Pedro Peciña es un hombre de vino y uva; un hombre de campo y viñedo porque lo lleva en su corazón y lo maneja con su esfuerzo. Pedro es el padre espiritual de varias referencias, todas ellas singulares, marcadas por la fresca personalidad de las uvas sonserranas. Junto a su esposa, María Ruiz, puso el primer ladrillo de su proyecto, en el año 2014, y desde entonces El Vino Pródigo, nombre de la bodega, no ha parado de dar satisfacciones a quienes hemos conocido sus vinos, añada tras añada. Placeres Sensoriales, La Viña de la Merce, Prodigus Venit y Titania, vino este último, cuya crónica de cata he elegido para este artículo, forjan el esfuerzo de Pedro por sembrar y recoger los frutos de una labor honesta y llena de personalidad.
Pedro, conocedor de que tú base de operaciones vitivinícolas se encuentra en la Sonsierra, la pregunta es casi una obviedad: ¿Qué supone para ti en el conjunto de la Denominación de Origen Rioja esta legendaria y a la par privilegiada zona?
San Vicente es un sitio privilegiado por muchos aspectos, ya desde la edad media era un territorio en disputa por el Reino de Navarra, de Castilla y de Aragón, siempre ha tenido mucho potencial histórico como ubicación estratégica, y en la actualidad, solo hace falta ojear cualquier publicación crítica con los vinos, y siempre en los primeros puestos tenemos un vino de la Sonsierra. Desde hace 10-15 años, con el esfuerzo de bodegas y agricultores hemos conseguido poner a San Vicente en el panorama enológico mundial, y para mí es un honor estar en una feria en otro país, que hables de San Vicente, y la gente ubique donde está: A pesar de tener poco más de 1.000 habitantes somos ya la ‘Royal Mile’ de Rioja, un poco como Saint Emilion en Burdeos.
A pesar de ser muy diversos los suelos, esa riqueza, acompañada de la ubicación privilegiada entre la Sierra de Cantabria y el río Ebro, y una climatología totalmente diferente al otro lado del río, con nuestro viento norte, nuestro ‘cejo del Toloño’… hacen que los vinos de la Sonsierra sean fácilmente identificables por su ‘terroire’.
Me ha gustado de un modo especial tu elaboración Titania, con la Tempranillo blanca como protagonista. ¿Qué motivos te llevaron a apostar por esta varietal?
Rioja está saturada de vinos blancos de Viura, a mi entender una variedad sin nada destacable, y muy ‘común’. Por eso, buscando algo diferente y peculiar, que a la vez siga presumiendo de ese nombre como es ‘tempranillo’ y después de varios años buscando una variedad y ubicación que se adecuara a sus necesidades, por fin lo hemos conseguido, y digo hemos porque la marca Titania, amparada bajo el proyecto Brujo Wines -a diferencia de El Vino Pródigo que lo hago yo solo junto a mi mujer María y es un proyecto más personal y mi gran sueño-, es un proyecto junto con mi socio y amigo Javier Rojo. En él buscamos hacer pequeñas producciones, parcelas muy peculiares y vinos de calidad excepcional, tanto en imagen de producto como de disfrute del vino elaborado.
Digamos que Titania busca la excelencia, la peculiaridad y la exclusividad en toda la gama de vinos que saldrá al mercado, ahora mismo solo disponemos de Titania Tempranillo Blanco 2017, pero en un plazo muy corto de tiempo tendremos Titania Tinto 2017 Tempranillo edición limitada y Titania Rosado Tempranillo 2018, una gama de vinos que dará mucho que hablar.
El objetivo de utilizar tempranillo blanco es claro: exclusividad, originalidad, y, sobre todo, presumir de Tempranillo, tinto o blanco
¿Cómo valoras a título personal el presente y futuro de la DO Rioja?
Ha habido unos años convulsos, la crisis ha agudizado el ingenio.. y, sobre todo, las economías. Ha habido bodegas que han tirado el nombre de Rioja por los suelos, con precios por debajo de costo para mitigar los golpes, y ha hecho mucho daño a todos los que creemos en nuestros proyectos y que trabajamos cada día por la pasión del vino y de Rioja y nuestro único objetivo es pagar las facturas a final de mes, no por dar explicaciones en los consejos de administración de multinacionales que al vino le llaman ‘caldo’.
