Benito Lertxundi anuncia su 'agur' pero deja una puerta abierta a la música
No estaba previsto, pero el gran Benito Lertxundi Esoain (Orio, 6 de enero de 1942) ha anunciado esta mañana de miércoles su retirada de los escenarios. Lo ha hecho en la presentación de su disco en directo ‘Gernika kontzertuan’ ante la atenta mirada de más de cien invitados y periodistas que no se han pedido ni un detalle de la rueda de prensa que El Bardo de Orio, junto a su inseparable Olatz Zugasti, y los impulsores musicales de Haziberri, han ofrecido sobre la cancha del Jai-Alai de Gernika-Lumo, el mismo espacio donde fue grabado el concierto hace ahora un año.
La cita, que estaba reservada para convertirse en un motivo de celebración, ha llevado adherida un sentimiento contrapuesto al darse a conocer la noticia: no volveremos a ver a El Bardo de Orio sobre un escenario. Y eso hay asimilarlo. A pesar de que los años pasan y el destino se convierte en un cambio constante de dirección, interiorizar que nada será lo que fue conlleva un esfuerzo catártico. Ese elemento purificador estaba ya presente en el artista desde hacía ya tiempo. Al fin y al cabo, la música en directo y las giras conllevan un ritmo de vida pesaroso. Lo intentó durante 2023 pero no se sintió cómodo. “Decidí a principios de año dar por terminada mi carrera después de 60 años”. ¿Quién puede dar más de sí?
El polifacético artista, arraigado a la cultura popular y tradicional, se ha referido a la pandemia como un momento en el que se dio cuenta de la importancia del hogar y el silencio. Fruto de todo ello, ha llegado el momento de despedirse de los conciertos en vivo, aunque no descarta seguir vinculado a la música y la creación artística. El cantautor oriotarra, a su vez, ha querido expresar su “agradecimiento profundo al público por el apoyo y el cariño que le han demostrado a lo largo de los años”. El afecto y el reconocimiento es mutuo.
Un sentido aplauso ha servido para despedir un acto emotivo que ha contado con la asistencia de un gran elenco de los músicos de cabecera de Benito Lertxundi, personalidades de la cultura vasca y el deporte como el mítico cancerbero José Ángel Iribar, con quien El Bardo de Orio contribuyó a musicar un documental que cuenta su trayectoria. No podían faltar a la cita Olatz Zugasti -mano derecha, gestora y apoyo personal y musical del autor- y Gratxina, la hija de ambos, los tres inmersos en el sello familiar Kantaita Enea musika produkzioak-, una apuesta que cobra más valor si cabe habiendo llegado ya a la meta de una carrera de fondo
Historia de un imprevisto
Es curiosa la vida. Un concierto para el que los organizadores de Haziberri tuvieron que insistir hasta en dos ocasiones y que acabó por celebrarse el 11 de noviembre de 2023 ha acabado por convertirse en un doble álbum y una despedida que tampoco estaban planeados.
Hacía diez años que Lertxundi no había regresado para actuar a la localidad vizcaína, símbolo de las libertades vascas y de la paz. Y, en contra de lo previsto, el frontón más grande de Europa y uno de los mejores del mundo -si no el mejor, a oídos de la ‘zesta-punta’-, acabó sirviendo de escenario para un concierto de dimensiones musicales similares a las deportivas. Las circunstancias han servido para que se perpetúe en forma de un disco tan personal como necesario en estos momentos de retirada.
Compuesto por 29 temas y algunas piezas instrumentales que repasan una vida de composición y pasión, la grabación final fue realizada sin el conocimiento del oriotarra por su técnico de sonido de referencia, Amal Ariztimuño. “Ni lo esperaba ni lo había buscado”, explica Lertxundi. El trabajo se debe en gran parte a la pericia profesional, que registró un concierto al que asistieron 2000 personas en un “ambiente mágico”, pero que no hacía presagiar que reuniera las características técnicas necesarias para su salida al mercado. La primera valoración de Olatz Zugasti y la convicción por el trabajo bien hecho de Lertxundi hicieron el resto.
A destacar el trabajo de los instrumentistas participantes: Juantxo Zeberio, David Gorospe, Amaiur Cajaraville, Gurutz Bikuña, Angel Unzu, Xabier Zeberio, Pello Ramírez, Intza Unanue y la propia Zugasti.
El legado
El nombre de Benito Lertxundi lleva toda una vida vinculado a la historia de la música vasca contemporánea hasta convertirse en un clásico entre clásicos, una figura que ha pasado a ser un icono de la cultura, el euskera, la tierra y el mar que le vieron nacer. Hasta perpetuarse en forma de legado.
El Bardo de Orio (Orioko bardoa) es ya un superlativo de la canción euskaldun, pero también del género folk y tradicional en toda su extensión, ése que aún teniendo fronteras, las sobrepasa hasta llegar a sublimarse con la esencia de lo universal.
