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Vuelve la formación más exitosa de Guns N’ Roses tras 20 años de separación

El regreso de Guns N’ Roses con su formación más exitosa va a ser uno de los acontecimientos musicales más importantes del 2016. El cantante más ciclotímico del Rock duro, Axl Rose, volverá al escenario con Slash y el bajista Duff McKagan el próximo mes de abril, en el festival de Coachella (California, 16 y 23 de abril). Todos ellos han retomado su amistad, y están dispuestos a ponerse otra vez en marcha. Quieren reiniciar una de las máquinas más precisas de combinar buen Rock y emociones pasionales que ha dado la música. Falta, eso sí, por saber el resto de integrantes del grupo (Steven Alder? Matt Sorum? Izzy Stradlin? Richard Fortus?). Sólo la web oficial del grupo y Slash y Duff en las redes sociales se han hecho eco del acontecimiento.

Para quienes no vivieron el decenio que va desde 1987 a 1997 es complejo resumir todo lo que pasó dentro y alrededor de este grupo. Capaces de fabricar canciones inmortales como “Sweet child o’mine”, “Paradise city” o “November rain”, obras ampulosas como “Estranged” e himnos cercanos al Metal como “Nightrain”, “You could be mine” o “Welcome to the jungle”, subieron a los cielos con tanta rapidez como cayeron a los infiernos. O, mejor dicho, se tiraron ellos mismos.

Son innumerables sus coqueteos con las drogas, incidentes de orden público o las faltas de respeto a los seguidores, pero también es verdad que cuando conectaban entre sí aparecía algo similar a la magia: “cuando todos los elementos de una actuación encajaban de verdad surgía una interacción cojonuda. Generábamos una energía acojonante” admite Slash en la biografía que escribió Anthony Bozza (Es Pop Ediciones, 2010).

Las drogas y las complejas personalidades de los miembros del grupo deshilacharon el proyecto tras la publicación de los monumentales Use your Illusion I y II y, desde entonces, el nombre de Guns N’ Roses se arrastraba por el mundo con un Axl irreconocible físicamente, muy lejos de aquella pose de sex symbol que todos recordamos con las mallas que sugerían unos atributos descomunales. Tras haber jurado y prometido que no habría reconciliación posible, mientras los ex integrantes del grupo se ganaban la vida como podían, el contacto se retomó, aunque de momento no sabemos qué queda del desconcertante Axl que Slash describió así: “no vive en el mismo espacio mental que otras personas. Nunca es consciente de las molestias que pueden acarrerar sus decisiones para otros. No lo hace con mala intención, simplemente es así”.

Tampoco sabemos cuánta voz mantiene. Las últimas referencias en directo no son alentadoras. Slash, el hombre del sombrero de copa y la Gibson, sí retiene su infinito talento tocando la guitarra. En sus diferentes proyectos posteriores (Skanepit, Velvet Revolver, Slash) ha firmado composiciones muy notables, aunque a nadie se le escapa que el espacio compartido por ambos fue incomparable. Guns N’ Roses no inventaron ningún registro ni se plantearon que el Rock evolucionara a otro nivel. Simplemente lo querían hacer mejor que nadie. Y lo hicieron. Appetite for destruction, su primer obra, está en la lista de imprescindibles para cualquier amante de la música, más allá del Rock. Sus niveles de ventas aún marean hoy, y decenas de miles de personas todavía tienen una espina clavada: no haberles visto en directo. Y no me refieron a las famosas espantadas del escenario que protagonizaba Axl, sino a esos momentos que sólo se pueden apreciar en los vídeos de entonces. Ese magnetismo que desprendían los contoneos de Rose, los solos de Slash y las miradas desafiantes de Duff, Izzy o Adler.

En un anterior comentario cuestioné la oportunidad de esta reunión http://www.eldiario.es/norte/metalbitacora/reuniones-leyenda-Guns_N-Roses-Sepultura-Pantera-_heavy_metal_6_441365883.html Dudo que puedan acercarse siquiera al nivel de hace veinte años, pero no oculto que estoy deseando verlo. Tampoco que cuando vi a Slash interpretar el solo de “Sweet child o’mine” se me escapó una lágrima de la emoción. No estaba Axl en el escenario. Ese es su sitio. O debería serlo. No me anclaré en una absurda nostalgia. Seguramente, GNR al 25% estén aún a años luz de bandas que hoy ocupan un espacio desmesurado para lo que ofrecen. La respuesta a cuánto tiempo se sorportarán entre ellos nos la dará el tiempo

El regreso de Guns N’ Roses con su formación más exitosa va a ser uno de los acontecimientos musicales más importantes del 2016. El cantante más ciclotímico del Rock duro, Axl Rose, volverá al escenario con Slash y el bajista Duff McKagan el próximo mes de abril, en el festival de Coachella (California, 16 y 23 de abril). Todos ellos han retomado su amistad, y están dispuestos a ponerse otra vez en marcha. Quieren reiniciar una de las máquinas más precisas de combinar buen Rock y emociones pasionales que ha dado la música. Falta, eso sí, por saber el resto de integrantes del grupo (Steven Alder? Matt Sorum? Izzy Stradlin? Richard Fortus?). Sólo la web oficial del grupo y Slash y Duff en las redes sociales se han hecho eco del acontecimiento.