Ese problema se le ha ido de las manos al Consejo Regulador, ya que siempre ha “presumido” de no poder hacer nada con el tema de los precios mínimos, pero parece que todavía no es tarde y se están empezando a sentar bases de lo que puede ser un nuevo plan para volver a poner a Rioja donde merece.
Sigue habiendo bastantes dudas, problemas burocráticos, política… problemas que nada tienen que ver con el vino en sí, que suponen trabas para poder hacer las cosas en condiciones… pero lo importante es que hay voluntad de reconducir la situación, y yo confío, aunque cueste, que tomaremos la dirección correcta.
Luego está el tema de Rioja, Álava… y tantas cosas que no tienen nada que ver con el vino sino con la política, y, además, esa burocracia del etiquetado está volviéndonos locos a todos, pero es cuestión de tiempo que la gente, las bodegas y los agricultores lo asimilen.
El tema es claro, todas las uvas no son iguales y no valen lo mismo, y cuando esto lo tengamos claro, tanto bodegas como agricultores, empezara a verse Rioja de diferentes categorías y precios… lo que pasa es que ahora el público potencial solo diferencia entre joven, crianza, reserva y gran reserva. Y tenemos tanto y tan bueno para clasificar nuestros vinos, que nos volvemos locos los productores. Y lo que es peor, volvemos locos a los consumidores.
La mayoría de bodegas sacan al mercado su mejor vino (al menos el más caro) con etiqueta de vino joven y el público medio sigue pensando que lo mejor del mundo es un gran reserva.
Ese daño del que hablaba era que se vendían grandes reservas a cinco euros, y vinos jóvenes a 30, 50,100… y eso la gente no lo entendía. Por eso estamos donde estamos.
¿Qué papel crees que jugamos en el mundo de la cultura vitivinícola los catadores y escritores en general? ¿Crees que como decía Emile Peynaud es importante saber describir los vinos o simplemente es pura literatura sin mayor valor?
Para mi es una labor fundamental, lo mismo que hay periodistas críticos de moda, del motor, de la gastronomía… la verdad que vas a un quiosco y encuentras revistas de cualquier cosa que se te ocurra, y siempre es lo mismo, alguien haciendo una crítica sobre ese tema en concreto. Para mi es una parte fundamental en la parte de ‘construir’ un vino. La única pega que veo es que hay que ‘humanizar’ el vino, hacerlo accesible a todo el mundo, no hace falta adornarlo con muchas flores y lazos, siento decir que no estoy de acuerdo en esta parte con el gran maestro Emile Peynaud. Y eso que ha sido mi enciclopedia técnica casi desde que aprendí a leer, no hace falta saber describir los vinos, eso aleja al público mayoritario del mundo del vino, les da pavor estar en una reunión social, una cena, o con un grupo de amigos y que alguien empiece a filosofar sobre lo que está bebiendo.
Si vas a un bar y pides una caña, la disfrutas y ya está, a nadie le abduce el espíritu del Dios Baco y empieza a soltar una verborrea que únicamente sirve para dejar en ridículo al que escucha, porque piensa que no sabe, y al que lo dice, porque es hortera, puro postureo… el vino se disfruta, teníamos que hacer una campaña de prohibición, prohibición a la frase ‘yo es que no entiendo de vino’. La gente tampoco entiende de política ni de futbol… y todo el mundo opina, pues el vino igual…. Opina si quieres, y si no quieres, bebe y disfruta.
¿Cómo consideras que puede identificarse y valorarse la calidad de un viñedo, finca o parcela? ¿Es cuestión de suelo, exposición, altura o consideras que por encima de todo ello el valor es más proporcional al trabajo y mimo a pie de campo?
En mi pueblo dicen que ‘el más tonto es relojero’ (risas). Realmente lo importante es la cultura que tienes de algo que te gusta y que mamas desde pequeño. Creo que tenemos la suerte de estar en una región, una comarca, un pueblo, y unas viñas que emanan esa cultura, y encima tenemos calidad de sobra para hacer un producto excelente. Por supuesto, ese mimo, ese cariño, y el conocimiento son esenciales, pero en una zona como la Sonsierra, que tienes todos los ingredientes para hacer algo excepcional, si eres mediocre, tienes el doble de culpa que en cualquier otra comarca. Pero bueno, en San Vicente el más tonto relojero. Todos los vinos son buenos, o deberían.
Para valorar la calidad del viñedo al final es un poco una mezcla de todo. Sobre todo, saber qué tienes entre manos, qué suelo tienes en tu parcela, donde está situada, quienes son tus vecinos, cómo trabajan tus vecinos, ser un poco meteorólogo… son tantos aspectos.
