El Castaño Santo es un árbol centenario que se encuentra en una zona rodeada de castaños, alcornoques, encinas y pinos, conocida como el Hoyo del Bote, en la Sierra Real, término municipal de Istán (Málaga), en pleno corazón del recién nombrado Parque Nacional Sierra de las Nieves. Se le estima que puede rondar entre los 800 y 1.000 años, y está considerado como el árbol más viejo de toda la Sierra de las Nieves. Sus medidas nos dan una idea de su gran majestuosidad pues su perímetro oscila entre los 15 y los 20 metros, dependiendo de la altura del tronco en que se tome la medida, en tanto que su copa está entre los 23 y los 27 metros aproximadamente.
Cuenta la leyenda que la zona fue en su día lugar de grandes hazañas bélicas, como la Rebelión de los moriscos en 1568 en la que Istán se erigió como cabecilla de los alzados, y en cuyas montañas se vivieron grandes batallas hasta la derrota del Fuerte de Arboto (Plaza de Armas) al ser sometidos por el Duque de Arcos, Luis Ponce de León. Muchos mapas siguen haciendo mención a los topónimos con nombres que nos recuerdan las grandes batallas que aquí se vivieron, como Sierra Real, Cerro del Duque, Plaza de Armas o Puerto de la Refriega.
Se dice que Fernando el Católico celebró una misa bajo sus ramas en el año 1501, como también hizo el propio Ponce de León para celebrar la victoria que puso fin a la rebelión morisca en septiembre de 1570, tras la cual se iniciaba el proceso de repoblación con cristianos que procedían de diferentes puntos de España, entre los que se encontraban algunos procedentes de las huertas de Murcia que hablaban el panocho, dialecto de dicha zona y nombre con el que se conoce hoy en día a los vecinos de Istán.
Nuestra aproximación a la ruta la haremos desde la localidad de Marbella, desde donde tomaremos dirección oeste por la nacional 340, hacia San Pedro de Alcántara, tras salir del centro urbano entre rotondas y semáforos. A unos 3 kilómetros tomaremos el desvío a la derecha que nos situará en la A-7176 camino a la localidad de Istán. A unos 2 kilómetros aproximadamente, en la rotonda, tomaremos la segunda salida con dirección a la Colonia de El Ángel, para continuar hacia el colegio ALOHA y de aquí, dirección Nueva Andalucía, donde iremos buscando el Club de Golf Los Naranjos. Una vez allí continuaremos atravesando varias rotondas en dirección a La Quinta y, justo al pasar bajo el puente de la autovía, nos desviaremos a la derecha para continuar paralelos al río Guadaiza, cuya carretera nos llevará hasta el Real de La Quinta, que será el inicio y final de nuestra ruta de ida y vuelta.
Esta ruta transitará casi en su totalidad por pista forestal ancha y en un estado más que aceptable para montar en bicicleta de montaña o incluso gravel; no en vano son muchos los vehículos que se ven circulando por la misma para visitar al abuelo de La Sierra de las Nieves. El recorrido, aunque en constante subida, es bastante llevadero y se puede realizar sin mucha complicación, con un mínimo de preparación, pues debemos saber que la vuelta es casi todo en bajada.
El recorrido total del trayecto consta de unos 30 km, entre la ida y la vuelta, con un desnivel positivo de unos 800 metros, pero en esta ocasión subiremos un poco más arriba para llegar hasta la fuente que se encuentra a poco del Puerto de la Refriega, cruce desde donde se puede continuar, girando a la izquierda, la marcha hasta Ronda pasando por el cruce del nacimiento de río Verde. Si giramos a la derecha cogeremos La Colorá, que nos llevaría hasta Istán, y si continuamos rectos podremos visitar Plaza de Armas, un lugar privilegiado por sus impresionantes vistas hacia la costa, donde se puede observar el Pantano de La Concepción y la Villa de Istán. Pero hoy nos conformaremos con llegar a la fuente para reponer algo de agua fresca, y volvernos sobre nuestros pasos, unos 3 km, para visitar al abuelo.
Justo donde termina el asfalto, en el Real de la Quinta, da comienzo la pista forestal en ligera pendiente pero que pronto pierde su desnivel. Mencionar que este fue el antiguo camino de Marbella a Ronda, hoy en día llamado Puerta Verde de Marbella, el cual utilizaron las tropas de los Reyes Católicos para la toma de Marbella; ruta también utilizada por famosos bandoleros de la época como Pasos Largos o Flores Arocha.
