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Historia, evolución y declive del desaparecido convento de San Francisco

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La Fundación Sancho el Sabio de la Fundación Vital acoge desde hoy ‘La ciudad perdida. El convento de San Francisco’, una muestra que recuerda la historia, evolución y declive de uno de los edificios más emblemáticos, tanto a nivel artístico como histórico, de los muchos que perdió la ciudad en época reciente. Se podrá visitar hasta el 8 de febrero.

Comisariada por el equipo de Álava Medieval - Erdi Aroko Araba, se trata de una exposición bibliográfica y fotográfica que se aproxima al convento de San Francisco, un edificio fundado a comienzos del siglo XIII, reconvertido en cuartel militar durante el siglo XIX y que fue derribado en 1930. Entre sus muros se condensaba toda la carga histórica que había ido acumulando a lo largo de los siglos hasta su derribo, un punto final dictado por la dinamita que a punto estuvo de condenar al olvido para siempre no sólo al edificio, sino también todo aquello que aconteció en su interior.

El equipo responsable de la investigación, integrado por Gorka López de Munain, Isabel Mellén, Iñigo Ezquerra y Ander Gondra, ha hecho uso para su preparación de documentos y materiales provenientes de más de una docena de archivos estatales. Con ellos ha dado forma a la historia más completa y compleja realizada hasta la fecha en torno al desaparecido cenobio vitoriano.

Situado entre las calles San Francisco y Postas, su centralidad marcó de alguna forma el devenir de la ciudad. Así, la muestra ahonda en los usos religiosos y políticos del convento; los hitos artísticos y los grandes nombres de las personalidades allí enterradas; la celebridad de algunos de sus moradores o, ya en el siglo XIX, las dificultades y adversidades vividas durante las sucesivas guerras.

Además, la exposición presenta y contextualiza el encarnizado debate vivido en la ciudad durante los años previos al derribo definitivo del edificio, con una amplia selección fotográfica de los momentos previos y posteriores al destrozo, y una generosa muestra de las contrastadas opiniones vertidas en la prensa local. Los intereses urbanísticos, la sensibilidad patrimonial o el crecimiento de la ciudad son también algunos de los ingredientes fundamentales en esta controversia.

‘La ciudad perdida. El convento de San Francisco’ supone además el inicio de una serie de actividades y propuestas que, a lo largo de los próximos meses, tendrán a este desaparecido convento como protagonista. Se va a publicar un libro-catálogo en el que se desarrollarán de forma mucho más detallada y profunda algunos de los aspectos apuntados en la exposición. Igualmente, se va a celebrar un ciclo de conferencias sobre los elementos y periodos fundamentales en su historia, y se van a poner en marcha diversas visitas guiadas, tanto a esta exposición como al centro de Vitoria, recorriendo algunos de los restos supervivientes del convento.

‘La ciudad perdida. El convento de San Francisco’, se podrá visitar hasta el 8 de febrero de lunes a jueves de 9 a 13:30 y de 15 a 18 horas y los viernes de 8 a 15 h en la sede de la Fundación Sancho el Sabio (Portal de Betoño, 23). Más información sobre festivos, horarios especiales y solicitar visitas guiadas para grupos en el 945 25 39 32.

La Fundación Sancho el Sabio de la Fundación Vital acoge desde hoy ‘La ciudad perdida. El convento de San Francisco’, una muestra que recuerda la historia, evolución y declive de uno de los edificios más emblemáticos, tanto a nivel artístico como histórico, de los muchos que perdió la ciudad en época reciente. Se podrá visitar hasta el 8 de febrero.

Comisariada por el equipo de Álava Medieval - Erdi Aroko Araba, se trata de una exposición bibliográfica y fotográfica que se aproxima al convento de San Francisco, un edificio fundado a comienzos del siglo XIII, reconvertido en cuartel militar durante el siglo XIX y que fue derribado en 1930. Entre sus muros se condensaba toda la carga histórica que había ido acumulando a lo largo de los siglos hasta su derribo, un punto final dictado por la dinamita que a punto estuvo de condenar al olvido para siempre no sólo al edificio, sino también todo aquello que aconteció en su interior.