Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Ahora sí: ¡Sí!
Acabó la incertidumbre. El 93 % del 63 % de mis compañeros y compañeras del PSOE han votado qué es lo más idóneo para su partido: hacer un Gobierno con Unidas Podemos para España. Aún no sabemos cómo se configurará, ni sabemos el programa que deberá desarrollar. Tampoco sabemos si Unidas Podemos, -es decir, sus “inscritos”, que parece ser una nueva forma de militancia, desde luego mucho menos “militarizada” que la del “afiliado” y, por ello, menos comprometida y responsable de sus actos y ante sus actos consumados-, va a decir que “sí” a ese Gobierno de coalición. Por si fuera poco, también Izquierda Unida ha convocado a sus huestes, al margen de las de UPodemos, para dar la impresión de que esto va en serio… Y más aún, ERC ha ideado una pregunta para formular a sus bases, que tanto va a servir, sea cual sea el resultado, para favorecer el sí como el no a un futuro Gobierno de coalición.
Quienes pagamos la cuota de afiliación a un partido político sabemos desde el primer día que tal afiliación nos obliga a ser condescendientes y disciplinados, que son dos formas de ser virtuosos. Ahora nos queda que los inscritos de Unidas Podemos voten en la misma dirección que los afiliados del PSOE, y que ERC oculte sus arteras (¿?) intenciones, esas premisas con las que ha venido arremetiendo contra el PSC, contra el PSOE, contra el Gobierno Central y contra el Presidente Sánchez… Porque nada de todo eso se ha aclarado durante la última campaña, ni después de conocidos los resultados que llevaron a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias a tomar la decisión express.
Se aproxima un tiempo nuevo para la política española, es decir para España. Resultará apasionante el nuevo tiempo porque es difícil entender ahora que lo que hace apenas unos meses provocaba insomnio, hoy pueda facilitar confortables sueños. No obstante la vida, cualquier vida, discurre entre arrepentimientos, de modo que la frase “donde dije digo, digo diego” constituye una de nuestras expresiones más socorridas. Si la vida fuera siempre tan atroz como para permitirnos solamente una docena de arrepentimientos, por ejemplo, la vida no duraría más de media docena de años. Ved si no la hemeroteca y buscad en ella el diálogo mantenido por quienes hace solo una semana han protagonizado el brazo más excesivo y extemporáneo de cuantos podían esperarse. Sin embargo, todo ha cambiado y nada ya va a ser como antes fue. No está mal que las enemistades se congracien. Ved también en la Biblia la conversión de Pablo de Tarso camino de Damasco, que le llevó a convertirse en una de las figuras más emblemáticas de la doctrina e historia cristianas. Así debe ser, cuando uno se equivoca tiene derecho a rectificar. Y si son dos los equivocados, y toman caminos opuestos, igualmente pueden reconocer sus fallos y volver atrás por caminos concurrentes.
Tal ha sido lo ocurrido, al parecer. Lo malo es que entre tanto Vox casi ha duplicado sus escaños, y que la euforia sentida por el “reencuentro” entre PSOE y Unidas Podemos requiere ahora la acogida de huéspedes poco aconsejables. Si hace unos meses Unidas Podemos no dejaba dormir tranquilo a Pedro Sánchez, ¿le va a dejar dormir ahora ERC? ¿Será capaz Unidas Podemos de apoyar con total fidelidad a Pedro Sánchez en el procès catalán? ¿Cuántos pelos va a dejar en la gatera Pedro Sánchez? Porque lo que yo pienso es que Pablo Iglesias no está dispuesto a dejar ni uno sólo.
Acabó la incertidumbre. El 93 % del 63 % de mis compañeros y compañeras del PSOE han votado qué es lo más idóneo para su partido: hacer un Gobierno con Unidas Podemos para España. Aún no sabemos cómo se configurará, ni sabemos el programa que deberá desarrollar. Tampoco sabemos si Unidas Podemos, -es decir, sus “inscritos”, que parece ser una nueva forma de militancia, desde luego mucho menos “militarizada” que la del “afiliado” y, por ello, menos comprometida y responsable de sus actos y ante sus actos consumados-, va a decir que “sí” a ese Gobierno de coalición. Por si fuera poco, también Izquierda Unida ha convocado a sus huestes, al margen de las de UPodemos, para dar la impresión de que esto va en serio… Y más aún, ERC ha ideado una pregunta para formular a sus bases, que tanto va a servir, sea cual sea el resultado, para favorecer el sí como el no a un futuro Gobierno de coalición.
Quienes pagamos la cuota de afiliación a un partido político sabemos desde el primer día que tal afiliación nos obliga a ser condescendientes y disciplinados, que son dos formas de ser virtuosos. Ahora nos queda que los inscritos de Unidas Podemos voten en la misma dirección que los afiliados del PSOE, y que ERC oculte sus arteras (¿?) intenciones, esas premisas con las que ha venido arremetiendo contra el PSC, contra el PSOE, contra el Gobierno Central y contra el Presidente Sánchez… Porque nada de todo eso se ha aclarado durante la última campaña, ni después de conocidos los resultados que llevaron a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias a tomar la decisión express.