Aitzole Araneta (Donostia, 1982) es sexóloga, activista transfeminista y actriz. También es técnica de igualdad y portavoz de Elkarrekin Podemos-IU-Equo en el Ayuntamiento de Donostia. En 2019, cuando encabezó la lista de su partido en las elecciones a Alcalde de la capital guipuzcoana, se convirtió en la primera mujer en condición de transexualidad en encabezar unas listas para una alcaldía en España. Pero Aitzole Araneta, ante todo, es quien ella sabe que es. Sin dudas, sin debates y sin que nadie lo cuestione como históricamente se ha hecho. “Las personas trans no somos un engaño ni pretendemos engañar a nadie, hacemos nuestra lucha de la manera más honesta posible. Simplemente luchamos por algo que los demás dan por hecho y es ser quien somos. Es algo tan sencillo como eso. Queremos desarrollar nuestras vidas en paz sin que se nos cuestione constantemente”, cuenta Araneta a este periódico.
Este sábado recogerá un premio justo por eso, por ser quien ella es. Según confiesa, se trata probablemente del reconocimiento más importante y especial que llegue a recibir jamás. Se lo entregará la asociación de familias de menores en situación de transexualidad Naizen por ser “un referente de vida digna para muchas personas”. “Por culpa del rechazo por ser quien soy no he podido vivir mi infancia ni mi adolescencia con plenitud y creo que eso es algo que no se merece nadie y menos un niño o una niña. Tenemos que seguir luchando para que cada vez haya menos gente que tenga esa sensación de infancia y de adolescencia perdida”, indica.
En alguna ocasión se ha llegado a definir a sí misma como “un salmón a contracorriente”. ¿A qué se refiere con esa frase?
Es una imagen simbólica. Los salmones van siempre en contra de la corriente y considero que es algo que históricamente nos ha ocurrido a las personas en situación de transexualidad. Hay una serie de normas escritas y no escritas acerca de cómo debe ser un hombre y cómo debe ser una mujer y nosotras no encajamos en esa forma determinada de ser uno u otro. Por eso considero que esa metáfora describe bastante bien el camino tortuoso que hemos tenido que recorrer para encontrar nuestro lugar en esta sociedad. Cuando te dicen que no tienes derecho a ser quien eres, al igual que los salmones cuando nadan en contra del torrente del río, te sientes como un pez fuera del agua.
El rechazo de los demás merma no solo la seguridad en ti misma, sino también tus capacidades de vislumbrar un futuro y las posibilidades de creer que vas a tener uno
¿Qué fue lo más complicado para usted a la hora de decir abiertamente que era una mujer?
Lo más complicado fue enfrentarme al 'no' de los demás. Es muy duro cuando los demás te dicen que no eres quien tú sabes que eres. En mi caso, el rechazo fue unánime y no me quiero imaginar cómo fue en el caso de aquellas personas de décadas anteriores que llegaron a sufrir, además del rechazo absoluto de una sociedad, la violencia física y psicológica con 'electroshocks' para que dejaran de ser quienes eran. Esa situación merma no solo la seguridad en ti misma, sino también tus capacidades de vislumbrar un futuro y las posibilidades de creer que vas a tener uno. Lamentablemente considero que por culpa de ese rechazo no he podido vivir mi infancia y mi adolescencia con plenitud y creo que eso es algo que no se merece nadie y menos un niño o una niña. Tenemos que seguir luchando para que cada vez haya menos gente que tenga esa sensación de infancia y de adolescencia perdida.
¿Considera que los niños de hoy en día lo tienen más sencillo o que por el contrario las redes sociales y el aumento de los mensajes de rechazo de la extrema derecha pueden llegar a dificultar aún más su situación?
Vivimos en una época compleja y conflictiva. No creo que los menores lo tengan fácil hoy en día porque hay muchos prejuicios y el rechazo a las personas transexuales no ha dejado de existir. Hay gente que se deja llevar por bulos y tiene una idea distorsionada sobre cómo son nuestras vidas. Nuestras vidas no son muy diferentes a las de los demás, sin embargo, hay discursos que han sido adoptados por ciertos sectores que yo diría que surgen de gente que no conoce directamente a ninguna persona en situación de transexualidad. Las redes sociales juegan un papel fundamental a la hora de distribuir esas imágenes reduccionistas y estereotipadas acerca de quiénes somos y quiénes deberíamos ser, pero, por otra parte, también hay una diferencia fundamental entre mi niñez y adolescencia y las de los niños y niñas de ahora, y es que, el factor de aislamiento hoy en día es menor gracias a que vivimos en la sociedad de la hiperconectividad. A través de las redes sociales se puede encontrar a personas que están pasando por la misma situación que tú y eso hace que no te sientas la única del mundo que va en contra de lo establecido.
