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La CEOE y el Estado de Excepción

En enero de este año “fuentes de la CEOE” citadas por Europa Press solicitaban una “vuelta de tuerca” a la reforma laboral. Se sentían preocupados los empresarios por los reveses que estaban recibiendo en los tribunales en sus expedientes de regulación de empleo presentados sin autorización administrativa previa, al amparo de la reforma laboral de Rajoy. De forma inmediata la patronal desmintió la noticia, desautorizando a la agencia.

El 22 de este mes leíamos la primera sentencia del Supremo -y por lo tanto generadora de jurisprudencia-, rechazando un ERE por falta de verdadera voluntad negociadora con los trabajadores e inconsistencia del informe financiero de la empresa condenada. Palabras mayores lo del Supremo, que abunda en las sentencias –hasta cincuenta citaba eldiario.es, la inmensa mayoría condenatorias para las empresas- que los tribunales superiores y hasta la Audiencia Nacional han ido dictando. Una inseguridad jurídica para empresarios y trabajadores que no existía con la obligación de autorización administrativa de la anterior regulación, por cierto.

Y ahora sí, como buena cabra tirando al monte y olvidándose de su desmentido de enero, Juan Rosell, presidente de CEOE, se ha permitido pedir a cara descubierta ante la prensa, que los jueces dejen de interpretar la Ley y que para ello se profundice en la reforma laboral. En el fondo, lo que el jefe de los empresarios está pidiendo es la suspensión del Estado de Derecho. Así, con todas las letras: el estado de excepción para los EREs. Puestos, debería pedir que los jueces no investiguen ni la presunta corrupción de su antecesor, Díaz-Ferrán, ni los supuestos salarios en sobres de dinero negro de su compañero el presidente de los empresarios de Madrid.

Y digo yo que bastante suerte tienen en CEOE con que en los casos de corrupción entre empresarios y políticos, la opinión pública ponga la lupa sobre los corrompidos –determinados políticos- y no sobre los corruptores –empresarios- muchos de ellos miembros cotizantes de CEOE. Porque no tengo por hipótesis plausible que el dinero de Bárcenas y de la contabilidad del PP haya salido de colectas en las colas de desempleados.

Pedir la supresión del Estado de Derecho en los EREs es una equivocación tan profunda, que me hace pensar que en el ERE que ejecutó recientemente la propia CEOE dejó en la calle a todos sus juristas y , de paso, la inteligencia política.

En enero de este año “fuentes de la CEOE” citadas por Europa Press solicitaban una “vuelta de tuerca” a la reforma laboral. Se sentían preocupados los empresarios por los reveses que estaban recibiendo en los tribunales en sus expedientes de regulación de empleo presentados sin autorización administrativa previa, al amparo de la reforma laboral de Rajoy. De forma inmediata la patronal desmintió la noticia, desautorizando a la agencia.

El 22 de este mes leíamos la primera sentencia del Supremo -y por lo tanto generadora de jurisprudencia-, rechazando un ERE por falta de verdadera voluntad negociadora con los trabajadores e inconsistencia del informe financiero de la empresa condenada. Palabras mayores lo del Supremo, que abunda en las sentencias –hasta cincuenta citaba eldiario.es, la inmensa mayoría condenatorias para las empresas- que los tribunales superiores y hasta la Audiencia Nacional han ido dictando. Una inseguridad jurídica para empresarios y trabajadores que no existía con la obligación de autorización administrativa de la anterior regulación, por cierto.