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El programa electoral de Felipe VI

Felipe de Borbón encara la última semana de su campaña electoral. Tras el apoyo del Congreso de los Diputados, quedan la votación del Senado y la publicación en el BOE, antes de asumir la jefatura del Estado para el resto de su vida y de la de muchos de sus súbditos. Una campaña electoral algo excéntrica porque se ha presentado un solo candidato y se le ha dado un volantazo al referéndum, pese a que las encuestas certifican que el apoyo a la monarquía está muy por debajo del entusiasmo que emborracha a la mayoría de los diputados del Congreso.

Tenemos por delante una semana en la que seguirán cacareándonos con la extraordinaria preparación de Felipe (y es verdad, él sabe pilotar un avión con bombas en la panza y tú, no), y será una semana en la que seguiremos sin conocer qué es lo que plantea para el reino en el que va a reinar. ¿Cuál es el programa de Felipe más allá de los lugares comunes sobre prosperidad, paz, modernización y el amor eterno a las flores silvestres? ¿Qué piensa de la crisis y los recortes? ¿Y de la corrupción? ¿Es la libertad de prensa compatible con la (auto)censura cuando se menciona a la Casa Real? ¿Hay que echarle vinagre de Módena a todas las ensaladas?

Dado el hermetismo que rodea a la figura de Felipe sólo hay dos modos de conocer las opiniones políticas del futuro jefe del Estado: formar parte de su círculo más íntimo de amistades –entre quienes no me encuentro dada mi falta de tiempo y mi condición plebeya y provinciana– o acudir a sus escasas entrevistas, declaraciones públicas y discursos. Y es lo que he hecho, apartando los clichés y las flores silvestres, para intentar llegar a alguna conclusión.

El programa electoral de Felipe VI es más o menos así:

Apoyo a los recortes

Apoyo a los recortesEl futuro rey utiliza uno de los eufemismos a los que nos acostumbra el Gobierno: la palabra 'reformas', que suena mucho más inofensiva que 'recortes'. Felipe defiende que en Europa se están realizando esfuerzos “muy importantes de adopción de reformas que ya están teniendo impacto en el crecimiento económico y el empleo”. Las recetas de la Troika para salir del pozo empobreciendo a la población, para entendernos. Además, al referirse a las consecuencias de los recortes, el futuro rey suele tirar de la capacidad de sacrificio de los españoles, una fórmula 'new age' que descarga culpas y, supuestamente, levanta el ánimo. Supuestamente.

La crisis se está superando

La crisis se está superandoEn octubre pasado, Felipe calificó de “elocuentes” los datos de la mejoría económica de España en la línea del discurso hiperoptimista de Guindos, Montoro y compañía (¿el futuro rey es del PP?). Por supuesto, no sin antes mencionar el alto nivel de paro. Que una cosa es ser elocuente y otra, insensible. Con toda seguridad fue un lapsus, pero el optimismo llegó a su cima cuando, en uno de sus discursos, Felipe se atrevió a decir que España “ha atravesado” la crisis. “Está atravesando” hubiera sido mucho más apropiado, aunque es verdad que la crisis no se vive igual en la Zarzuela que en Lavapiés, y puede que haya zonas de España en las que la crisis ya se vea desde el retrovisor y el Pocero esté construyendo pisos otra vez.

Tampoco es que Felipe tenga mucho ojo para prevenir acontecimientos históricos. En marzo de 2007, antes del crack, el príncipe explicaba que España mantenía “un equilibrio de las cuentas públicas, incluso con un superávit consistente y un ratio de deuda en disminución”. En esto, sin embargo, no hay mucho de qué culparle: al parecer, nadie se enteraba de nada y Zapatero se vanagloriaba de que España jugaba en la Champions League de la economía. Y ya veis.

Periodismo sin tensiones

Periodismo sin tensionesComo no podía ser de otra manera, Felipe defiende la libertad de información y de expresión, que “son garantías esenciales de todo Estado de Derecho”. El futuro rey ha entregado galardones periodísticos en varias ocasiones y en el acto del Premio de Periodismo Francisco Cerecedo del pasado año, fue más allá de lo que exigen los tópicos y, tras defender la necesidad de la libertad de información (con rigor y responsabilidad, eso sí), sostuvo que hay que “preservar y alimentar los sentimientos fraternales siempre y en todo momento por encima de las tensiones, de las discrepancias y los desencuentros”. El editor de 'El Jueves' no podría haberlo explicado mejor. Quizás sean estos sentimientos fraternales los que provocan que las portadas sobre la monarquía de buena parte de la prensa de papel salgan publicadas sin tensión ni desencuentros. Y casi calcadas.

