Primera entrevista de Mariano Rajoy en prensa desde que está en La Moncloa –casi diez meses van ya– y primera mentira en el titular: “Quien me ha impedido cumplir con mi programa electoral es la realidad”, dice el presidente. Es falso, es otra mentira más. La realidad de esta crisis ya estaba allí cuando Mariano Rajoy prometió bajar los impuestos, no subir el IVA, no crear un banco malo, no abaratar el despido, no implantar el copago, no tocar la sanidad ni la educación...
Ni Rajoy nació anteayer ni el PP puede decir que no sabía lo que se iba a encontrar. Conocían de sobra la desviación del déficit público con el que ahora Rajoy intenta tapar sus vergüenzas: se produjo precisamente en las comunidades autónomas gobernadas por la derecha. Además, desde el propio PP vaticinaban antes de las elecciones un déficit casi idéntico al que después llegó y preparaban, ya en noviembre, las recetas de ese programa oculto que ahora se ha conocido en toda su intensidad. Incluso aunque España hubiese cumplido con el déficit el año pasado, los recortes habrían sido prácticamente iguales, como estaba claro durante la campaña electoral para cualquier que supiese sumar; no olvidemos que el déficit fue mayor de lo previsto, pero que también Europa relajó el plazo para equilibrar las cuentas públicas.
Es obvio que Rajoy conocía perfectamente la situación durante la campaña electoral, así que solo hay dos maneras de explicar sus promesas rotas. O bien el candidato Rajoy nos mintió, nos volvió a mentir y después nos engañó durante la campaña electoral y durante los meses previos a las elecciones andaluzas. O bien estamos ante un peligroso caso de absoluta incompetencia, ante un ingenuo que se creyó su propia propaganda y pensó que bastaría con su advenimiento en La Moncloa para que se abriesen las aguas, bajasen “los chuches” y en España volviese a amanecer.
¿Quién es Rajoy? ¿Un mentiroso o un incompetente? ¿Quién nos gobierna hoy? Parece que estamos en la primera opción porque en la entrevista en ABC nos intenta engañar una vez más; en pocos meses se podrá comprobar. El presidente presume ahora de que los pensionistas se libran de los recortes. ¿La realidad? La veremos después de la publicidad: en cuanto los gallegos terminen de votar.