Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.
Sin becas no hay paraíso
Es difícil de comprender el empeño de Wert por ventilarse las becas universitarias en un país con una tradición tan arraigada en conceder becas como España. Hagamos un breve recopilatorio.
Como hecho fundacional de esta costumbre tan sana está la Beca De La Transición, repartida a puñados entre políticos franquistas que se matricularon en Democracia a pesar de tener suspendidas, entre otras, las asignaturas de Derechos Humanos y Libertades Políticas. En aquel momento se trataba de pasar de curso como fuera y no ponerse exigente con cuatro o cinco materias maría que no tenían mayor importancia. Fue lo que en círculos escolares se conoce como un aprobado general.
Quizás hayan escuchado la palabra sobresueldo. Nos encontramos ante un mal uso de la lengua castellana. El término correcto es Beca Para Dignificar La Actividad Política. Hay ejemplos por doquier. Tomemos el caso de Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PP catalán. En 2011 cobraba su sueldo de senadora más las dietas parlamentarias, unos ingresos que no le permitían merendar palmeras de chocolate rellenas de nata o comprar el Pronto todas las semanas. Así que el PP concedió a Alicia una beca para que pudiera llegar a fin de mes con cierta holgura: 113.633 euros aquel año. Habrá quien no lo entienda y está en su derecho de levantar la voz, pero convendremos todos en que lo que menos necesita una democracia adulta como la nuestra es tener a políticos mendigando a la puerta de los supermercados.
Fue precisamente el drama de las bajas retribuciones en la política lo que animó al Congreso de los Diputados a establecer de forma pionera la Beca de los Cubatas A Menos de 4 Euros. Sólo la demagogia populista de quienes denuncian privilegios inexistentes provocó la retirada de esta ayuda aunque la beca se ha mantenido, por fortuna, para el vino, la cerveza y los filetes rusos. No por menos conocida deberíamos obviar la Beca De Alojamiento Aunque Tengas Un Piso En Madrid de la que disfrutan sus señorías. ¿Es que nadie ha pensado en cómo pagar una tercera o cuarta residencia en la playa? Mucha envidia es lo que hay en este país.
Por otra parte, sin becas sería imposible que los miembros del Consejo General del Poder Judicial pudieran abandonar su puesto de trabajo los jueves por la tarde para regresar el martes por la mañana. Esta es la Beca De La Semana Caribeña dedicada a fomentar la pesca, el coleccionismo de sellos o filatelia, la siesta antes de comer y otras aficiones inherentes a la actividad jurídica. En el Parlamento Europeo también está disponible esta misma beca aunque las autoridades obligan al paripé de fichar el viernes justo antes de salir pitando en el primer avión de vuelta a casa. Estos meticulosos europeos, ya saben.
El gran ejemplo del extraordinario sistema de becas impulsado por el Estado es la monarquía. Podríamos incluso considerar que la Casa Real es una beca en sí misma otorgada por derecho hereditario o arrejuntamiento, aunque la Beca Real no está tan bien pagada como se cree. Sin ir más lejos, Iñaki Urdangarin se vio forzado a involucrarse en negocios muy turbios para dejar de comprar yogures de marca blanca y que sus hijos no tuvieran que estudiar con libros de texto de segunda mano (esos libros que vienen subrayados por niños plebeyos que cogen el transporte público para ir al colegio). Por cierto, en la última actualización administrativa fue suprimida, sin razón conocida, la Beca Corinna De Viajes A Botsuana. Ser rey se está poniendo complicado, la verdad. Cualquier día en la Zarzuela terminan llamando al chino para cenar. O lo que es peor, cualquier día terminan trabajando en el chino para poder cenar.
Con el paso del tiempo, también la iniciativa privada se ha sumado al festival de las becas en un acto de filantropía muy poco reconocido. La más conocida es la Beca Para Ex Presidentes Del Gobierno Y Otros Cargos Públicos que conceden las grandes compañías eléctricas. Gracias a esta beca, Felipe González, Elena Salgado, José María Aznar y Ángel Acebes han conseguido pagar antibióticos y otros medicamentes encarecidos por el Gobierno de Mariano Rajoy y que hubieran supuesto un golpe definitivo a sus maltrechas economías domésticas.
Y la última incorporación al Sistema Nacional de Becas ha sido la Beca En Diferido pero su complejidad burocrática es tal que prefiero que la explique su inspiradora, María Dolores de Cospedal.
Y podría seguir un par de horas más detallando el lujoso mundo de las becas en el que vivimos en España, pero dejémoslo aquí y resumámoslo todo en una última frase.
Ministro Wert, vuelva a las tertulias, por favor.
El título del artículo es una frase que leí en Twitter después de que se conociera el trabajo de investigación (arduo, por supuesto) de la periodista Paloma Cervilla sobre las becas en España. leí en Twittertrabajo de investigación (arduo, por supuesto) de la periodista Paloma Cervilla
Sobre este blog
Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.