Un par de generaciones y media transitan en nuestros días con la sensación de haber cruzado su existencia con la banda sonora de Benito Lertxundi. Sus canciones profundas, caladeros de sensaciones, permeables hasta el tuétano, han contribuido a forjar seres con sentimientos nobles y serenos, el sustrato que subyace entre las buenas gentes. Sin embargo, los más de 60 años de Lertxundi en la profesión no le eximen de una conexión directa con la actualidad más imperante.
Con una voz arraigada a la tierra y una mano extendida a la guitarra, colmada de influencias, entre ellas las del movimiento Ez Dok Amairu, pero con una personalidad y un carácter evidentemente propios, Lertxundi se ha convertido en un investigador de la música tradicional. Con sus notas hemos descubierto territorio cercanos que parecían lejanos o desaparecidos.
Un libro y un disco de referencia
Hablar de Benito Lertxundi en unas pocas líneas es un atrevimiento que solo se puede suplir con cariño y admiración, pero ante todo, pidiendo perdón por la osadía. Su deambular hasta 2005 está excelentemente tratado en el libro escrito por Álvaro Feito y editado por José de la Fuente “Benito Lertxundi, el Bardo de Orio: Confesiones y testimonios”. Con el formato a la antigua usanza que tenían los libros, es de reconocer que tuvo que ser un periodista y crítico musical y un editor madrileños los que recopilaran una carrera ya por entonces extensa e inmensa. A veces, los ojos ajenos son los que saben mirar mejor. Porque lo hacen con el valor que da la objetividad. Quizá sería un momento ideal para actualizar una publicación actualmente descatalogada pero que ha mejorado su valor de origen entre los buscadores más reputados de libros de segunda mano.
Otro resumen de vida musical de Benito Lertxundi está en el disco presentado hoy, cuyos temas han sido seleccionados detenidamente por el artista. Y es que en GERNIKA KONTZERTUAN, la música se funde con los principios de un autor tan profundo como personalmente evolucionado.
La canción elegida para abrir el álbum, con versos de Juan Antonio Urbeltz, es ya una declaración de intenciones. URRUNDIK HELDU NAIZ (1981). “Vengo de lejos caminando cumplidamente, de camino en camino, y el polvo del camino ha provocado que brote el trigo de entre los dedos de mis pies”.
No podían faltar melodías y letras señeras que se han heredado de padres a hijos, y de hijos a nietos. NINTZENAZ OROITZEAN –Si recuerdo quien fui– y LAKET DUT –Me complace– (2012), UDAZKEN KOLORETAN –En los colores de otoño– y BALDORBA (1992), OI LUR, OI LUR –Oh, tierrra– (1974) u otras más recientes como IBERTZEAN –A la orilla del río– (2018). Y tantas y tantas otras.
La importancia de Olatz Zugasti
Alguien dijo alguna vez que las parejas que nos acompañan se convierten en notarios de nuestra existencia, las personas que nos pueden poner los pies en la tierra llegado el caso de que aspiremos a ser quienes no somos ni podemos ser. Testigos fieles de nuestros pasos. En el caso de Benito Lertxundi, su existencia y sus éxitos van de la mano de Olatz Zugasti (Hernani, Gipuzkoa, 1965). La arpista y cantautora nacida a las faldas del monte Santa Bárbara ha acompañado familiar y musicalmente a El Bardo de Orio hasta poner en un segundo plano su propia carrera. Y lo ha hecho sin atribuirse más mérito que quien hace algo con convicción. Como diría Victor E. Frankl, sirviendo a un propósito mayor que uno mismo.
Zugasti ha participado en todos los discos de Benito Lertxundi desde 1981, ha compuesto numerosas canciones para el cantante oriotarra, y ha formado parte de su grupo en directo durante más de cuatro décadas, como instrumentista y complementando voz con la del oriotarra hasta no poder separar una de la otra. Las relaciones públicas y la gestión también han llevado en buena parte su nombre.
En su faceta más personal también ha ejercido de solista y ha dado forma a siete discos intimistas, cuidados y trabajados con mimo sensorial, en los que ha dado rienda suelta tanto a composiciones propias como interpretaciones de canciones populares vascas. Zugasti hace bueno aquello de que la calidad viene en frasco pequeño.
La hernaniarra ha complementado su faceta creadora con su trabajo en pro del trabajo musical en la ikastolas y ha trabajado para dar a conocer la música popular en Egin Irratia y Euskadi Irratia, emisora en la que presentó el programa Kantaita donde dio cabida a músicas populares de todo confín.
Dos recuerdos personalizados
Los pasos de Benito Lertxundi han sido seguidos por una multitud de seguidores, tantos que no caben en un país. Basta citar el recuerdo de un par de representantes.
La dantzari Ofelia González de Aspuru, seguidora de la obra de Benito Lertxundi a lo largo y ancho de la geografía de Euskal Herria al cabo de los años, recuerda en 1995 la figura de una Olatz Zugasti embaraza de su hija Gratxina en el Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz, con la luz proyectada sobre su silueta y aumentada sobre el fondo del escenario hasta subrayar una maternidad plena.
