Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
EH Bildu y los Presupuestos: pacto o chapuza
¿Debe el Gobierno pactar con EH Bildu para aprobar los Presupuestos? Hay quien dice que, dado que “el fin justifica los medios”, el mero hecho de conseguir la aprobación de los Presupuestos justifica que el PSOE pacte con EH Bildu dicha aprobación. Sin embargo, a mí no me cabe ninguna duda de que cualquier pacto con los herederos de Herri Batasuna y, por tanto, alentadores de la ETA que asesinó sin piedad, atemorizó sin medida y perturbó nuestra democracia y nuestra convivencia, requeriría de un pronunciamiento serio de Sortu, no solo en contra de la violencia en el futuro, sino de petición de perdón y conmiseración en el presente, dado que el brutal y perverso pasado de Sortu le obliga a hacer un acto público de contrición. El hecho de que EH Bildu se haya configurado juntando cuatro formaciones, de las que tres no apoyaron la violencia terrorista de ETA no es razón suficiente para obtener la gran petición de piedad y conmiseración que enarbolan algunos abertzales “mejor” intencionados.
EH Bildu tiene la obligación —y el deber ético— de normalizar nuestras vidas yendo más allá del mero olvido del pasado. Quienes fuimos amenazados, y vivimos amedrentados, aunque protegidos y escoltados, merecemos algo más que echarnos en brazos del tiempo y del olvido. No hacen falta recompensas, solamente comprensión, porque durante demasiado tiempo la vida de los amenazados fue una huida, por cierto una huida sin garantías de éxito toda vez que, además, quienes nos protegían estaban amenazados como lo estábamos los protegidos.
Es verdad que en EH Bildu hay alguna formación que no ha vitoreado a ETA, pero en el embrollo de la formación la voz cantante la llevan, desgraciadamente, los herederos de ETA, que ya no mata, pero mató sin piedad y sin vergüenza
Ahora que los asesinos etarras no circulan por las calles con las mismas intenciones y actitudes que antes, debemos exigir cordura a quienes, por ajustar los números a las necesidades cuando se trata de formar “gobiernos” aceptan, -o se muestran dispuestos a aceptar-, los apoyos de quienes no dudaban en vocear, en las calles o en su fuero interno “ETA mátalos”. Y no se trata precisamente de doblegar a nadie, sino de exigir que todos estemos en la línea adecuada. Quienes vocearon “ETA mátalos” deben ahora gritar “ETA, hiciste muy mal en matarlos”. Sólo eso, para que quienes perdieron la compañía de padres, hijos y demás personas queridas, o sólo apreciadas, compensen sus bárbaros recuerdos y sus tristezas con frases de consuelo o con en convencimiento de que nada de aquello volverá a ocurrir.
Cuando Maixabel Lasa, la viuda del asesinado Jauregi, comprobó que a pesar de su noble esfuerzo perdonando incluso al asesino de su marido no obtuvo la recompensa de ver a “asesinos etarras” en una película sobre su esposo que se exhibió en la cárcel, sentí una rabia muy grande pero, sobre todo, una pena inmensa. Los que fuimos, como Jauregi, amenazados, aunque no nos llegaran a matar como a él, tenemos la obligación, y el deber, de exigir a los gobernantes que no aprovechen sus apoyos hasta que no muestren su condena y dolor por la muerte de los asesinados por ETA.
Es verdad que en EH Bildu hay alguna formación que no ha vitoreado a ETA, pero en el embrollo de la formación la voz cantante la llevan, desgraciadamente, los herederos de ETA, que ya no mata, pero mató sin piedad y sin vergüenza… Y no se arrepiente ni se retracta por haberlo hecho.
¿Debe el Gobierno pactar con EH Bildu para aprobar los Presupuestos? Hay quien dice que, dado que “el fin justifica los medios”, el mero hecho de conseguir la aprobación de los Presupuestos justifica que el PSOE pacte con EH Bildu dicha aprobación. Sin embargo, a mí no me cabe ninguna duda de que cualquier pacto con los herederos de Herri Batasuna y, por tanto, alentadores de la ETA que asesinó sin piedad, atemorizó sin medida y perturbó nuestra democracia y nuestra convivencia, requeriría de un pronunciamiento serio de Sortu, no solo en contra de la violencia en el futuro, sino de petición de perdón y conmiseración en el presente, dado que el brutal y perverso pasado de Sortu le obliga a hacer un acto público de contrición. El hecho de que EH Bildu se haya configurado juntando cuatro formaciones, de las que tres no apoyaron la violencia terrorista de ETA no es razón suficiente para obtener la gran petición de piedad y conmiseración que enarbolan algunos abertzales “mejor” intencionados.
EH Bildu tiene la obligación —y el deber ético— de normalizar nuestras vidas yendo más allá del mero olvido del pasado. Quienes fuimos amenazados, y vivimos amedrentados, aunque protegidos y escoltados, merecemos algo más que echarnos en brazos del tiempo y del olvido. No hacen falta recompensas, solamente comprensión, porque durante demasiado tiempo la vida de los amenazados fue una huida, por cierto una huida sin garantías de éxito toda vez que, además, quienes nos protegían estaban amenazados como lo estábamos los protegidos.