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Las 'Cuentas de la Bicicleta' ponen cifras el efecto de los pedales
Un interesante y exhaustivo estudio dedicado a analizar las “Cuentas de la Bicicleta” ha visto la luz en el marco del 19º Congreso Ibérico de la Bicicleta celebrado en el municipio de Coslada en marzo pasado. Un encuentro que se celebra anualmente de forma alternativa en Portugal y España en una iniciativa conjunta de la Federación Portuguesa de Cicloturismo y Usuarios de la Bicicleta (FPCUB) y la Coordinadora española en Defensa de la Bici (ConBici).
Ha sido precisamente ConBici la entidad que ha liderado la elaboración del estudio contando para ello con el respaldo técnico de la consultora Gea21 y el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
En el proceso de elaboración, iniciado en verano de 2022, se han celebrado un total de cinco talleres de contraste en los que han participado un amplio elenco de personas que trabajan e interactúan en el amplio y emergente ecosistema ciclista.
Un trabajo de estas características no se había realizado hasta ahora en España. Tenemos así un importante e innovador estudio, con un valor añadido relevante, las bases metodológicas que sustentan el trabajo. Están inspiradas en un enfoque ecointegrador de la economía. A diferencia de otros análisis económicos puramente monetaristas, este estudio tiene la característica de presentar las diferentes dimensiones de la movilidad ciclista de un modo ordenado y en las unidades de medida propias de cada esfera de valores (sociales, físico-ambientales o monetarias), evitando así recurrir a la monetización de vidas humanas, la salud o los bienes ambientales, cuestión que suele ser común en otro tipo de trabajos.
El punto de partida del estudio se ha centrado en obtener una imagen del uso de la bicicleta en España y de sus tendencias, para lo que realiza una aproximación al parque de bicicletas existente, su uso específico, las distancias recorridas e infraestructuras existentes.
Con la recopilación de información, se comprueba que la bicicleta es un vehículo potencialmente accesible a la práctica totalidad de la población, estimando su presencia en 7 de cada 10 hogares (frente a un parque de turismos de 24,6 millones, el parque estimado de bicicletas asciende a 34,8 millones). Pero el estudio constata que, pese al importante crecimiento en determinadas ciudades y ámbitos territoriales, este vehículo representa tan solo una cuota en torno a un 1,7 % del reparto modal en los desplazamientos cotidianos.
Mirando al futuro, los escenarios tendenciales realizados en el estudio muestran la necesidad de implementar políticas disruptivas y transversales para alcanzar un 10% del reparto modal o distribución de desplazamientos. Por ejemplo, partiendo de los datos y tendencias observadas y con un crecimiento del uso de este vehículo semejante al producido en la última década, se estima que tan solo se podrá alcanzar una cuota del 2,5% en el número de desplazamientos diarios. Ahora bien, tomando como horizonte 2030, este crecimiento podría representar una cuota modal del 5% si se intensifican e implementan las líneas de intervención que se recogen en la Estrategia de la Bicicleta o en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Todo un reto para las políticas públicas locales de los próximos años.
Otra constatación del estudio es el enorme potencial económico que representa el sector de la bicicleta. Así, el informe identifica un total de 6 fábricas de bicicletas y componentes que en 2019 produjeron 219.374 bicicletas, con un valor acumulado de 124,1 millones de euros; además de 2.951 tiendas de venta, reparación o alquiler de bicicletas, cuyo volumen de ventas en ese año ascendió a 1.871 millones de euros, de los que un 46% corresponde a la venta de bicicletas completas. En su conjunto, el estudio recoge que la fabricación y comercialización de bicicletas y sus componentes emplea en España más 22.500 personas, incidiendo en que habría que añadir la actividad y el empleo vinculados a otras profesiones y sectores asociados al ciclismo (cicloturismo, personal técnico y de comunicación o formación, etc.).
