo esto está relacionado con la situación económica del diario, que no es muy boyante. Nos están apretando para que les ayudemos”, asegura en privado un dirigente del PP. En su partido también confían en que la actualidad aligere la presión, con nuevos temas que desvíen los debates políticos en la radio y la televisión. La dimisión del director de la Fundación Ideas –el socialista Carlos Mulas, cazado por El Mundo con un impresentable sobresueldo con seudónimo– es una inesperada bola extra para el PP. También lo es, de otra manera, la declaración soberanista en Cataluña o el previsible mal dato del desempleo: esos seis millones de parados que en unas horas pueden llenar las portadas. Las noticias funcionan como cualquier líquido más: todo cuerpo sumergido en los titulares experimenta un empuje hacia arriba que solo suele cesar cuando llega otro tema del que hablar. Urdangarin, el “duque Em... Palma... Do” también ayudará.

4. Al igual que con los sobres, la versión sobre el origen de los millones de Suiza que transmite el entorno de Bárcenas también ha sufrido una curiosa mutación. Primero era “de varios socios”, “unos empresarios de Sudamérica”, como afirmó en televisión uno de sus abogados. Ahora se ha convertido en un dinero procedente de inversiones inmobiliarias y compraventas de cuadros, como aseguró a El País. La historia ha cambiado, según confirman dos fuentes, porque Bárcenas quiere desviar el tiro para no perjudicar a su protector e íntimo amigo: el extesorero del PP Angel Sanchís, el principal propietario del latifundio argentino de La Moraleja SA.

5. “Si Luis Bárcenas tiene un padre se llama Ángel Sanchís”, dice una persona que conoce bien a los dos. Ahora Sanchís está muy alarmado porque su relación con Bárcenas y la cuenta suiza puede complicar mucho su negocio en Argentina, un país muy dado a expropiaciones, más aún si en los titulares aparecen palabras como “PP”, “España” y “cuenta corriente en Suiza”. Sanchís también está preocupado por un importante contrato comercial que mantiene con una conocida multinacional estadounidense poco dada a permitir que su marca se mezcle con un escándalo así.

6. ¿Por qué Sanchís visitó el banco suizo y repasó la cuenta de Bárcenas el 20 de febrero de 2009, unos días después de estallar el caso Gürtel y apenas unas semanas antes de que el dinero desapareciese? Según la explicación que dio a eldiario.es, porque pasaba por allí. “Bárcenas se enteró de que iba a Suiza y me pidió que me pasase por su banco para ver cómo estaban sus inversiones”, aseguró el martes Sanchís. Pero una persona del entorno de Bárcenas ofrece otra versión: Sanchís se asustó tras explotar la Gürtel y quiso partir un fondo bursátil en Suiza cuyo origen se remonta a 1988 y que no tiene relación con la supuesta caja B del PP, aunque muchos de sus protagonistas vengan de Alianza Popular. Según esta misma fuente, el fondo lo gestionaba el propio Bárcenas con el broker Iván Yáñez –hijo de Francisco Yáñez, otro histórico de la tesorería del partido de Manuel Fraga–. Operaban desde el banco en Suiza sobre los valores de la Bolsa de Madrid, sobre las empresas que conocían. Y les fue tan bien –siempre según esta versión– que Bárcenas comenzó con “setenta u ochenta millones de pesetas” y acabó con diez millones de euros, que ahora ha traído a España, a través de una sociedad, con la amnistía fiscal del PP.

7. El año 1988, cuando supuestamente se creo ese fondo en Suiza, no es una fecha casual. Fue en esa época cuando Luis Bárcenas –como Francisco Yáñez, Ángel Sanchís y otros más– salieron de la sede de Alianza Popular tras ser derrotada la candidatura de Herrero de Miñón por Hernández Mancha. Dejaron por un par de años la política activa, fue entonces cuando Bárcenas trabajó para Sanchís en Argentina, hasta la vuelta de Manuel Fraga y la refundación de la derecha como Partido Popular.

8. A pesar de los millones en Suiza, Bárcenas aún confía en evitar la prisión. “El dinero ahora está en España de forma legal, amparado por la amnistía fiscal”, dicen desde su entorno. “Pero incluso aunque Hacienda no lo acepte, no hay problema con el dinero en Suiza porque el delito prescribe a los cinco años y solo tiene en cuenta el incremento patrimonial; como todas las inversiones de bolsa, en los últimos años el fondo ha dado más perdidas que beneficios, así que no habría mucho que declarar”.

9. Bárcenas, además, tiene otro problema que supera lo judicial. Es un nudo doble cuyo desenlace y consecuencias resultan hoy difíciles de calcular. Después de toda esta polvareda, ¿se podría permitir el Gobierno que este escándalo terminase como el caso Naseiro, archivado por un defecto de forma y sin una condena ejemplar? Y al contrario, ¿se puede permitir el PP en esta explosiva situación que el hombre que guardaba todos los secretos de la tesorería desde los años de Fraga termine pagando una dura condena en la prisión?

1. Tanto tiran de la manta que al final la manta se puede romper. Por eso Luis Bárcenas está dando marcha atrás. El viernes, su abogado, Miguel Bajo, retó a Hacienda a investigar los sobres en negro en el PP. El lunes, su amigo Jorge Trias –exdiputado del PP– admitió por escrito que los sobresueldos existían. Pero el martes, el extesorero cambió la versión que transmitía su entorno y empezó a negar los sobresueldos. “No ha habido ningún sobre”, aseguró en varias conversaciones telefónicas, según confirma una fuente de su entorno directo que estuvo entre los que habló con él.

2. Es evidente el cambio de estrategia del tesorero en sus “amenazas” al PP. No es el único: ninguna de las partes implicadas directamente en este escándalo ganan nada avivando un fuego cuyas llamas ya no pueden controlar. No le conviene a Bárcenas: si aparece un “recibí” en la prensa (si es que existen), ya no habría nada con lo que negociar. No le conviene al PP: podría ser el fin del Gobierno e incluso del partido. Y no parece que le convenga tampoco ahora a Pedro J. Ramírez, que está rebajando la tensión. Pese a que su reportero de investigación Eduardo Inda ha llegado a afirmar en La Sexta que “miembros del actual consejo han cobrado dinero negro”, Pedro J. no parece tener prisa por seguir con esa veta que él mismo abrió.