Con las élites del país

Con las élites del paísEn la cena que el rey Juan Carlos ofreció a 450 autoridades del país con motivo de su 70 cumpleaños, el heredero pronunció un discurso que será recordado por las muestras de cariño que dirigió a su padre y el desenfado con el que se desenvolvió. Sin embargo, pasó inadvertido el mensaje que Felipe trasladó a los allí congregados. Se refirió a ellos como “los hombres y mujeres que han dedicado sus mejores esfuerzos para sacar adelante a España en democracia, libertad y bienestar”. No he conseguido la lista completa de invitados pero, entre otros, estaban Rouco Varela, Ana Botella, Esperanza Aguirre, Francisco José Hernando y el entonces presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán (el que está en la trena). Todos juntitos y piropeados por Felipe. El pueblo llano, vamos.

El Senado es lo más

El Senado es lo másFelipe, probablemente, sea una de las pocas figuras públicas en España que defiende con vehemencia el papel del Senado en el entramado institucional del país. “Quiero dedicar un homenaje de gratitud a la labor parlamentaria en general, y a la de esta Cámara Alta en particular, por su contribución diaria al progreso de España en su riqueza, diversidad y pluralidad”. ¿El Senado contribuye diariamente al progreso de España? Esto no se lo escuchas ni a un presidente del Senado en pleno ataque de senadismo.

No a la corrupción

No a la corrupciónFelipe ha intentado distanciarse del clima de corrupción que se vive en España en general, y en su familia en particular. Hasta el punto de que se vio obligado a entonar una especie de 'yo no soy como ellos' cuando subrayó la ambición “honesta y transparente” de la Fundación Príncipe de Girona que preside. Pese a todo, el rechazo por parte de Felipe al trapicheo ha estado barnizado, otra vez, de eufemismos: “La sociedad exige una reflexión rigurosa para nunca más volver a caer en errores y excesos inadmisibles”. Ya lo escribí en su día: apropiarse de dinero público para enriquecerse no es un exceso ni un error. Es un delito y tiene que juzgarse. Tampoco he encontrado referencias en los discursos de Felipe al origen de la fortuna de su padre. Bueno, ni en la prensa española. Para eso hay que leer el New York Times. En todo caso, coincidiremos en que, conocido el percal, si alguien puede saber de chanchullos y de cómo evitarlos, ése es un miembro de la Casa Real.

La familia como valor fundamental

La familia como valor fundamentalEn una de las pocas entrevistas que ha concedido a lo largo de su vida, Felipe afirma: “Yo desearía mi ambiente familiar para cualquiera”. En mi familia somos despegados pero casi que me quedo con mi ambiente familiar. Gracias.

Felipe de Borbón encara la última semana de su campaña electoral. Tras el apoyo del Congreso de los Diputados, quedan la votación del Senado y la publicación en el BOE, antes de asumir la jefatura del Estado para el resto de su vida y de la de muchos de sus súbditos. Una campaña electoral algo excéntrica porque se ha presentado un solo candidato y se le ha dado un volantazo al referéndum, pese a que las encuestas certifican que el apoyo a la monarquía está muy por debajo del entusiasmo que emborracha a la mayoría de los diputados del Congreso.

Tenemos por delante una semana en la que seguirán cacareándonos con la extraordinaria preparación de Felipe (y es verdad, él sabe pilotar un avión con bombas en la panza y tú, no), y será una semana en la que seguiremos sin conocer qué es lo que plantea para el reino en el que va a reinar. ¿Cuál es el programa de Felipe más allá de los lugares comunes sobre prosperidad, paz, modernización y el amor eterno a las flores silvestres? ¿Qué piensa de la crisis y los recortes? ¿Y de la corrupción? ¿Es la libertad de prensa compatible con la (auto)censura cuando se menciona a la Casa Real? ¿Hay que echarle vinagre de Módena a todas las ensaladas?