En San Vicente hay muchos tipos de suelos y zonas, pero hay dos muy claramente diferenciadas: las viñas que están desde el pueblo hacia el monte, y las que están desde el pueblo hacia el Ebro y hacia la carretera de Baños. Hace 10-15 años todos querían las viñas en esta última zona, la zona baja, y eran los terrenos más caros. Ahora todo el mundo quiere las viñas que están hacia el monte y se ha invertido el valor… entonces ¿cuáles son las buenas? Creo que el cambio climático está obligando a todos los cultivos a buscar cada vez zonas más altas para completar las maduraciones correctamente. Y yo tengo una cosa clara: si me quieres regalar un terreno, que sea en la zona del pueblo que va hacia la montaña.
Además de la DO Rioja, ¿qué otras DO de la geografía española consideras a nivel personal que poseen referencias de alto nivel capaces de competir en el mercado internacional? ¿Tienes algunas predilectas?
Llevo un tiempo juntándome con un grupo de 10-12 amigos y solemos hacer 2-3 catas al mes en la tienda de mi amigo Álvaro, en Solorioja, en Logroño, y hacemos muchos tipos de catas temáticas, y probamos vinos muy interesantes por precios muy asequibles, y vinos menos interesantes a precios muy caros.
En general he llegado a una conclusión: hay vinos muy buenos en la zona de Ribera del Duero, por ejemplo, pero se pagan muy caros; vinos muy buenos y más asequibles en cualquier DO de Galicia; me encanta Ribera Sacra, y me encanta Bierzo de Leó. Para micasi por delante de Ribera del Duero estas dos, y luego me gusta Montsant. Se están empezando a hacer cosas buenas en Asturias, Cantabria… los Txakolis ahora más elegantes en la Costa Vasca…y los cavas bien elaborados mejor que muchos Champagnes y me gusta que estoy empezando a entender los vinos de marco de Jerez. Estoy contento conmigo mismo por empezar a entenderlos, ya que siempre me había costado mucho. De los que no me gustan prefiero no hablar.
Aprovechando para felicitarte por tus referencias y trabajo, a mi juicio, marcadas de personalidad, equilibrio y frescura, ¿te sientes recompensado por tantas jornadas de esfuerzo y trabajo? ¿Crees que el vino en España está suficientemente valorado por los consumidores?
Creo sinceramente que a la gente no le duele pagar 10-15 euros por una copa de ginebra adulterada, con una pegatina en la botella de una marca que le han metido por los ojos en una fiesta, o en una discoteca, o un champagne de ínfima calidad a precios astronómicos por lo mismo, porque está de moda o porque parece que da cache beber ese ungüento cuando realmente hay vinos, destilados, cavas…. Elaborados en España, sin tanta publicidad y sin tanto glamour, pero que puedo asegurar que te sientan mejor al estómago, a la cabeza y al espíritu que esos brebajes hechos a base de publicidad.
Sin embargo, al público en general, que le cobren dos euros por una copa de vino que muchas veces es elaborada por un agricultor, una familia, un pequeño empresario, que ha seguido todo el proceso, desde la A a la Z… que ha puesto todo su trabajo, su conocimiento, su esfuerzo, y la mayoría de las veces ha arriesgado su economía, y su bienestar por Hacer realidad un sueño pues no se lo valoran y piensan que dos o tres euros por una copa de vino es un atraco a mano armada. A esos que piensan que les están engañado por pagar tres euros por una copa, o 15 por una botella en una tienda, o 20 en un restaurante… que piensen que en todas estas marcas con la publicidad tan bonita los únicos que tienen merito son los de la sección de marketing porque hacen muy bien su trabajo. Pero que piensen por un segundo cómo se ha elaborado cualquiera de mis 30.000 botellas en una comarca como la Sonsierra y cómo se ha elaborado una ginebra o un Champagne concreto que lo puedes encontrar en cualquier rincón del planeta. Con esa reflexión es suficiente.
Luego el trabajo se ve recompensado cuando te dicen unas buenas palabras, escriben un bonito artículo, elogian tu trabajo, y te dan palmaditas en la espalda, eso nos gusta a todos… pero no nos engañemos. La segunda mayor satisfacción es cuando recibes un email con un pedido de vino y la mayor satisfacción… cuando lo cobras.
Muchas gracias Juan por tu trabajo