Bilbobus, un conflicto estancado con 27 huelgas convocadas hasta el mes de mayo, cinco de ellas de 24 horas

El conflicto de Bilbobus está estancado y con pocas perspectivas de solución a corto plazo. Los trabajadores acabaron el año con una huelga de 24 horas el pasado día 29 de diciembre y han empezado 2024 retomando las movilizaciones el jueves día cuatro de enero con paros parciales de cuatro horas por turno. Arrancan así un nuevo calendario de movilizaciones que tendrá continuidad este lunes día 8 con un nuevo paro parcial. En total están convocadas otras 22 huelgas parciales y cinco de 24 horas hasta el mes de mayo para los días 18 de enero, el 5 de febrero, el 21 de marzo, el 8 de abril y el 29 de mayo. “No vemos visos de solución a medio plazo” dice José Fernández, presidente del comité de empresa. “Estamos lejos de retornar a una situación normalizada del servicio porque las negociaciones mantenidas con la empresa adjudicataria han sido muy insuficientes”, recalca. “Y mientras tanto, la inacción del Ayuntamiento de Bilbao empieza ya a rozar el escándalo”, zanja.

Los trabajadores llevan movilizándose y parando desde el mes de octubre, cuando iniciaron huelgas parciales que culminaron con un paro total total en Santo Tomás y el 29 de diciembre. Pero sigue sin haber respuesta de la empresa, Biobide, -participada por Alsa-, que es la que tiene la concesión del servicio. “Transcurrido todo este tiempo no hay mucho que contar, estamos casi en el punto de salida porque los movimientos han sido pocos y, las reuniones, sólo dos”, dice Fernández. El pasado día 20 tuvieron la última reunión con la empresa y, de momento, no hay ninguna otra prevista. Por eso, miran al Ayuntamiento de Bilbao, al que acusan de “omitir totalmente su responsabilidad” en la búsqueda de una solución al conflicto. Los trabajadores quieren un convenio que les permita recuperar el poder adquisitivo y se quejan de que la empresa “ni negocia uno nuevo ni cumple el que está prorrogado”. “Las tablas salariales llevan sin actualizarse dos años”, señala Fernández.

La empresa concesionaria se aferra en sus negociaciones con los sindicatos en que el contrato que tiene suscrito con el Ayuntamiento “no da para más”. Es decir, el contrato no cubriría el incremento salarial que se corresponde con la subida del IPC en los dos últimos años. Es decir, cubría unas subidas salariales en función de unos ratios que están superados por la fuerte subida del IPC e instan a empresa y consistorio a solucionarlo porque “no puede ser que lo paguemos los trabajadores”. El alcalde Juan Mari Aburto se ha mostrado públicamente en varias ocasiones dispuesto a “cancelar el contrato y sacar uno nuevo”, pero siempre lo ha condicionado a que no haya huelgas y ha recordado que para eso “se necesita tiempo”. Pero más allá de esas manifestaciones no se ha concretado nada más.

“En el Ayuntamiento nos dicen que no puede hacer nada para la readecuación de las condiciones del contrato actual, que tiene vigencia hasta 2029, por incompatibilidad jurídica, técnica y económica”, dice el representante de los trabajadores. Pero desde su punto de vista, “los equipos técnicos y jurídicos tienen una serie de salidas para buscarlas, pueden buscarlas y deben buscarlas porque es su obligación y porque se lo deben a los usuarios”. Y advierten: “Este conflicto se prolongará todo lo que haga falta hasta que no alcancemos una solución”.

Calendario de paros

De momento, las fechas de los paros son las siguientes: Días 8 y 16 de enero, paros parciales. El 18 de enero paro de 24 horas. El 22 y 31 de enero paros parciales. El 5 de febrero la huelga será total y el 8, 13, 20, 27 y 29 parciales -cuatro horas por turno- . En marzo, pararán el 5, 11, y 18 de forma parcial, y el 21 la huelga será de 24 horas. El 27 será de nuevo parcial. Abril comenzará con un paro de 24 horas el día 8, y paros parciales los días 11, 17, 23 y 29. En mayo pararán los días 2, 7, 14. 20 y 22 de manera parcial y 24 horas el día 29. No es el primer conflicto que vive la plantilla de Bilbobus a cuenta de la concesión. La anterior compañía que explotaba el servicio, Veolia, renunció a la concesión en 2012, alegando que no podía hacer frente al servicio con las partidas que el Ayuntamiento destinaba a Bilbobus.