Mati Iturralde recuerda a Benito Lertxundi años atrás actuando en la Universidad de Valladolid. Corría el curso 77/78 y los muchos estudiantes vascos en la capital vallisoletana se afanaban en dar a conocer y promover la cultura vasca. Un muchacho oriotarra contactó con su paisano, que no tuvo dudas en acudir al paraninfo universitario y quedarse a dormir en casa de los propios estudiantes. “Nos quedamos embelesadas por su elegancia”, rememora.
Del origen al todo
Todo comenzó en el gusto familiar por la música en una estirpe de nueve hermanos y en la relojería Martín Lizaso de Orio con un viejo laúd que el relojero puso en manos de un joven entusiasta. La carrera de Benito ha sido como una clepsidra, tan artesanal y delicada como el primer reloj que se conoce. Era de agua, claro, como el mar de Orio. Pero también podía haber sido de arena, como el color de la tierra vasca que subyace en tantos de sus temas y creaciones.
Su primera guitarra eléctrica, las primeras versiones al euskera de sus grupos favoritos como Los Shadows o Cliff Richards y su participación en un concurso organizado por el diario donostiarra “La Voz de España” ejercieron de lanzadera hasta recibir la llamada de Mikel Laboa. Y de ahí a la eternidad.
Intérprete, instrumentista, compositor, bertsolari, maestro. Lertxundi tiene la conciencia de haber hecho ya lo que tenía que hacer. No quiere repetirse. Ve las cosas con la relatividad que da el tiempo y la experiencia. Quiere ir al fondo, no quedarse en la superficie. No necesita reivindicarse pero sí que es necesario reivindicarle como alguien que puso todo su saber hacer en pro de la tradición musical y los ideales de país.
Pero Lertxundi es mucho más que su música. Es poesía pura, hacedor de versos fulgurantes e imposibles; recopilador de los más selectos de los más grandes, desde Fernando Pessoa a históricos locales como Xalbador y Lizardi, pasando por la memoria reciente de José Antonio Urbeltz o José Ángel Irigaray o letristas más actuales del grado de Pello Ramírez, Jon Maia, o incluso Jorge Bucay; pensador y conversador en materia filosófica y espiritual; ciclista hasta convertir la bicicleta en una parte del cuerpo,: apasionado del remo hasta la médula desde que era un niño y vio celebrar la consecución de una regata en el pueblo que le vio nacer. Pero sobre todo, un enamorado encarnado de su país.
Una mirada personal
De una etapa periodística compleja me llevé el primer disco en directo del gran Lertxundi –40 urtez ikasten egonak– a modo de tesoro robado que, por avatares del destino, al cabo de 20 años, contiene ahora su firma No estaba previsto pero sirvió para que la historia sirviera para cerrar un círculo y adquiriera sentido. Ahora, un nuevo doble álbum en vivo tampoco vaticinado, sirve para cerrar una vida subida a los escenarios. Queda todavía una mirada al futuro con la herencia que otorga el pasado. Una lección interpretativa a un compendio de sabiduría adquirida en un viaje permanente. Un punto y seguido a modo de proclama y revelación cierra el disco con el tema de nueva creación EZ NABIL EZEREN BILA. “No busco nada, comprendí que más allá del yo reside mi ventura. No busco nada, percibí los latidos de la naturaleza que me golpean en el corazón de la conciencia y compasión. No busco nada, aprendí a caminar por encima de la bruma del tiempo. No busco nada, aprendí a emanciparme de los dioses creados en tiempos oscuros y confusos. No busco nada, aprendí a ver y sentir la naturalidad de las cosas. No busco nada, percibí que crecía entre olas sensitivas, libre de doctrinas. No busco nada, comprendí que nada es igual y todo es lo mismo. No busco nada, aprehendí la vida en presente que otorga autoridad a la mente”. Letra, música, voz y palabra de honor de BENITO LERTXUNDI. Nos acompañará siempre.
Discografía de Benito Lertxundi:
- Gernika kontzertuan –zuzenean, en directo– (2024)
- Zuhaitzak landatzen zituen gizona (2019)
- Ospakizun gauean (2018)
- Oroimenaren Oraina (2012)
- Itsas ulu zolia (2008)
- 40 urtez ikasten egonak –zuzenean, en directo– (2005)
- Nere ekialdean (2002)
- Auhen sinfonikoa (1998)
- Hitaz oroit (1996)
- Hunkidura Kuttunak II (1993)
- Hunkidura Kuttunak I (1993)
- Pazko gaierdi ondua (1989)
- Mauleko bidean... izatearen mugagabean (1987)
- Gaueko ele ixilen baladak (1985)
- Altabizkar / Itzaltzuko bardoari (1981)
- Zuberoa / Askatasunaren semeei (1981)
- …eta maita herria, üken dezadan plazera (1975)
- Oro laño mee batek... (1974)
- Benito Lertxundi (1971)
Discografía de Olatz Zugasti:
- Hitzño bat erran eta, banua berhala (2023)
- Orion zuzenean (2019)
- Ur goiena, ur barrena... (2015)
- Gau hotzenean ere (2010)
- Elearen lainoa (2002)
- Bulun bulunka (1999)
- Kantu baten bila nabil (1991)
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