A unos 2 kilómetros del inicio nos encontraremos con la Casa de Fuensequilla, que en su día fue lugar de acogida para los guardas de la sierra, desde donde continuaremos subiendo en un constante curveo hasta llegar al primer cruce, fácilmente reconocible pues es donde se encuentra el primer mirador, lugar tranquilo que utilizan muchos como merendero o para descansar un poco, sobre todo las personas que realizan la ruta a pie. Desde aquí ya se puede apreciar las bonitas vistas hacia el Este de Sierra Blanca, con el Pico de la Concha (1215 metros) y el Lastonal (1275 metros) que destacan por ser los más altos de toda la sierra de Marbella.
En el cruce continuaremos nuestro camino por la derecha, ya que si tomáramos el de la izquierda nos llevaría hasta la zona conocida como La Máquina, antiguo cortijo a pies del río Guadaiza, que aún se conserva, así como sus fértiles huertas. Desde aquí también se podría visitar las antiguas ruinas del Daidín, una alquería que según se cuenta fue el último reducto conocido en la rebelión morisca, todo ello en el Valle del Guadaiza. A poco de nuestro giro a la derecha existe otro desvío, que de tomarlo nos llevaría hasta Istán, rodeando todo el Pantano de la Concepción, encargado de abastecer de agua a gran parte de la Costa del Sol. Pero nuestro destino de hoy lo encontraremos siguiendo rectos, para poder observar cómo sobresale el Pico Torrecillas que con sus 1919 m se corona como la cumbre más alta de la provincia de Málaga, fácilmente reconocible por su color grisáceo, que resalta sobre el verde de los pinos de las sierras cercanas.
Seguimos adentrándonos en el Hoyo del Bote, con sus enormes alcornoques, marcados por el descorche, dejando ver su parte baja con un tono oscuro, como si desnudos se encontraran. Seguimos subiendo para llegar a Venta Quemá, otro merendero que aún conserva alguno de los antiguos muros de lo que en su día fue lugar de descanso de los transeúntes que utilizaban el camino de Marbella a Ronda.
Desde aquí, el bosque de alcornoques se hace más espeso cada vez, lo que nos indica que nos estamos acercando al único desvío que nos encontraremos a la derecha, y que nos llevará hasta los pies del Castaño Santo. Pero en esta ocasión continuaremos nuestra marcha unos 3 km más arriba, para llegar a la fuente que nos encontramos a poco del Puerto de La Refriega, en un lugar adecentado no hace muchos años para parada y descanso en plena cañada en el que poder refrescarnos con sus aguas cristalinas que bajan de la sierra.
Después de un pequeño descanso, regresaremos hasta el cruce antes mencionado, para girar a la izquierda según bajamos, y que nos conduce a una cadena que corta el camino a vehículos a motor, pero que elevando nuestras bicicletas no dejará llegar hasta nuestro destino. Hay que mencionar que el lugar donde se encuentra el Castaño Santo es una finca privada, por lo cual los trámites para la conservación del “abuelo” han resultado muy engorrosos, aunque al parecer hoy en día hay un acercamiento entre los propietarios del terreno, el Ayuntamiento de Istán y la Junta de Andalucía, para elaborar un plan de prevención y cuidado, pues los años no dejan de hacer mella y ya ha perdido alguna de sus grandes ramas.
Tras pasar la cadena y después de un par de giros, nos encontraremos una pequeña 'trialera' o sendero, mucho más estrecho, que nos conducirá hasta el mismo Castaño. Tenemos que decir que la primera vez que se ve, impresiona y es una imagen difícil de olvidar, pues siempre se oye de sus dimensiones, pero es cuando estamos frente a él, cuando realmente nos damos cuenta de su inmensidad. Una vez allí sobran las palabras… al menos por unos segundos.
Después de habernos deleitado con tan maravillosa vista, tomaremos el camino de vuelta por el mismo sitio por donde hemos subido. Al ascender se pueden ver muchas alternativas en forma de pequeñas 'trialeras', que son utilizadas por los conocedores de la zona para hacer la bajada algo más entretenida. Los que no busquen ese tipo de sensaciones se pueden conformar con seguir los pasos que hemos dado en nuestra subida, hasta llegar de nuevo al final de la pista y dar con el asfalto, que fue nuestro punto de partida.
Una ruta por los alrededores de Marbella con todos los encantos para disfrutarlos en una bici de montaña.
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