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Un compromiso colectivo

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Una de las premisas principales para poder avanzar hacia una sociedad libre de violencia contra las mujeres es contar con una sociedad atenta, capaz de detectar esa violencia, incluso la más oculta. Es uno de los mensajes que hemos difundido a través de la campaña de sensibilización impulsada por Emakunde con motivo del 25 de noviembre, Día para la Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres, bajo el lema 'Y tú… ¿lo ves?'.

Hemos centrado la campaña en las mujeres mayores, porque, en muchas ocasiones, no aparecen en nuestro imaginario de mujeres víctimas y porque la violencia sutil y diaria que han sufrido muchas de ellas durante años ha estado oculta. En ocasiones, ni siquiera las propias víctimas han podido nombrar esas actitudes como violencia, a pesar de que fuesen minusvaloradas por sus parejas o que su libertad fuera coartada. No olvidemos que hace no demasiados años se consideraba normal que las mujeres tuvieran que pedir permiso a sus maridos para salir al extranjero, para trabajar o para abrir una cuenta corriente. El problema de la violencia contra las mujeres se ha ocultado durante mucho tiempo bajo un manto de aparente normalidad.

Cuando hablamos de violencia machista es necesario tener en cuenta la diversidad de las mujeres que la sufren y las particularidades de la violencia que se ejerce contra cada una de ellas. En el caso de las mujeres mayores no podemos olvidar que, a pesar de que existe también una gran diversidad entre ellas, son mujeres que en su mayoría no han disfrutado de autonomía económica; que se han dedicado casi al completo al cuidado de las demás personas y no han tenido espacios para el ocio y el disfrute personal; que vivieron una época en la que la violencia contra las mujeres era un problema personal, de puertas adentro, y no social como lo es hoy… Estos y otros factores han condicionado las vidas de muchas mujeres que, a pesar de ser víctimas de la violencia machista, no han sido consideradas como tales.

Cuando hablamos de violencia machista es necesario tener en cuenta la diversidad de las mujeres que la sufren y las particularidades de la violencia que se ejerce contra cada una de ellas

Ver la violencia contra las mujeres, detectarla, pasa también por que las y los profesionales que atienden a las víctimas de la violencia (del ámbito sanitario, policial, judicial, de los servicios sociales…) tengan una formación específica en igualdad y violencia machista. Desde el año 2015 más de dos mil profesionales han pasado por el programa Jabetuz que impulsa Emakunde, una formación que nos está ayudando a tener en todos estos ámbitos personas cada vez más formadas, informadas y entrenadas para acompañar a las mujeres (y sus hijos e hijas cuando los hay) en su salida de la violencia y recuperación de una vida plena. Son profesionales que intervienen con la vista puesta en el empoderamiento de las mujeres y su reparación.

Desde el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales que dirijo tenemos el firme compromiso de escuchar a las víctimas supervivientes. Hoy quiero decirles a todas ellas que el Gobierno vasco seguirá trabajando coordinadamente con el resto de instituciones vascas para continuar ofreciéndoles una atención integral e integrada, con especial atención a las que se encuentren en situación de mayor vulnerabilidad. Y seguiremos, asimismo, impulsando la prevención a través de las políticas de igualdad, actuando en el origen del problema.

El Parlamento Vasco va a aprobar próximamente la modificación de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres. Nuestra aspiración es que el refuerzo de los recursos económicos, humanos y técnicos que va a suponer esta modificación, se convierta finalmente en un Pacto de país por la igualdad y para la erradicación de la violencia machista. Porque necesitamos un compromiso colectivo para mirar al futuro que queremos construir: un futuro mejor, sin violencia y más igualitario, para las nuevas generaciones. 

Una de las premisas principales para poder avanzar hacia una sociedad libre de violencia contra las mujeres es contar con una sociedad atenta, capaz de detectar esa violencia, incluso la más oculta. Es uno de los mensajes que hemos difundido a través de la campaña de sensibilización impulsada por Emakunde con motivo del 25 de noviembre, Día para la Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres, bajo el lema 'Y tú… ¿lo ves?'.

Hemos centrado la campaña en las mujeres mayores, porque, en muchas ocasiones, no aparecen en nuestro imaginario de mujeres víctimas y porque la violencia sutil y diaria que han sufrido muchas de ellas durante años ha estado oculta. En ocasiones, ni siquiera las propias víctimas han podido nombrar esas actitudes como violencia, a pesar de que fuesen minusvaloradas por sus parejas o que su libertad fuera coartada. No olvidemos que hace no demasiados años se consideraba normal que las mujeres tuvieran que pedir permiso a sus maridos para salir al extranjero, para trabajar o para abrir una cuenta corriente. El problema de la violencia contra las mujeres se ha ocultado durante mucho tiempo bajo un manto de aparente normalidad.