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Antoon Oudemans y el primer carril bici de la historia

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Bien pudiéramos cada uno de los millones de ciclistas que, a diario, o no tanto, salimos a pedalear cobijados en la seguridad de un carril bici, dedicar un minuto de nuestro tiempo a bendecir la memoria de un neerlandés a quien debemos mucho.

Antoon Cornelius Oudemans nació el 12 de noviembre de 1858 en la ciudad de Batavia —hoy Yakarta—, en las entonces denominadas Indias Orientales Neerlandesas, conocidas en nuestros días como Indonesia. Retornado a Europa, estudió en la Universidad de Utrecht y posteriormente ejerció como profesor en la Arnhem High School. Investigador concienzudo y escritor prolífico, publicó 584 trabajos hasta la fecha de su fallecimiento, en 1943, contándose entre ellos el muy impresionante 'The Great Sea Serpent' ('Las grandes serpientes marinas').

Utrecht tuvo así el primer carril bici de Europa, una ciclovía con camino de grava señalizado en ambos extremos con sendos carteles que indicaban que aquello era un carril bici y que los ciclistas tenían prioridad

Ciclista empedernido desde sus años estudiantiles, Oudemans pedaleaba en 1885 por Utrecht, compartiendo esfuerzos con las varias docenas de ciclistas que resoplaban por la majestuosa y arbolada Maliebaan, avenida flanqueada por las llamativas mansiones de los ciudadanos más acomodados. Por allí, y dejándose ver, rodaban agrupados por sociedades los miembros de algunos de los tres clubes ciclistas que había en la ciudad, mientras que los deportistas que no estaban afiliados a ninguno de ellos marchaban en solitario. Destacaba de entre estos últimos un forastero que, además de por pedalear por libre, se señalaba por montar un gran biciclo de color azul, siendo los de los demás negros o niquelados. Era Antoon Oudemans, quien aquel mismo año recogió las firmas de cuarenta y cuatro ciclistas varones y la de una mujer, la señorita Kol (quien por cierto montaba en triciclo), y apoyado en las mismas dirigió una petición al barón de Ittersum, por entonces alcalde de Utrecht, solicitando que una de las franjas peatonales del Maliebaan quedase reservada como camino separado para las bicicletas.

El 15 de septiembre de aquel mismo la alcaldía dio el visto bueno a su solicitud, aunque con limitaciones. Por ejemplo, a los ciclistas solo se les permitía circular en la parte norte del Maliebaan; solo podían darse la vuelta al final del trayecto y no durante el transcurso del mismo; y tan solo los signatarios de la petición podían usar el carril, no así el resto de velocipedistas, si bien cabe precisar que estas restricciones se levantaron dos años después y el carril bici pasó a ser público. Utrecht tuvo así el primer carril bici de Europa, una ciclovía con camino de grava señalizado en ambos extremos con sendos carteles que indicaban que aquello era un carril bici y que los ciclistas tenían prioridad. Once años después, en 1896, se construyó la segunda ciclovía de los Países Bajos, que a lo largo de cinco kilómetros unía la estación de Nuenen (la ciudad en la que vivió Van Gogh) con Eeneind. Y ese es, mientras alguien no demuestre lo contrario, el origen de las infraestructuras ciclistas, los primeros carriles-bici de la historia, nacidos mucho antes de que impusiera su ley el omnipresente automóvil.

Posdata: para los amantes de las anécdotas relacionadas cabe decir que uno de los ciclistas que compartió con Oudemans aquel primer carril bici del Maliebaan fue Willem Einthoven, premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1924 por la invención del electrocardiograma.

Bien pudiéramos cada uno de los millones de ciclistas que, a diario, o no tanto, salimos a pedalear cobijados en la seguridad de un carril bici, dedicar un minuto de nuestro tiempo a bendecir la memoria de un neerlandés a quien debemos mucho.

Antoon Cornelius Oudemans nació el 12 de noviembre de 1858 en la ciudad de Batavia —hoy Yakarta—, en las entonces denominadas Indias Orientales Neerlandesas, conocidas en nuestros días como Indonesia. Retornado a Europa, estudió en la Universidad de Utrecht y posteriormente ejerció como profesor en la Arnhem High School. Investigador concienzudo y escritor prolífico, publicó 584 trabajos hasta la fecha de su fallecimiento, en 1943, contándose entre ellos el muy impresionante 'The Great Sea Serpent' ('Las grandes serpientes marinas').