A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.
Sin empleo no hay salida
Casi de tapadillo nos anuncia el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco, Ricardo Gatzagaetxebarria, que este año no se generará empleo neto. En otras palabras, que no se crearán más empleos de los que se van a destruir. La excusa es la incertidumbre internacional y el parón de las economías europeas. Casi ya no nos sorprendemos. Lo aceptamos y hasta nos puede parecer bueno que las cosas no vayan aún peor. Lo que, por otra parte, es terrible.
El mensaje me parece dramático pero llega en silencio, sin hacer ruido y sin parecer importante. Y eso que hablamos de las cosas del comer. No hay nada que garantice el bienestar como tener un empleo, pero tenemos otras prioridades. No sé si es cosa de los medios de comunicación o de los políticos.
Nos encontramos con que un compañero de Consejo de Gobierno de Gatzagaetxebarria, el portavoz y consejero de Administración Pública y Justicia, Josu Erkoreka, clama contra la recentralización con la que ataca a Euskadi el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y no entiendo nada. La verdad es que de ese debate con lo único que me quedo es con las duplicidades reales que hacen que en Euskadi gastemos dos veces por lo mismo y parecen no importarle.
En medio de la crisis de la que no se sale y con un futuro al menos incierto, los medios y el Gobierno de Euskadi tienen como prioridad las declaraciones sonoras, la de Erkoreka o las del propio lehendakari reclamando autogobierno. Me parecen muy bien las aspiraciones de todo el mundo. Bien planteadas son legítimas, pero no me parece que deban llevarnos a abandonar lo verdaderamente importante. Ya sé que en Cataluña se ha dejado de hablar de crisis y solo se habla de consulta, pero eso solo esconde la crisis, no la hace desaparecer.
Puedo llegar a entender, aunque no lo comparto, que los dirigentes de un Gobierno quieran llevarnos por ese camino, pero no lo entiendo en los medios. Me parece que oír al señor Gatzagaetxebarria que no se van a crear empleos es una noticia importante y desgarradora. Y no lo es porque se incumpla lo que había dicho en sus previsiones, que también. Lo es por lo que arrastra.
Dejemos de hablar de cosas pintorescas cuando está en juego lo importante. Soy consciente de que la coyuntura internacional nos afecta, pero siempre hay cosas que se pueden hacer. Hay un principio que funciona, el de evaluar, analizar, decidir y volver a evaluar para corregir. Me pregunto si alguien lo está pensando en Euskadi. Podríamos saber si lo que se ha hecho y vendido para mejorar el empleo, la actividad económica, el bienestar de los ciudadanos ha servido para algo. ¿Hemos conseguido resultados o hay que hacer otra cosa?
Señor Gatzagaetxebarria, dígame si hemos perdido el tiempo, dígame si somos capaces de gestionar el autogobierno para salir de la crisis o no sirve o, tal vez, no lo usan bien, dígame si nada depende de nosotros, dígame qué van a hacer. Por favor, no me oculte la cuestión bajo un manto de patriotismo porque de lo que estamos hablando es de lo básico, del derecho al trabajo, la base de cualquier bienestar individual y colectivo.
Casi de tapadillo nos anuncia el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco, Ricardo Gatzagaetxebarria, que este año no se generará empleo neto. En otras palabras, que no se crearán más empleos de los que se van a destruir. La excusa es la incertidumbre internacional y el parón de las economías europeas. Casi ya no nos sorprendemos. Lo aceptamos y hasta nos puede parecer bueno que las cosas no vayan aún peor. Lo que, por otra parte, es terrible.
El mensaje me parece dramático pero llega en silencio, sin hacer ruido y sin parecer importante. Y eso que hablamos de las cosas del comer. No hay nada que garantice el bienestar como tener un empleo, pero tenemos otras prioridades. No sé si es cosa de los medios de comunicación o de los políticos.