Un piloto de automovilismo de Madrid ha de pagar 350 euros para conseguir su licencia nacional, mientras que el coste aumenta hasta los 528 para cualquier otro piloto, ya sea vasco, riojano o navarro, que quiera homologar su licencia autonómica. Las discrepancias que han surgido por la negativa de algunas federaciones autonómicas a acatar esas diferencias, a pagar una segunda licencia para poder participar en competiciones nacionales e internacionales, han sido el germen que ha conducido a que las de Euskadi, Navarra y La Rioja hayan acabado 'desintegradas', expulsadas 'de facto' de la Real Federación Española de Automovilismo, que tiene el monopolio de la organización a nivel nacional de carreras de coches, 'rallies' y karting, entre otras. “Todo es recaudar, recaudar y recaudar, y no respetar las competencias y no respetar la ley”, denuncia Ángel Gurrutxaga, presidente de la federación vasca, una de las apartadas, que sostiene que el problema ha sido siempre económico y que, más allá de invadir competencias autonómicas, se les están llegando a reclamar cantidades ilegales. Tilda algunas de las exigencias que les ha trasladado la federación española de “locura”. La federación española no ha respondido a las preguntas relacionadas con la desintegración formuladas por este periódico.
Está presidida por Manuel Aviñó, que, como ha publicado este periódico, tuvo el plácet de la asamblea para quedarse con el 1,5% de comisión en caso de que los ingresos propios de la federación superaran los 4,5 millones de euros. Ha llegado a ingresar 200.000 euros anuales. El vicepresidente, mientras tanto, lleva facturados más de 600.000 euros desde 2017 a través de su bufete de abogados. “Lo grave de todo esto es que la asamblea lo permite”, denuncia Gurrutxaga, que lamenta que los pilotos son los más perjudicados de toda esta situación, porque “están pagando el doble”. “Habrá que depurar responsabilidades y habrá que pedir todo lo que corresponda”, apostilla en una conversación telefónica con este periódico, aunque subraya que el Consejo Superior de Deportes (CSD) no ha tomado aún cartas en el asunto pese a que se han interpuesto ya “muchas denuncias”. De hecho, tal y como ha adelantado elDiario.es, la federación autonómica que preside Gurrutxaga ha presentado ante la Justicia un recurso contencioso-administrativo contra el CSD por haber sido expulsada sin que haya mediado un procedimiento administrativo o se haya informado oportunamente.
¿Cuándo nacen los problemas que luego han desembocado en la salida de las tres federaciones de la española?
Es todo un problema económico. Siempre ha sido un problema económico. No hay más. La federación española se ha vuelto un elemento recaudador y eso es lo que nos ha llevado hasta esta situación. Antes había una licencia única: las federaciones autonómicas hacían la licencia y luego se habilitaba una homologación acordada en la asamblea, y ese es el dinero que se le pagaba a la federación española como tasa de homologación. Estaba en torno a un 20%.
Como realmente les parecía poco, empezaron a hacer inventos de cuotas de integración referenciadas con las licencias y otras cosas que se quedaron ahí, porque no eran legales. En 2019, se hacían licencias únicas y se homologaban todas esas licencias. El coste de una licencia de piloto venía a costar en las autonómicas 300 euros, a los que había sumar unos 50 o 60 para homologarlas para otros lugares.
¿Qué cambió?
En 2019, deportistas vascos nos empezaron a pedir licencias autonómicas, sin homologación, solo para el ámbito autonómico. Tras una consulta con el Gobierno, se nos dijo que evidentemente teníamos que emitir licencias vascas. Las licencias vascas las pusimos más baratas, porque eran de ámbito autonómico, y empezamos a pagar a la española la parte correspondiente acordada de las licencias que homologábamos. Uno de los conflictos empezó ahí, porque ellos querían más, pero nosotros solo pagábamos por las autonómicas. Si quieres una licencia autonómica, lo lógico es que pagues solo por lo que homologas. De lo contrario, tendríamos que pagar también por las licencias escolares, las universitarias y por todas. Nos denunciaron, pero ganamos en primera y en segunda instancia. Las autonomías tenemos las competencias exclusivas del deporte.
