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Alex Txikon tras escalar el Manaslu en invierno y sin oxígeno: “Ha sido la experiencia más extrema de mi vida”

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“Ni ahora soy el mejor del mundo, ni antes era el peor”. El montañero Alex Txikon (Lemoa, Bizkaia, 41 años) acaba de colocar su nombre en el libro dorado de la historia del himalayismo al convertirse en la primera persona en escalar la cima del monte Manaslu (8.163 m.) en pleno invierno y sin el uso de oxígeno complementario. Una gesta conseguida junto a seis sherpas nepalíes el pasado 6 de enero entre fuertes vientos y temperaturas extremas. “Ha sido la experiencia más dura de mi vida: en la que más he sufrido, más miedo he pasado y en la que mayores riesgos hemos asumido”, asegura desde Katmandú, donde se recupera todavía del esfuerzo realizado con quemaduras en las orejas, nariz y lengua.

En Piedra de Toque arrancamos el año junto al montañero vizcaíno para conocer los detalles de esta histórica gesta conseguida en tan sólo doce días de expedición y tras un rápido ataque a cima de 48 horas de escalada. “Tengo unas sensaciones rarísimas: tantos años sin alcanzar una cima, con expediciones que han durado más de 200 días… Y en esta ocasión, a los diez días ya estábamos alcanzando la cima”, asegura con la voz todavía tomada por haber ido chupando hielo durante el descenso, lo que le ha ocasionado una quemadura en la lengua.

Dos décadas de himalayismo invernal al máximo nivel

Era su tercer invierno en el Manaslu, tras los intentos de los dos años anteriores con expediciones largas y sin posibilidad casi de montar campos de altura por las fuertes nevadas que sitiaban la montaña. Tres intentos que se suman a los otros dos en el Everest en años anteriores en pleno invierno y uno más al K2. En total, seis años de expediciones invernales sin cima desde que en 2016 junto al italiano Simone Moro y el fallecido Ali Sadpara volviera a hacer historia con la primera cima en el Nanga Parbat en invierno y sin oxígeno. 

Tengo unas sensaciones rarísimas: tantos años sin alcanzar una cima, con expediciones que han durado más de 200 días… Y en esta ocasión, a los diez días ya estábamos alcanzando la cima

Y, sin embargo, este invierno los partes meteorológicos los llevaron a decidir salir hacia la cumbre a los pocos días de instalarse en la montaña. Unas condiciones con las que llevaba años preparándose. “Lo vimos claro y decidimos intentarlo”, remarca. “Ha sido un ataque a cima bastante audaz, valeroso y tenaz. Salvamos más de 1.800 metros desde el campo base hasta el campo 2 para después llegar a los 6.800 metros esperar unas horas y caminar ya hacia la cumbre en unas condiciones de frío y viento terribles”. 

Sólo el primer tramo del campo 1 al 2 estaba equipado con cuerdas. El resto lo realizaron abriendo huella, portando en las mochilas las tiendas de campaña y aprovechando cuerdas ya instaladas de anteriores expediciones. “En estas condiciones, sin nieve, con mucho hielo y rodeado de grietas y sheracs, o cuentas con un estilo muy depurado o no lo cuentas. Además de que pasamos un frío como nunca he sufrido. Ha tocado aplacar el miedo con la cabeza y escalar y escalar”, reconoce.  

Un extremo ataque a cima

Apenas pudo disfrutar unos minutos de la cima para iniciar rápido el descenso. “No pudimos comer ni beber durante esas 48 horas, llevábamos dos días escalando y toda nuestra agua estaba congelada”, continúa. Uno de los sherpas cayó 300 metros por la pared de la montaña con la fortuna de no romperse nada. “Mientras lo veía caer pensaba: qué valor habrá tenido todo esto si fallece nuestro compañero…”. A los pocos minutos, se reponía y bajaban todos juntos de nuevo. 

Escucha ahora el podcast con todos los detalles de la expedición y descubre cómo todavía hoy caben proyectos donde la ciencia y la exploración van de la mano. También puedes escucharlo en Piedra de ToqueSpotifyiVooxiTunes y Google Podcast:

“Ni ahora soy el mejor del mundo, ni antes era el peor”. El montañero Alex Txikon (Lemoa, Bizkaia, 41 años) acaba de colocar su nombre en el libro dorado de la historia del himalayismo al convertirse en la primera persona en escalar la cima del monte Manaslu (8.163 m.) en pleno invierno y sin el uso de oxígeno complementario. Una gesta conseguida junto a seis sherpas nepalíes el pasado 6 de enero entre fuertes vientos y temperaturas extremas. “Ha sido la experiencia más dura de mi vida: en la que más he sufrido, más miedo he pasado y en la que mayores riesgos hemos asumido”, asegura desde Katmandú, donde se recupera todavía del esfuerzo realizado con quemaduras en las orejas, nariz y lengua.