La prudencia constituye un principio básico en el periodismo que se traduce en dos requisitos, que los elementos publicados sean de interés público y que sean veraces, es decir, que se hayan comprobado lo máximo posible. Estos mínimos quedan sacudidos cada vez que surgen en la actualidad casos como el que esta semana ha marcado la actualidad en Bilbao y, por extensión, en Euskadi y en España. Algunos de los elementos del caso del presunto asesino en serie han disparado el sensacionalismo hasta el punto de que se ha vivido una subasta en el número de fallecidos. ¿Eran cuatro? ¿Eran seis? ¿Eran ocho? ¿Había otro reguero de crímenes en otras ciudades?
elDiario.es/Euskadi ha recibido críticas de lectores y seguidores en redes sociales por llegar tarde a un asunto publicado el pasado fin de semana por ‘El Correo’ y por haber publicado mucho menos contenido que otros medios de comunicación. Baste un ejemplo: “Un asesino de hombres homosexuales que se supone que ha matado por lo menos a cuatro, ¿y la puñetera noticia la relegáis a la sección de Euskadi y omitís la orientación sexual de las víctimas? […]. El posible elemento común es que son homosexuales y les está cazando para asesinarlos. Otra ronda de vergüenza ajena como la que os marcasteis con el asesinatos de Samuel”. Y todo en un contexto en que este periódico recogió la denuncia de una agresión homófoba en la localidad vizcaína de Amorebieta-Etxano.
La información oficial llegó al fin este viernes después de que un joven que responde a las siglas N.D.M.B. se entregara en una comisaría este jueves. Es exactamente la siguiente: “Se investiga un único caso de presunto homicidio consumado con demostración de prueba toxicológica y positivo en GHB. Se investigan otros dos casos de presunto homicidio en grado de tentativa/frustrados. Se ha abierto una línea de investigación en tres fallecimientos más que, en este momento, están certificados como muerte natural. Es una hipótesis en fase de investigación, pero certificadas como muerte natural y sin prueba toxicológica”. Conclusión: un asesinato consumado, dos tentativas y tres casos en los que no hay pruebas y se van a revisar. ¿Dónde deja eso titulares como “La Ertzaintza trabaja con la hipótesis de 8 asesinatos de hombres en Bilbao”? La redacción debatió si ese despacho de Efe tenía que ser publicado. Hubiese bastado con citar la fuente. Habría sido suficiente para realizar un ejercicio de periodismo veraz, ya que la carga de la prueba recae en el medio de comunicación de origen. Pero, ¿es un periodismo prudente? Y más teniendo en cuenta que, a la misma hora, Radio Euskadi (también medio público) hablaba de cuatro crímenes.
Este periódico contrastó y publicó antes de los datos de este viernes que había dos causas penales por homicidio en un juzgado de Bilbao. También que la investigación se originó porque dos sucesos aparentemente inconexos se interrelacionaron. Nunca hasta el viernes dimos, por ejemplo, el tipo de droga que se utilizaba en los crímenes porque nunca nadie lo había especificado. ¿Añadía algo a la mención sí verificable de que se habían utilizado tóxicos? Desde el principio, y ante la alarma social generada, dejamos claro que los hechos se remontaban a otoño. Recogimos también la preocupación de colectivos LGTBI, pero igualmente que el móvil de los crímenes que barajaban los investigadores -insistimos, los investigadores, que no pueden ser suplantados por periodistas- era económico.
elDiario.es cubre sucesos. Somos un medio generalista que aspira a ser de primera lectura y no se nos escapa la realidad. Lo hacemos singularmente cuando estos casos tienen una relevancia social o una gravedad singular. Este caso la tenía, sin ningún género de dudas, pero la vertiginosa carrera de los titulares no es una competición en la que vayamos a participar. Seguiremos pendientes de los avances de la investigación y de otros casos, si surgieran. Puedes recibir las novedades en nuestro canal de Telegram.
Y de prudencia a imprudencia. Un lector nos alertó recientemente de que en las primeras informaciones sobre la dimisión del director de Emergencias investigado por malversación, Fernando Izaguirre, la fotografía era de una persona completamente ajena en los hechos. El aviso era correcto y, desde aquí, pedimos disculpas por ello. La imagen fue corregida aunque siguió circulando unas horas en las redes sociales. Los apellidos alemanes también se nos han atragantado. Cuando nos hemos referido al jefe de los nazis que bombardearon Gernika, Wolfram von Richthofen, le hemos citado erróneamente en algunos momentos como Richthofen a secas o como Von Richtofen. Igualmente, en el pódcast especial sobre el aniversario de esos hechos se dijo inicialmente que fue bombardeada la catedral Santa Maria de Vitoria, algo que el propio autor, Pedro M. Sánchez, enmendó minutos después en la misma emisión.
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