La ley cambió y la situación ahora es diferente. Con la nueva ley, las federaciones españolas pueden sacar licencias españolas sin haber sido anteriormente una licencia autonómica, pero también recoge que las federaciones españolas tienen que homologar las licencias autonómicas. ¿Qué pasa entonces? Tuvimos que pelear por esto y se vieron obligados a homologar. Como la tasa de homologación la define la asamblea, pusieron una tasa exagerada. Una licencia de piloto autonómica vale 300 euros y entendíamos que el coste de homologación debía ser de entre 50 y 60 euros, pero la federación española aprobó una homologación de 228,50 euros. Un piloto de Madrid que se saque allí una licencia nacional tiene que pagar 350 euros. Cualquier piloto vasco o riojano que quiera homologar una licencia de su autonomía (porque está obligado a tener una licencia de su autonomía para sus campeonatos) ha de pagar 528. La pelea viene siempre de ahí, porque todo es recaudar, recaudar y recaudar, y no respetar las competencias y no respetar la ley.
Desde la Real Federación Española de Automovilismo se aduce que hay una deuda que la vasca no ha pagado. ¿Obedece la deuda a estos problemas?
Sí, esa es la deuda que nos reclaman. Intentaron implementar una cuota de integración referenciada a la cantidad de licencias. Hay documentos en los que hicieron un cálculo de lo que tenía que pagar cada federación. En torno a 2018 y 2019, cuando teníamos las licencias homologadas, estábamos pagando alrededor de 20.000 euros y, a partir de ahí, la mitad aproximadamente. Ellos nos reclaman esa otra mitad que no les hemos pagado, pero no la hemos pagado porque no eran licencias que se homologasen. Los juzgados nos dieron la razón. Como no pueden justificar que el dinero que nos piden era por medio de las licencias, porque eso no es legal, nos llegaron a mandar un documento en el que decían que el cálculo que habían hecho no era solo sobre la licencia, sino sobre el dinero que gestionábamos con derechos de calendarios y patrocinadores. Hasta ahí llegaba la locura. Determinan una cantidad sobre el dinero que podemos gestionar.
El director de Deportes y yo mismo nos reunimos con el presidente de la federación española. Intentamos llegar a un acuerdo, pero es difícil alcanzar un acuerdo, porque aseguran que es una decisión de la asamblea general y por lo tanto hay que acatarla. Pero la asamblea de la federación podría decir que sus federados pueden ir a 300 kilómetros por hora por la autopista y no por ello pueden hacerlo. Una asamblea no puede imponerle una cantidad unilateralmente a una federación sin argumentos y sin igualdad de condiciones con respecto a otras. El conflicto económico parte de ahí. Nos están reclamando un dinero que no nos pueden reclamar, porque no tiene sentido que nos reclamen sobre las licencias autonómicas.
El problema de base es el que es: la federación española necesita dinero para mantener la estructura que tiene y lo saca de deportistas, federaciones y organizadores
¿Existe algún precedente similar en alguna otra disciplina deportiva?
No. Somos la única federación a nivel nacional que está teniendo estos problemas. Otras federaciones no tienen estos conflictos, porque la licencia suele ser piramidal. Lógicamente. Si las competencias son autonómicas, lo lógico es que haya primero una licencia autonómica, luego se pague una cuota acordada para que esa licencia autonómica pase a ser licencia de ámbito estatal y luego pasaría ya a ser licencia internacional. Motociclismo, por ejemplo, que es una especialidad parecida a la nuestra, no tiene este problema. Tiene unas cuotas definidas, y no son ni excesivas ni abusivas. El problema de base es el que es: la federación española necesita dinero para mantener la estructura que tiene y lo saca de deportistas, federaciones y organizadores.
¿Creen, entonces, que los problemas guardan una estrecha relación con la gestión económica que se está haciendo de la Real Federación Española de Automovilismo?
Sí, y ahí están los datos. Me parece que un presidente de una federación española tiene que tener un buen sueldo e incluso me podría parecer bien que un presidente por una buena gestión cobrara una comisión de lo que ha generado, pero ponerse una comisión de un 1,5% de todos los ingresos propios es una cosa exagerada. Y el problema de todo esto es que la asamblea se lo permite. Hay asambleístas que han votado a favor de esto, y eso es lo grave. Yo no sé cómo se puede votar a favor de todo esto, porque de cada licencia, por ejemplo, el 1,5% va para Manuel [Aviñó, presidente de la Real Federación Española de Automovilismo].
Con las federaciones de Euskadi, Navarra y La Rioja expulsadas de la española, ¿en qué situación se encuentran? ¿Cuentan con el apoyo de otras federaciones autonómicas?
