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Albert Rivera: salvarse a sí mismo
En el último segundo, sobre la bocina, cuando apenas hay tiempo para negociar y llegar a un acuerdo, Albert Rivera ha lanzado lo que él ha denominado una solución de Estado para salvar a España de unas nuevas elecciones. Y así, ha ofrecido la abstención de Ciudadanos a Pedro Sánchez a cambio de este que cumpla estas tres condiciones: primera, que rompa “con Otegi en Navarra”; segunda, que acuerde con PP y Ciudadanos la aplicación del artículo 155 en Cataluña; y tercera, que se comprometa a no subir impuestos a la clase media y a las familias. Su objetivo, lo ha repetido, es salvar a España de una repetición electoral, una vez ha comprobado que el acuerdo del PSOE con Podemos y nacionalistas era imposible. Es ciertamente curioso que Albert Rivera haya lanzado esta propuesta para salvarnos de unas nuevas elecciones… y no haya movido un dedo durante meses para salvar a España de un gobierno de Pedro Sánchez con Podemos y nacionalistas.
Lo cierto es que Albert Rivera ha decido finalmente moverse para salvarse a sí mismo de una repetición electoral. Y, en caso de que tal oferta no las impidiera porque Sánchez rechazara su oferta, presentarse a las elecciones del 10 de noviembre con mejores perspectivas electorales que las que tenía. No ha decidido moverse para impedir que Sánchez pactara con Podemos, nacionalistas e independentistas o para tratar de que Ciudadanos formara parte del Gobierno de España y, de ese modo, poder hacer realidad algunas de sus principales propuestas. No. Ha decidido moverse cuando era obvio que no iba a haber un Gobierno de España con esos mimbres y cuando era cuestión de días la convocatoria de una nueva cita electoral. Si hacemos memoria, podemos recordar que, durante los días posteriores a las últimas elecciones, lo que incluso llegó a hacer fue animar a Pedro Sánchez a pactar con Podemos, nacionalistas e independentistas, ¿lo recuerdan?
Albert Rivera hizo oídos sordos a quienes, desde dentro y desde fuera, le pedían (en fin, le pedíamos) que dialogara y negociara con los socialistas para tratar de condicionar (y corregir) al actual PSOE y conformar el mejor gobierno posible para España. Es decir, a quienes le pedían que hiciera política por el bien de España. A quienes le pedían, no que entregara un cheque en blanco a Sánchez o que se abstuviera sin condición alguna para facilitar su gobierno en minoría, sino a quienes le pedían que hiciera política y le pusiera al PSOE 3, 5 o 10 condiciones sobre las que dialogar y negociar. Y él repitió que nunca jamás y que en ningún caso. Ha habido por su insistente negativa a hacer política y pensar en España dirigentes de su propia formación política que decidieron dimitir, abandonar el escaño e irse a su casa. Y otros pensando en seguir el mismo camino. Y, ay, ha habido unas cuantas encuestas publicadas en todo este tiempo que anunciaban un varapalo electoral para Ciudadanos, por abandonar, no ya la socialdemocracia sino la centralidad política y la capacidad de condicionar gobiernos. Y ha sido por esto por lo que ha decidido mover ficha: no por España sino por sí mismo. No creo que haya que ser un analista de postín para verlo con claridad meridiana.
Le decíamos: “dialoga y negocia con Sánchez por el bien de España y de cada uno de sus ciudadanos, pon sobre la mesa las 3, 5 o 10 medidas que consideres importantes y trata de conformar un gobierno que combine estabilidad, defensa de la unidad de España frente a los golpistas, impulso de las reformas que el país necesita y protección de los derechos sociales”. Y además le decíamos: “si llegáis a un acuerdo, estupendo dadas las actuales circunstancias políticas y al mapa electoral que tenemos hoy; si no, y en el caso de que se repitan las elecciones, podrás presentarte con el orgullo de haber hecho todo lo posible y además con excelentes perspectivas electorales”. Pero nada. No hubo manera. Albert Rivera decidió que Ciudadanos solo podía pactar a su derecha: con el PP e incluso con VOX. Albert Rivera decidió que Ciudadanos ya no era lo que fue y para lo que nació sino un simple competidor del PP para liderar el centro derecha español. Y ahora, sobre la bocina y cuando apenas hay tiempo para llegar a un acuerdo, decide ofrecer a Sánchez lo que llama una solución de Estado para España. Pero Albert Rivera no lo ha hecho por el bien de España sino para salvarse de un adelanto electoral o para dar la vuelta a las encuestas, en caso de que finalmente se convoquen. Si hubiera pensado en el bien común, se habría puesto dispuesto a condicionar al PSOE desde el minuto 1.
Y yo espero que, pase lo que pase, Ciudadanos recupere el sentido común. Y algunos me dirán: “pero los demás líderes actúan del mismo modo”. Y es verdad, pero solo Ciudadanos era clave para poder conformar para España el mejor gobierno posible. Y solo de Ciudadanos esperábamos que hiciera esa labor.
*Gorka Maneiro es analista político y Portavoz de Plataforma Ahora
En el último segundo, sobre la bocina, cuando apenas hay tiempo para negociar y llegar a un acuerdo, Albert Rivera ha lanzado lo que él ha denominado una solución de Estado para salvar a España de unas nuevas elecciones. Y así, ha ofrecido la abstención de Ciudadanos a Pedro Sánchez a cambio de este que cumpla estas tres condiciones: primera, que rompa “con Otegi en Navarra”; segunda, que acuerde con PP y Ciudadanos la aplicación del artículo 155 en Cataluña; y tercera, que se comprometa a no subir impuestos a la clase media y a las familias. Su objetivo, lo ha repetido, es salvar a España de una repetición electoral, una vez ha comprobado que el acuerdo del PSOE con Podemos y nacionalistas era imposible. Es ciertamente curioso que Albert Rivera haya lanzado esta propuesta para salvarnos de unas nuevas elecciones… y no haya movido un dedo durante meses para salvar a España de un gobierno de Pedro Sánchez con Podemos y nacionalistas.
Lo cierto es que Albert Rivera ha decido finalmente moverse para salvarse a sí mismo de una repetición electoral. Y, en caso de que tal oferta no las impidiera porque Sánchez rechazara su oferta, presentarse a las elecciones del 10 de noviembre con mejores perspectivas electorales que las que tenía. No ha decidido moverse para impedir que Sánchez pactara con Podemos, nacionalistas e independentistas o para tratar de que Ciudadanos formara parte del Gobierno de España y, de ese modo, poder hacer realidad algunas de sus principales propuestas. No. Ha decidido moverse cuando era obvio que no iba a haber un Gobierno de España con esos mimbres y cuando era cuestión de días la convocatoria de una nueva cita electoral. Si hacemos memoria, podemos recordar que, durante los días posteriores a las últimas elecciones, lo que incluso llegó a hacer fue animar a Pedro Sánchez a pactar con Podemos, nacionalistas e independentistas, ¿lo recuerdan?