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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Emigración juvenil: ¿oportunidad o último remedio? (EGI)

La posible salida al extranjero de nosotros/as los/as jóvenes, es una de las ideas que centran nuestro pensamiento una vez terminados nuestros estudios superiores. El actual contexto socio-económico de crisis en el que está inmerso el estado español, ha acrecentado valorar la idea de salir al extranjero, pero esta idea ¿es concebida más como una última alternativa o como una oportunidad?

Atendiendo al estudio sobre la movilidad internacional de la juventud de Euskadi, vemos como un 56,2% de los jóvenes vascos que han permanecido más de un mes en el extranjero, aduce motivos de estudios. En esta categoría entraría el programa Erasmus por ejemplo. En cambio son un 11,8% los vascos que alegan el trabajo y un 5,0% trabajo-estudios (prácticas). Analizando en profundidad el colectivo de jóvenes que ha alegado motivos laborales, veremos que un 35,6% ha viajado al extranjero por motivos de prácticas o formación, un 30,2% para trabajar en periodo vacacional, un 16,4% por una asignación temporal, un 9,1% para trabajar permanentemente en ese destino y finalmente un 8,7% por otros motivos de trabajo. Con estos datos podemos concluir que es menor el porcentaje de jóvenes vascos que salen al extranjero sin billete de vuelta que con él.

Pero ¿por qué son tantos los vascos que aunque no sea de forma definitiva deciden salir fuera? Los jóvenes somos plenamente conscientes de que cada vez es mayor el nivel formativo que tenemos, lo que hace que la competitividad a la hora de conseguir un trabajo sea cada vez más alta. Gozamos de una buena formación de base pero cada vez es más necesario incorporar extras que hagan más atractivo nuestro curriculum. Es innegable la importancia que han tomado los idiomas, en especial el inglés y la inmersión lingüística en un país de habla nativo, desarrollando el día a día facilita su aprendizaje, permite conocer otras culturas y en definitiva a desenvolverse como persona. En términos estrictamente laborales, favorece la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos profesionales, conocer otras perspectivas, aumentar la red de contactos profesionales y personales y las condiciones de empleabilidad o modelos de trabajo.

Por todo ello creemos que es importante que las instituciones vascas sigan impulsando como hasta ahora planes para fomentar la formación en el exterior, el promover proyectos que conlleven la interacción de jóvenes de diversa procedencia, siempre garantizando lugares y agentes de referencia internacional. Cuanto más grande sea nuestro abanico de oportunidades mayores opciones de éxito tendremos. No podemos permitir en cambio, decisiones como la del Gobierno español de retirar la tarjeta sanitaria a las personas que permanezcan más de 90 días fuera del estado español, que no hacen más que perjudicar y poner palos en las ruedas a las personas que simplemente buscan su desarrollo bien como personas o como futuros agentes del mercado laboral.

Cierto es también que no es menos importante que aquí en Euskadi sigamos contando con planes y programas que hay vigentes destinados a fomentar el empleo y el emprendizaje juvenil de calidad, contamos con una reforma laboral estatal nada favorecedora, pero tenemos herramientas para auto gestionar, esa es la senda que hay que seguir. En el último trimestre de 2013 el paro juvenil en Euskadi se redujo a un 29,4%, en España es de un 41,7%. Solo queda seguir remando todos-as en la misma dirección y no cejar en el intento.

La posible salida al extranjero de nosotros/as los/as jóvenes, es una de las ideas que centran nuestro pensamiento una vez terminados nuestros estudios superiores. El actual contexto socio-económico de crisis en el que está inmerso el estado español, ha acrecentado valorar la idea de salir al extranjero, pero esta idea ¿es concebida más como una última alternativa o como una oportunidad?

Atendiendo al estudio sobre la movilidad internacional de la juventud de Euskadi, vemos como un 56,2% de los jóvenes vascos que han permanecido más de un mes en el extranjero, aduce motivos de estudios. En esta categoría entraría el programa Erasmus por ejemplo. En cambio son un 11,8% los vascos que alegan el trabajo y un 5,0% trabajo-estudios (prácticas). Analizando en profundidad el colectivo de jóvenes que ha alegado motivos laborales, veremos que un 35,6% ha viajado al extranjero por motivos de prácticas o formación, un 30,2% para trabajar en periodo vacacional, un 16,4% por una asignación temporal, un 9,1% para trabajar permanentemente en ese destino y finalmente un 8,7% por otros motivos de trabajo. Con estos datos podemos concluir que es menor el porcentaje de jóvenes vascos que salen al extranjero sin billete de vuelta que con él.