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Arrancan unas obras en el entorno de la Clínica Arana de Vitoria, donde estaba prevista la construcción del centro de refugiados

Una máquina, en la zona de la Clínica Arana

Iker Rioja Andueza

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Desde hace dos semanas, aproximadamente, han comenzado unas obras en la zona de la Clínica Arana de Vitoria. Este antiguo hospital primero y residencia de ancianos después lleva una década sin uso y es propiedad del Estado. En enero trascendió que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de José Luis Escrivá tenía en cartera reformar esas instalaciones para abrir un centro para refugiados. Sin embargo, fuentes de la Delegación del Gobierno de España indican que no tienen noticia alguna de que se trate de las obras de ese proyecto, que siguen su tramitación administrativa. Fuentes del Ayuntamiento de Vitoria -consultadas antes de la llegada de la nueva alcaldesa, Maider Etxebarria- también desconocían las actuaciones en Arana.

Los trabajos empezaron a principios de junio con un pequeño vallado en la zona izquierda de la entrada principal, justamente donde se habían hecho unas marcas en el suelo. También se apreciaban acopios de materiales en la salida hacia el eje entre las avenidas de Valladolid y Bruselas, ya decoradas para el paso del Tour de Francia el 2 de julio. Sin embargo, en las últimas horas han empezado ya a trabajar al menos un camión y una máquina excavadora. El edificio como tal continúa cerrado a cal y canto y no da la sensación de que haya ningún tipo de actividad en el interior.

Fue en enero cuando se conocieron los planes para sacar la antigua Clínica Arana de su letargo. En concreto, su titular, el Gobierno central, la eligió como ubicación para uno de los centros de refugiados planificados en la España peninsular. Presupuestó una obra de 14,7 millones de euros. El asunto levantó una gran polvareda por el Gobierno vasco y el entonces alcalde, Gorka Urtaran, ambos del PNV, denunciaron no tener información y criticaron el modelo de “macrocentro”. En el barrio se generó también un cierto rechazo vecinal e incluso el delegado del Gobierno, Denis Itxaso, participó en una asamblea para responder a preguntas.

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