Eso es lo triste, que otras federaciones autonómicas acaten todo esto como si fuera algo normal. Todo esto no es un capricho del presidente de la federación vasca. Desde que entré en la federación, he tenido que cumplir lo que mi órgano superior me exige. Nunca nos hemos negado, ni Euskadi ni Navarra ni La Rioja, a estar integrados o a llegar a un acuerdo. Lo que sí hemos dicho es que el documento de integración que nos han presentado no se puede firmar. Además, incluso aunque lo quisiera firmar, el Gobierno vasco mandó a todas las federaciones vascas que cualquier convenio de integración que hubiera que firmar lo tenían que aprobar ellos, y cuando les enviamos este, nos dijeron que no se podía firmar.
¿En qué situación deja todo esto a las federaciones vasca, navarra y riojana?
El resto de federaciones autonómicas aceptan nuestras licencias siempre que sean campeonatos autonómicos. Hay competencias. Las competencias de la federación española son los campeonatos de España, los campeonatos internacionales y nada más. Luego están las competencias de las federaciones autonómicas, que son los campeonatos autonómicos. Las federaciones a nivel nacional admiten, siempre que sea en el ámbito autonómico, todas nuestras licencias, salvo una o dos. Nosotros, en nuestros campeonatos autonómicos, admitimos únicamente las licencias que son autonómicas y no admitimos las nacionales, porque es la única forma que tenemos de de defendernos. Porque no estamos en igualdad de condiciones. Que a un piloto de fuera de aquí le cueste 350 euros la licencia y a nosotros nos cueste 528 es un abuso, es un intento de doblegarnos, de apartarnos. Es su táctica, pero nosotros vamos a seguir luchando por nuestras competencias.
¿Qué supone para los pilotos?
El piloto es al final el más perjudicado. He intentado en más de una vez llegar a acuerdos con ellos, porque entiendo que lo que tenemos que hacer es facilitarles la vida a los deportistas y no complicársela. Ahora mismo, hay deportistas que tienen que participar en pruebas del Campeonato de España y, como consecuencia de la actuación de la federación española, están pagando el doble. Habrá que depurar responsabilidades y habrá que pedir todo lo que corresponda, porque esto no puede quedar así.
Al margen de la situación de los pilotos, se han denunciado también presiones a algunas escuderías para que no participen en eventos que se celebren en Euskadi, Navarra y La Rioja. ¿Hasta qué punto llegan esas presiones?
Ha habido intentos de que no podamos tener actividad. Nos ponen palos en las ruedas para que no podamos tener actividades con equipos nacionales.
Como consecuencia de la actuación de la federación española, los pilotos están pagando el doble. Habrá que depurar responsabilidades y habrá que pedir todo lo que corresponda, porque esto no puede quedar así
¿En qué punto están ahora mismo las conversaciones con la federación española? ¿Ven factible la reincorporación en un futuro inmediato?
Lo que vemos es que algún día se tendrá que hacer justicia. Ha empezado un proceso de desintegración sin el acuerdo ni el permiso del Consejo Superior de Deportes, y alguien tendrá que tomar cartas en el asunto. No se puede permitir esto que una federación española saque unilateralmente a tres federaciones autonómicas de su estructura. Y el CSD no puede decir que no lo sabe, porque llevamos denunciándolo desde hace mucho tiempo y porque hemos interpuesto muchas denuncias contra todas estas tropelías.
El consejero de Deportes del Gobierno vasco asegura que harán “todo lo posible” para “arreglar” los problemas. ¿Sienten su apoyo?
La federación vasca nunca ha hecho nada a espaldas del Gobierno vasco, siempre han tenido conocimiento de toda nuestra situación y nosotros, lógicamente, lo que hemos tenido que hacer es defender las competencias vascas. Siempre hemos tenido el apoyo del Gobierno vasco. No estamos pidiendo nada descabellado ni nada que se nos haya ocurrido a nosotros. Lo único que nosotros pedimos es que se cumpla la ley. Podemos estar discutiendo de que esté mal o bien, pero vivimos en un Estado autonómico y las competencias del deporte son autonómicas. No podemos permitir que una federación española entre a a intentar gobernar nuestras competencias.
Existe también una selección vasca, con representantes en pruebas internacionales.
Sí. La Federación Vasca de Automovilismo, de la mano del Gobierno vasco, solicitó integrarse en la federación internacional. Tenemos una selección vasca y tenemos además un representante de Euskadi, que ha sido Joseba Iraola. Ha corrido con los colores de Euskadi en el Campeonato de Europa de Rally y se ha proclamado campeón. La federación española ni lo ha mencionado.