Son varios los municipios riojanos que se ven acreditados por la denominación de origen Cava para elaborar y comercializar vinos espumosos que completan el buen hacer legendario catalán en estas lides. Aparte de cortas elaboraciones muchas veces artesanales y familiares realizadas para consumo propio y que no llevan el sello del Cava, las cuales por cierto uno ha tenido el honor de catar y degustar gracias a la generosidad de sus elaboradores, tal vez sea El Barrio de la Estación de Haro el espacio que mejor representa el a veces desconocido capítulo de estos vinos espumantes en lo que a La Rioja se refiere.
Bodegas Bilbainas y Bodegas Muga apadrinan estas dos referencias que hoy traigo al blog y que siempre sorprenden por su frescura y equilibrio.
Dos cavas de Rioja que surgen desde este paraje singular, un espacio de cultura vitivinícola con pasado, presente y futuro y dos enólogos que saben conjugar uvas y burbujas, frescura y untuosidad, acidez y sensaciones golosas, equilibrio y volumen.
Diego Pinilla y Jorge Muga, dos baluartes del presente en El Barrio de la Estación de Haro con la pasión por la cultura del vino por bandera. Les aseguro que quienes prueban estos cavas, repiten.
Bodegas Bilbaínas Cava Viña Pomal Selección del Enólogo Blanc de Noirs Brut Reserva 2013
Bodegas Bilbaínas Cava Viña Pomal Selección del Enólogo Blanc de Noirs Brut Reserva 2013Monovarietal de la casta garnacha para cuya elaboración se utilizan frutos vendimiados en parcelas localizadas a una altitud de quinientos cincuenta metros en pleno corazón de la Rioja Alta, cuyos viñedos apuntan una antiguedad de entre veinticinco y treinta años. Un cava brut reserva que acredita una crianza que sobrepasa los dieciocho meses sobre lías y que coincide con el centenario cumplido desde la fecha en la que Bodegas Bilbaínas, con el asesoramiento de un maestro champanero de Epernay, comenzó a elaborar vinos espumosos.
Un blanc de noirs cómodo, amable en el paso, que abunda en la seña de la fruta que le da vida, equilibrado y dotado de una buena condición en cuanto a intensidad aromática. Tras la vendimia manual, se procede, con la fruta ya en bodega, a realizar un suave prensado, con mínima extracción de color, obteniendo el vino base con una fermentación de temperatura controlada. Tiraje, siguiendo los cauces tradicionales del método, y rienda suelta a la maduración que tiene lugar en el interior de la botella.
En copa parada exhibe un cromatismo amarillo rosáceo suave, con reflejos acerados y piel de cebolla, buen brillo y burbuja muy fina. Nariz que proclama evocadoras notas de fruta roja en sazón, guía cítrica, algunas señas de pera Red Anjou y grosellas, mantiene en segunda instancia algunos motivos florales y un apunte de hinojo y muy distante pastelería, de hecho este descriptor no surge hasta la segunda copa, y lo hace con timidez.
La fruta deja un componente goloso en la fragancia, y se ve complementada con notas de perfume, que evocan de un modo fundamental flores y balsámicos.
Boca sabrosa, fina en su avance, con la traza de acidez justa, la que corresponde con la personalidad varietal de la garnacha, guiñando el ojo en cuanto a dulzor y abriendo una buena sensación de frescura. Envolvente en grado medio, llega hasta la parte final de la cata con buen criterio de viveza. Las burbujas no se recrean en exceso, incluso pasan un tanto desapercibidas, dando al cava más perfil de vino que de espumante.
Retronasal que habla de frutos rojos, fruta blanca, cítricos, flores blancas y rojas, y en la despedida un brote balsámico que redondea su expresión, dando una nota de prolongación que se expresa muy frutal. Sabroso y delicado.
Bodegas Muga Conde de Haro Cava Brut Vintage 2016.
Bodegas Muga Conde de Haro Cava Brut Vintage 2016.Con una base varietal mayoritaria de la casta viura y un aporte menor complementario de uvas de malvasía, se elabora en Bodegas Muga, este cava, que sigue los parámetros del método tradicional y que surgen de viñas localizadas en altura, con exposición norte. La fruta se cosecha unos días antes de lo habitual en vendimias para vinos blancos y se trasladan a bodega en donde tras una selección meticulosa de los granos a utilizar se procede con un prensado suave, obteniéndose el mosto que fermentará por vez primera en depósitos de madera de mil litros para después acometer la segunda de las fermentaciones, está vez en botella. Catorce meses de permanencia en rima y posterior salida al mercado. Fue una idea excelente a mi juicio, marcar los dígitos de cada edición de vendimia en la etiqueta exterior, logrando con ello distinguir en función de las características de cada ciclo vegetativo, la misma referencia en cada año de su presencia en el maravilloso y al mismo tiempo complejo, mercado de las burbujas.
Descorche y servicio en copa, pincelando una cromática amarilla brillante y limpia, reflejos pajizos suaves y cetrinos, con buen despliegue de burbuja fina.
La cercanía aromática descubre nostalgias cítricas y de fruta blanca, continuidad floral, con señas melosas y balsámicos en la continuidad, especiados dulces y un registro que habla de cereal. Muy frutal, con la pulpa presente de principio a fin.
En boca arranca con intensidad, acidez plena en el avance, resulta fresco y jugoso, tapiza la boca con volumen y estructura, vertical en su desarrollo, amplio y divertido. Expresa un tono acidulante directo y sereno. Bien delineado, muy buena seña de persistencia.
Añada que presume de viveza, casi gustativa electricidad, sin tapujos ni edulcorados añadidos.
La vía retronasal relata memorias de limón y manzana, pera y ciruelas proustianas, flor de azahar y bergamota, anisados y heno, con un evocador guiño de vainilla y camomila, y una buena condición en cuanto a su llegada y alcance.
Refrescante y juvenil. Adolescente, diría yo, siempre en una acepción positiva del término.