Es técnica de Igualdad y portavoz de Ekarrekin Podemos-IU-Equo en el Ayuntamiento de Donostia. En 2019 encabezó la lista de esa coalición a la alcaldía de la capital guipuzcoana. ¿Cree que la diversidad está logrando el hueco que merece dentro de la política?
Me sorprendió saber que era la primera candidata a una alcaldía en situación de transexualidad porque solo fue hace dos años y medio. En ese sentido considero que falta mucho por avanzar. Creo que sí que hay un avance en estos últimos años, mi propia candidatura a la alcaldía de Donostia pudo serlo, también hemos visto otros ejemplos dentro de la política institucional, pero aún nos quedan muchos pasos por recorrer.
Hay gente que se deja llevar por bulos y tiene una idea distorsionada sobre cómo son nuestras vidas, pero la realidad es que no son muy diferentes a las de los demás
¿Qué espacios son los más difíciles de conquistar o a los que más se les dificulta todavía la entrada a las personas trans?
Yo diría que casi todos. Por ejemplo, yo no conozco a ninguna magistrada en situación de transexualidad. Quizás las hay y puede que no se atrevan a expresarlo por las consecuencias negativas que puede tener decirlo y también están en su derecho. De momento, creo que aún faltan referentes en muchísimos sectores. Incluso en sectores que son supuestamente más abiertos y menos conservadores, como puede ser el mundo del arte, ocurre que hay estereotipos o pocos referentes de personas trans.
Usted también es actriz, ¿qué le suele parecer que en ocasiones personas cis hagan papeles de personas trans en lugar de contratar a una actriz o actor en situación de transexualidad directamente?
En su día llegué a trabajar como actriz profesional y tuve miedo de revelar quien soy por lo que pudiera ocurrir. En el momento en que lo hice, me llegaron papeles muy estereotipados y limitados que no me interesaban demasiado, así que dejé ese mundo. A mí, en un futuro, me parecería estupendo que una actriz cis pudiera hacer de una mujer trans y también me parecería estupendo, cosa que hoy no sucede, que una actriz en situación de transexualidad pueda hacer un papel de una persona cis. El debate a día de hoy sigue vigente porque las actrices y los actores trans no hemos optado ni siquiera a papeles decentes de personajes trans. Es lo que hay que cambiar primero para que todas las personas independientemente de su situación puedan llegar a interpretar a cualquier personaje. Cuando surge este debate yo me pregunto: ¿Si hoy en día nos parecería fatal que una persona blanca interpretase a una que no es blanca, por qué no nos ocurre lo mismo cuando un actor hombre cis interpreta a una mujer trans?
Hay que dejar claro que la aprobación de la 'ley trans' no significa que se les vayan a operar los genitales a menores de seis años, porque eso, directamente está prohibido
La 'ley trans' suscitó mucha polémica, no solo entre los sectores que abiertamente se posicionan en contra del colectivo, sino entren algunas feministas que opinan que puede llevar a un 'borrado de mujeres' e incluso entre asociaciones de menores trans, ya que la nueva norma no contempla el cambio de género en el Registro Civil hasta los 14 años. ¿Qué opinión tiene al respecto?
