El Ayuntamiento de Vitoria elimina las ayudas y obliga a cerrar un recurso para familias vulnerables y monoparentales
El Consistorio pretende asumir las labores de cuidado de menores con “recursos propios”, mientras que desde el servicio dudan de que pueda asumir las funciones personalizadas que realizan a cada familia
Después de que su madre falleciera de cáncer, Rita tuvo que hacerse cargo de su hermano pequeño Juan. Entre semana, la joven estudia un curso de peluquería y, al no saber dónde dejar durante esas horas al menor, que aún no tiene edad escolar, fueron derivados a Loremaitea, un recurso destinado a familias monoparentales, con bajos recursos o víctimas de violencia de género en Vitoria. Desde el año 2008, Loremaitea atiende a menores de entre cuatro meses y 12 años y ofrece cursos y talleres personalizados a sus padres y madres sobre paternidad y maternidad, convivencia, conflictos o control de redes sociales y pantallas. Hasta marzo de este año, el servicio operaba con total normalidad gracias a las subvenciones que le aporta la Fundación Vital, el Gobierno vasco, la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria, que además de financiar el 40% del recurso, les ofrece el local en el que trabajan. Sin embargo, en marzo, el Consistorio optó por recortar la subvención de 60.000 euros que entregaba a 40.000 y, de cara al próximo año, con el fin del convenio de dos años firmado con Loremaitea, eliminar del todo dicha financiación. “Sin la ayuda del Ayuntamiento de Vitoria, que por cierto, es quien nos deriva la mayoría de los menores que atendemos, nos va a ser imposible ofrecer el servicio. Nos avisaron de que la licitación del mismo saldría a concurso, algo a lo que no nos oponemos, pero ahora directamente lo van a eliminar. ¿Qué va a pasar con las 110 familias y 166 menores que atendemos al año?”, se preguntan Lorena Salazar y Raquel Ruiz de Apodaca, miembros de Loremaitea, recurso que pertenece a la Asociación Alavesa de Trabajo Social (AGLE).
Un grupo de diez niños de entre 1 y 3 años juegan junto a sus dos monitores en las instalaciones del servicio, ubicado en la calle Candiller Ayala del centro de Vitoria. Algunos, más despiertos que otros, ríen y hablan con los monitores; otros, más retraídos, se esconden entre los muebles y se muestran reacios a jugar. “Algunos vienen de situaciones muy complicadas y, sobre todo los primeros días, se pasan horas escondidos hasta que empiezan a coger confianza, pero ayuda el que vean a otros niños pasarlo bien”, explica Ruiz de Apodaca. El 25% de los niños que atienden sufren violencia de género en su casa, mientras que el 75% restante, tienen familias con problemas de conciliación. El 16% de los menores, tiene necesidades especiales. Un 60% de las familias son de origen extranjero y más del 80%, son familias monoparentales. Todos ellos son derivados de servicios sociales y su estancia, que suele ser de una media de 2 meses, no puede superar las 8 horas diarias. “No atendemos a menores que no sean derivados por las instituciones y sus casos no estén estudiados. Contamos con siete trabajadores y atendemos desde las 08.00 hasta las 20.00. Aunque es cierto que desde el recorte que realizaron en el Ayuntamiento, hemos decidido no recibir derivaciones por la tarde, porque hemos gastado ya todas las horas asignadas en el convenio”, reconoce Ruiz de Apodaca, mientras muestra un documento en su ordenador en que se lee que en agosto superaron las 14.000 horas de atención a menores previstas para todo el año.
Desde el Ayuntamiento de Vitoria justifican el cierre del servicio argumentando que “no se trata de un servicio municipal”. “Cada vez tenemos más recursos propios para atender los casos que ahora asiste Loremaitea. Cada vez tenemos más medios para atender estos casos a través de actividades más normalizadas. Este ajuste del convenio se ha llevado a cabo bajo criterio técnico dado que hemos avanzando en la disponibilidad de esos otros recursos que nos permiten diversificar la respuesta a las necesidades de apoyo a las familias, además de dar una respuesta más adecuada, personalizada y duradera en el tiempo”, explican a este periódico.
A modo de ejemplo, mencionan el programa Orain, en el que 7 familias voluntarias “pueden atender los casos que atiende Loremaitea”; proponen 20 plazas becadas en escuelas infantiles “donde pueden acudir las familias que necesiten apoyo para el cuidado de sus hijas e hijos menores”; ofrecen “más de un centenar de plazas” en campamentos y colonias para familias vulnerables en verano, además de una prestación económica “destinada a la contratación para cuidados para posibilitar la conciliación de la vida familiar y laboral en casos en los que las familias no puedan ocuparse de las personas a su cargo” y “recursos comunitarios” donde los menores estén atendidos. “Lo que estamos haciendo es generar recursos sociales propios y públicos, y realizar una mejor gestión del gasto público al no depender de terceros”, detallan fuentes del Ayuntamiento de Vitoria.
“Dicen que el programa Orain puede atender a los niños que tenemos aquí, con 7 familias y en sus propias casas. ¿Esas familias cuentan con la formación suficiente para atender a menores con necesidades especiales? ¿Qué va a pasar con esos menores? Parte del beneficio de Loremaitea está en que los niños pueden estar juntos y que contamos con unas instalaciones y un personal preparado para ello. Hemos demostrado durante años que somos profesionales y hasta el propio Ayuntamiento lo ha reconocido. ¿Qué ha pasado ahora para que quieran hacer desaparecer este servicio? Quieren desmantelarlo sin ofrecer alternativa” critica Salazar.
Sobre qué pasará con los menores a los que atiende Loremaitea, desde el Ayuntamiento insisten: “En servicios sociales el año pasado atendimos a 14.742 familias, de las que 4.259 tenían personas menores de edad a cargo y 1.789 eran familias monoparentales. Es decir, atendemos a muchísimas familias y con problemáticas muy variadas, entre ellas las que atiende Loremaitea. Por eso nuestro interés de ir asumiendo la atención de estos casos directamente, con recursos propios”.
El objetivo de las precursoras del recurso, a sabiendas de que el poder mantenerlo es “una lucha de David contra Goliat” es recuperar los 20.000 euros de financiación que recortó el Ayuntamiento el pasado marzo, y por el que sostienen que no van a logar llegar a final de año. “Es matemáticamente imposible. Tenemos que pagar las nóminas y ya hemos cubierto todas las horas asignadas por el convenio”, lamentan. Temen que, de finalizar el año con pérdidas, éstas las tenga que asumir la asociación AGLE y que, con ello, “se terminen desmantelando todos los servicios que se ofrecen”. “Lamentablemente es algo que puede ocurrir si no logramos asumir las pérdidas”, concluyen.
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