Las dimensiones sociales y ambientales del estudio se abordan en diferentes capítulos. Uno de ellos, denominado “La bicicleta como vehículo para una vida saludable” contiene, entre otros apartados, un interesante análisis de la siniestralidad ciclista y la percepción de seguridad en la circulación ciclista. Para ello, el trabajo propone un concepto amplio de seguridad vial incorporando no solo el análisis de los registros de los siniestros viales, sino su relación con el componente que articula y contextualiza los datos: la movilidad. Así, en el trabajo se afirma que “el número de víctimas y siniestros viales en bicicleta es una cifra de partida imprescindible, pero para comprender su significado integral hace falta cruzarla con los datos de movilidad ciclista, que contextualiza la frecuencia con la que ocurren”. Para ello, el trabajo presenta una conceptualización muy interesante, y necesaria, para abordar las políticas relacionadas con la siniestralidad ciclista, si partimos, además, de que las encuestas de opinión sobre movilidad ciclista sitúan a la siniestralidad vial como el obstáculo de mayor envergadura para el uso de la bicicleta.
En la siguiente tabla es donde se formula dos conceptos clave de la seguridad vial y la manera en que pueden medirse a través del ámbito de la movilidad:
Para realizar el análisis que se propone, el estudio recoge el registro de siniestros viales en los que se ha visto involucrada una bicicleta.
Con estas cifras, se deduce “una tendencia relativamente inestable, pero al alza”. Aunque, si se contextualizan estas cifras con las variables de movilidad, es decir, cuando se analizan en términos de riesgo, se observa cómo, las cifras de siniestralidad ciclista han mejorado moderadamente en la última década, con una reducción del riesgo de fallecimiento y de heridas graves de casi el 30% y el 18% respectivamente en el periodo 2010-2019.
Además, en este análisis, y para mejorar estas cifras en el futuro inmediato, se incide en dos cuestiones determinantes e interrelacionadas: ganar en seguridad por la mejora de las infraestructuras y la implantación de medidas de calmado de tráfico y menor presencia de vehículos motorizados en las urbes, así como el incremento de la percepción de seguridad con la masificación del uso de la bicicleta. Un fenómeno estudiado, según el cual, la presencia numerosa de ciclistas en una ciudad está relacionada con una menor siniestralidad de la bicicleta. En este sentido, también se aportan referencias y datos de diferentes ciudades donde la masificación del uso de la bicicleta, derivada de unas mejores condiciones de ciclabilidad y seguridad, conduce a una aproximación entre las cifras de desplazamientos ciclistas de varones y mujeres.
Las Cuentas de la Bicicleta es un extenso estudio de 102 páginas que merece la pena leer con detenimiento, donde se recoge también información detallada sobre la importante contribución de la bicicleta a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y mejora de la calidad del aire y sonora con contundentes comparativas, por ejemplo en términos de emisiones GEI por persona transportada y kilómetro recorrido en relación con otros vehículos o el relevante papel de la bicicleta en la mejora de la calidad del aire y reducción de la contaminación acústica, particularmente de nuestros entornos urbanos. Aspecto que, como se analiza en otros apartados del estudio, tiene unas importantes repercusiones sobre la salud de las personas.
Los propios autores del informe llaman la atención sobre las carencias de fuentes de datos y estudios relacionados con la bicicleta que articulen un sistema de indicadores específicos e interrelacionados con todos los modos de desplazamiento, incluido el caminar. Máxime cuando el potencial de la bicicleta como medio de transporte forma parte de estrategias fundamentales como la Estrategia de la Bicicleta, la Estrategia de Seguridad Vial, la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada, La Estrategia de Salud Pública, La Estrategia de Desarrollo Sostenible, la Agenda Urbana Española o el propio Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Estrategias todas ellas que deben inspirar compromisos tangibles en los cambios normativos en ciernes, como por ejemplo la Ley de Movilidad Sostenible o la reforma del Reglamento General de Circulación.
De este modo, el estudio aporta información en la capacidad de bicicleta para rebajar la contaminación atmosférica y el ruido en la medida en que sustituya desplazamientos motorizados. Así como la contribución de la bicicleta como medio de desplazamiento activo a una vida saludable, con menor carga de enfermedades derivadas del sedentarismo. Por ejemplo, con las cifras actuales de uso, en el informe se estiman 377 muertes prematuras evitadas al año gracias a la actividad física asociada al pedaleo.
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