Periodista. Entre rebote y rebote 'cambió' el baloncesto por la actualidad.
Coca Cola, ETA y Messi
Leo con asombro que Coca Cola ha retirado un anuncio televisivo porque uno de sus actores participa en la plataforma Herrira. Es decir, que ha retirado una campaña de publicidad, a petición de una organización de víctimas del terrorismo, porque uno de sus protagonistas piensa de una forma que no coincide con la de la mayoría. Ese actor no está detenido, ni tiene penas pendientes, ni ha matado a nadie. Simplemente, tiene una ideología y defiende una reivindicación que no son 'políticamente correctas'. Coca Cola, la empresa que ha presentado un ERE que supone 750 despidos, ofrece un sentido de la responsabilidad publicitaria sin parangón.
Ya no solo hay que ser creativo, además hay que depurar los curriculum de los actores para no herir sensibilidades. Esto es algo inaudito. ¿Qué tendrá que ver lo que piense el actor en su vida privada con el personaje? ¿Borramos todas las películas de actores y directores franquistas? ¿Cuál es la ideología de todos y cada uno de los actores y actrices españoles? ¿Qué piensan de la homosexualidad, del racismo o, por poner un ejemplo 'al azar', del machismo? ¿Y los futbolistas qué piensan de todo esto?
Una cosa es defender democráticamente una forma de pensar y otra es que levantemos muros e instauremos una censura ideológica inaceptable en un país serio y democrático. Que las víctimas merecen todo el respeto es cierto. Pero que ese respeto se convierta en una actitud reverencial a actitudes censoras es diferente. El anuncio es inocuo respecto a las víctimas. Es inocuo respecto a cualquier otra consideración. Y eso es lo que se debe valorar. Porque si abrimos la espita de la pureza ideológica o moral, los defraudadores como Messi, aunque hayan cumplido con su pena, jamás podrán salir en televisión. Y los machistas, tampoco.
Leo con asombro que Coca Cola ha retirado un anuncio televisivo porque uno de sus actores participa en la plataforma Herrira. Es decir, que ha retirado una campaña de publicidad, a petición de una organización de víctimas del terrorismo, porque uno de sus protagonistas piensa de una forma que no coincide con la de la mayoría. Ese actor no está detenido, ni tiene penas pendientes, ni ha matado a nadie. Simplemente, tiene una ideología y defiende una reivindicación que no son 'políticamente correctas'. Coca Cola, la empresa que ha presentado un ERE que supone 750 despidos, ofrece un sentido de la responsabilidad publicitaria sin parangón.