Considero que muchas de las personas que rechazan lo que somos es porque directamente no conocen o no tienen en su entorno a ninguna persona que viva una realidad de transexualidad. Ante ese desconocimiento, se pueden dejar llevar por los estereotipos que tanto daño nos hacen. La propia ley, el propio texto, creo que no es perfecto y tiene aspectos manifiestamente mejorables. Yo he estado en la mesa de trabajo de la 'ley trans' y para mí había objetivos muy importantes. Uno de ellos era el tema de que las y los menores pudieran modificar su documentación para que no se sientan discriminados y se sientan protegidos por las instituciones. Ahora mismo la ley da un paso atrás, porque ya se estaban produciendo sentencias en distintos Registros Civiles donde se estaba admitiendo que menores de hasta 11 años pudieran realizar su cambio registral y, sin embargo, el proyecto de ley indica que es a partir de los 14 años. En el tema de menores hay que tener mucho cuidado porque hay bulos que dicen que la 'ley trans' va a servir para hormonar y operar a niños que no saben quiénes son. Hay que dejar claro que la aprobación de esa ley no significa que se les vayan a operar los genitales a menores de seis años, porque eso, directamente está prohibido porque ese cuerpo no está desarrollado y, por tanto, no se le puede operar ni hormonar. Hay otros aspectos que también considero que se tienen que mejorar en la 'ley trans', como el proteger a las personas de nacionalidades extranjeras.
¿Considera que la polémica entre las personas trans y las feministas trans excluyentes logrará zanjase en algún momento?
Debería. No sé si todas las mujeres que se colocan en esas posiciones harán una reflexión algún día o les ocurrirá algo en sus vidas como que conozcan a alguien en situación de transexualidad que les haga replantearse que no deseamos ser nada que no somos. Este debate debe acabar. Ser quien eres no puede ser un debate. No somos un engaño ni pretendemos engañar a nadie, hacemos nuestra lucha de la manera más honesta posible. Simplemente luchamos por algo que los demás dan por hecho y es ser quien somos. Es algo tan sencillo como eso. Queremos desarrollar nuestras vidas en paz sin que se nos cuestione constantemente. Creo que hay una parte que sí que va a entender esto a medida que pase el tiempo y que se haga toda esa pedagogía social que hay pendiente, y espero que la gente que no lo entienda sea cada vez menor. Ser quien eres no es ni un derecho ni un capricho, es una realidad.
Ser quien eres no es ni un derecho ni un capricho, es una realidad
España es uno de los países líder en avances sociales, pero también es escenario de crueles agresiones contra el colectivo LGTBI. ¿A qué cree que se debe?
Cuando se consiguen espacios que habían sido negados, hay sectores que saltan y atacan de una forma más violenta porque son incapaces de asimilar el progreso de la sociedad. Vivimos en un mundo donde los discursos ultra conservadores están adquiriendo mucha difusión, poder e incuso entrando en el ruedo institucional. Lo estamos viendo con muchos discursos racistas, xenófobos y también tránsfobos a lo largo de Europa y también en otras latitudes. Cuando las minorías van ganando visibilidad y derechos ocurre que hay reacciones en contra.
El sábado recibirá un premio de la asociación Naizen por ser “un referente de vida digna para muchas personas”. ¿Qué supone este premio para usted?
Yo no sé si voy a recibir en mi vida un premio más importante que este, porque me lo dan por ser quien soy y por ser como soy. Me podrán llegar a dar premios por cosas que haga, pero no sé si me llegarán a dar otro premio por ser quien soy. Que me lo de la asociación Naizen, que son familias pioneras que han dinamitado la imagen, los estereotipos y todas las estrecheces que tienen que ver con la transexualidad, es un orgullo más grande todavía. Son la primera generación de familias que han protegido a sus hijos e hijas como son, sin intentar cambiarles, escuchándoles, respetándoles y acompañándoles. Que hayan pensado en mí como alguien en quien mirarse para tener una vida feliz es un reconocimiento verdaderamente hermoso y muy especial.
¿Qué consejo le daría a alguna niña o niño que esté pasando por un proceso de tránsito?
Le diría que no se avergüence, que piense que las cosas mejoran y que por mucho que esté pasando por momentos malos no está sola ni solo. También querría decir que que piense que sí, que puede ser quien ya es, que puede ser feliz y que puede encontrar a gente que le aprecie, le estime, le desee y le quiera.
¿Y a su familia?
Les diría que no tuvieran miedo, que su hijo o hija no va a desaparecer, no se va a morir y que ellos tampoco se van a morir. Que esto es un ejemplo más que hace que su hijo o hija sea única e irrepetible. No es un punto y a parte, es un punto y seguido. Cuando vemos que el salmón no va a contracorriente del río, sino que baja con él, vemos cómo esos salmoncitos llegan a buen puerto y son capaces de hacer muchas cosas. Lo mismo ocurre cuando a esas niñas y niños se les reconoce tal y como son, que muestran en sus ojos un brillo que es impagable. Eso les diría.