El nieto de Poulidor no es un segundón y bate recórds en la 'classicissima'
Mathieu van der Poel ha ganado el primer monumento de la temporada ciclista, la Milán-San Remo, de casi 300 kilómetros. El dato, en sí mismo, no sería sorpresivo, ya que el neerlandés es siempre uno de los favoritos cada vez que compite. Pero reviste un envoltorio especial. Su abuelo, Raymond Poulidor, levantó los brazos en Liguria en 1961 una de sus grandes victorias teniendo en cuenta que era apodado en Francia el “eterno segundón”. Asimismo, la de 2023 será la ‘classicisima’ entre las ‘classicisimas’ ya que el del Alpecin Deceuninck marcó un nuevo récord de velocidad en la subida final al Poggio.
Van der Poel viene de un 2022 irregular en carretera, con tanto brillo en Flandes y en el Giro de Italia como sombras en las siguientes citas. En el ciclocross, sin embargo, volvió por sus fueros y se proclamó campeón del mundo. Su periplo en ruta en 2023 antes de la Milán-San Remo se limitaba a pruebas italianas en las que no había destacado. Pero una mezcla de buena colocación y fuerza han hecho que este sábado haya estrenado su palmarés de esta temporada a lo grande.
El neerlandés, tras su ataque en el Poggio, llegó en solitario a la meta. Dejó atrás a lo más granado del pelotón: su archirrival, Wout van Aert, que exhibió poca felicidad en el podio, el italiano Filippo Ganna y el multifunción Tadej Pogačar. Van der Poel suma ya tres monumentos en total y dos diferentes. No es un botín menor, ya que solamente 75 corredores en toda la historia tienen también ese número de victorias en las pruebas de un día más selectas del calendario internacional. Solamente son tres los que han conseguido el repóker: Eddy Merckx, Roger de Vlaeminck y Rik van Looy. Próxima parada: Flandes.
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