Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Fondos europeos: decidir para acertar
Es una buena noticia que haya un debate público en sede parlamentaria sobre la orientación de los proyectos a financiar por los fondos europeos para la reconstrucción económica y social. Veremos lo que trasciende, lo que se plantea y el tono del mismo, pero seamos conscientes de que hay muchas esperanzas puestas en esa gran inversión (desde las empresas a la ciudadanía) y si no se acierta, se habrá perdido una gran oportunidad.
Más allá del horizonte al que aspiramos, bien trazado en términos generales en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de Sánchez, la mayor dificultad está en traducir ese horizonte en propuestas y proyectos concretos, que aseguren una cierta garantía de éxito al final del proceso. ¿Cómo lograr que las decisiones que van a marcar las próximas décadas no repitan errores del pasado y respondan a un nuevo tiempo de gestión y diseño de políticas públicas? Aquí, algunas ideas:
1) Estrategia: Aunque parezca obvio no lo es. Si algo ha faltado en el ámbito político en los últimos años (con algunas excepciones) es estrategia: tener claro a dónde se quiere ir y cómo hacerlo. Las decisiones basadas en el día a día y en mantener lo que se tiene, no sirven para pensar en el largo plazo. Cada nivel institucional que va a ser beneficiario de fondos tiene que tener una estrategia de transformación y reconstrucción acorde a sus competencias: clara, meditada y dialogada con los actores que correspondan.
2) Coordinación: El esfuerzo inversor y de planificación que requiere absorber todos los fondos disponibles con un éxito razonable, exige que todas las instituciones aúnen esfuerzos y se aparquen las mezquindades partidistas y la crispación. De la misma manera, el sector privado no puede ser ajeno a este proceso y tiene que alinear sus intereses y sus esfuerzos con los grandes retos que afrontamos como sociedad. No puede haber cabida para el éxito individual (sea en términos políticos o de beneficio empresarial) a costa del fracaso colectivo.
3) Eficiencia: Los recursos son limitados, por lo tanto hay que hacer inversiones inteligentes que sigan siendo válidas en el horizonte 2050. No valen inversiones con obsolescencia programada: no tiene sentido usar estos recursos para apoyar lo que tiene fecha de caducidad. La eficiencia exige además máxima coherencia entre políticas y niveles institucionales, no se puede apoyar con fondos propios lo que queremos superar con fondos europeos.
Toda inversión debe responder a esta pregunta ¿va a reducir la desigualdad o va a contribuir a agrandarla?
4) Innovación: No tiene sentido que fondos destinados a la transformación sean utilizados para continuar haciendo lo mismo, pero vestido de otra manera. Hay que explorar nuevas vías, apostar por ideas diferentes, otras formas de hacer y proyectos alternativos. Aunque la gestión sea impecable, si no buscamos ir un paso más allá, lo más probable es que acabemos en el mismo punto que empezamos perdiendo una gran oportunidad y muchos millones por el camino.
5) Escuchar: Para hacer algo diferente hay que escuchar a quien lleva tiempo haciéndolo. No sobra ninguna idea. Necesitamos involucrar a quien piensa, sabe, experimenta, innova... Abramos el diálogo más allá de los expertos y empresas de cabecera. Fuera del círculo de confort consultivo de las instituciones hay mucho talento que no tiene quien le escuche.
6) Perspectiva de género: Toda inversión debe responder a esta pregunta ¿va a reducir la desigualdad o va a contribuir a agrandarla? Hay que introducir los mecanismos correctores necesarios para que no ahonden las brechas existentes, sobre todo la de cuidados, y evitar que las mujeres se queden fuera de las oportunidades que se van a dar en sectores altamente masculinizados como energía y digitalización.
7) Transparencia: Comunicar e informar sobre la gestión es algo más que dar a conocer el resultado final. La rendición de cuentas exige un esfuerzo adicional para divulgar y explicar todo el proceso de toma de decisión y de implementación de las políticas públicas. La ciudadanía va a ser exigente con los resultados y no puede haber ninguna duda de la conveniencia de los proyectos seleccionados.
Y esto vale tanto para los proyectos estratégicos, como los mecanismos que se diseñen para financiar acciones para empresas, muncipios y organizaciones de todo tipo, responsables de que conseguir la capilaridad de los fondos. Y es aquí, sobre todo aquí donde corremos el riesgo de no ser audaces. En los tiempos que corren tiene más que ganar quien va por delante y es capaz de hacer las cosas de manera diferente. La inercia ha dominado las decisiones políticas de Euskadi en los últimos años, si hay un momento para sacudírsela y buscar ideas nuevas es ahora.
Es una buena noticia que haya un debate público en sede parlamentaria sobre la orientación de los proyectos a financiar por los fondos europeos para la reconstrucción económica y social. Veremos lo que trasciende, lo que se plantea y el tono del mismo, pero seamos conscientes de que hay muchas esperanzas puestas en esa gran inversión (desde las empresas a la ciudadanía) y si no se acierta, se habrá perdido una gran oportunidad.
Más allá del horizonte al que aspiramos, bien trazado en términos generales en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de Sánchez, la mayor dificultad está en traducir ese horizonte en propuestas y proyectos concretos, que aseguren una cierta garantía de éxito al final del proceso. ¿Cómo lograr que las decisiones que van a marcar las próximas décadas no repitan errores del pasado y respondan a un nuevo tiempo de gestión y diseño de políticas públicas? Aquí, algunas ideas: