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Harro Plataforma

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Buscando relatos e identificaciones en positivo, diferentes agentes de la Escuela Pública crearon en el año 2014 la Plataforma (Euskal Eskola Publikoaz) Harro, con la loable pretensión de romper una ecuación instalada en el imaginario social de entender la educación pública como subsidiaridad o solo como garantía del derecho a la educación para la población en desventaja. Había que hacerlo, había que mostrar el orgullo de lo público sin complejos, porque esa imagen debe interiorizarse en la ciudadanía. Diez años después, Harro Plataforma sigue viva y coleando y nos acaba de informar de su reciente asamblea anual en Eibar, anunciando próximas movilizaciones.  

Sin embargo, los relatos y las identificaciones deben aspirar a conquistar mayorías. Para ello va a ser necesario hacer mucha pedagogía, huir de discursos excesivamente ideologizados y realizar un esfuerzo considerable de reflexión y propuesta. En esa línea, con atrevimiento tal vez por mi parte, me animo a hacer las siguientes sugerencias.

Autorreferenciar la Escuela Pública más en sí misma. La defensa de la Escuela Pública no debe descansar principalmente en las lamentaciones permanentes sobre la escuela concertada y sus privilegios, ni en la propuesta de barrer toda concertada para convertir la Escuela Pública en monopólica. Aunque sea legítima esta propuesta, hoy en día ni tiene encaje legal, ni tiene apenas referentes en ningún país de la OCDE, quizá a excepción de Israel, precisamente, ni hay suficiente receptividad en la sociedad vasca. La clase media y gran parte de la clase política vasca ha decidido llevar a su prole a la concertada. Además de activistas, se necesita gente que piense cómo alumbrar un proyecto de educación pública atractivo para una población heterogénea.  

Comprender que la escuela pública debe ser plural. La opción por la escuela pública es la opción por un foro plural en lo ideológico, en lo identitario, en lo cultural y en lo lingüístico. Siguiendo la estela de pensamiento de Giner de los Ríos, no necesitamos más escuelas concertadas para garantizar la pluralidad ideológica. Nos debería de bastar con la propia escuela pública. No podemos hacer un traje único para la Escuela Pública, según el pensamiento socialmente dominante. Si la escuela pública compra el marco lingüístico, identitario y cultural de las Ikastolas, probablemente no salga beneficiada del envite. Para ofrecer algo parecido, mucha gente preferirá aquellos centros menos “contaminados” de pobreza e inmigración.  

Hacerse cargo de la realidad. La realidad nos dice que la bajada de la natalidad es muy seria y que en dos décadas previsiblemente convivirán en nuestra misma casa 200.000 inmigrantes nuevos. ¿Hay algo que debemos repensar de lo que hasta ahora proponíamos? Si los agentes de la Escuela Pública no piensan, ni proponen, la realidad y las políticas acomodaticias del Departamento de Educación a los diferentes intereses tomarán las decisiones por la Escuela Pública. En particular, la planificación educativa de la próxima década va a ser clave. 

Debatir más sobre el modelo de enseñanza-aprendizaje. Hay desconcierto y malestar en el profesorado. ¿Se puede imponer desde arriba el modelo educativo? En su día hubo colectivos de profesorado muy activos. Es preciso escapar de las burocracias del cumplimiento administrativo formal. Hay mucho en juego en las aulas. La Escuela Pública debe abrir espacios de debate dentro (debe facilitarlos la Administración) y fuera de las escuelas. ¿O estamos muy cansados y mayores y nuestra vida ya es demasiado complicada?

Prestar más atención a los resultados y a las evidencias. Sé que la actividad educativa es mucho que más la medición de sus aprendizajes y que hay logros que permanecen invisibles, lejos de las lógicas de las mediciones de las evaluaciones externas. Pero estas también nos dan información y las luces rojas titilan hace tiempo. No es un problema de la Escuela Pública, pues la Concertada no está quedando nada bien parada. Pero hay que ponerse las pilas para transmitir a la ciudadanía que la Escuela Pública funciona. Y mostrar las evidencias. 

Saldar la deuda con la eficiencia. Suena a cultura empresarial, a rendición de cuentas, pero también debe haber un sentido de la responsabilidad social con los dineros públicos. La defensa de la Escuela Pública no es solo pedir recursos, aunque también. Sé que es un problema de todo el sistema, que se ha acostumbrado a que los fuegos se apagan poniendo dinero encima de la mesa, huyendo hacia adelante.  Hay que correlacionar los dineros invertidos con los frutos recogidos. Como en su día propuso HEIZE, tal vez haya que desarrollar algún sencillo código ético. Todo no vale. 

He coincidido con Harro en la calle en no pocas ocasiones. Agradezco su enorme aportación en la defensa de la Escuela Pública. En los tiempos que corren, con la decepción que sufrimos con la Ley de Educación, llena de retórica buenista, que, sin embargo, amenaza con ahondar en la dualidad social, no es poco que sigan animosos. Con todo, quizá tengan a bien considerar alguna de las propuestas anteriores para afinar el tiro de las pretensiones que comparto.

Buscando relatos e identificaciones en positivo, diferentes agentes de la Escuela Pública crearon en el año 2014 la Plataforma (Euskal Eskola Publikoaz) Harro, con la loable pretensión de romper una ecuación instalada en el imaginario social de entender la educación pública como subsidiaridad o solo como garantía del derecho a la educación para la población en desventaja. Había que hacerlo, había que mostrar el orgullo de lo público sin complejos, porque esa imagen debe interiorizarse en la ciudadanía. Diez años después, Harro Plataforma sigue viva y coleando y nos acaba de informar de su reciente asamblea anual en Eibar, anunciando próximas movilizaciones.  

Sin embargo, los relatos y las identificaciones deben aspirar a conquistar mayorías. Para ello va a ser necesario hacer mucha pedagogía, huir de discursos excesivamente ideologizados y realizar un esfuerzo considerable de reflexión y propuesta. En esa línea, con atrevimiento tal vez por mi parte, me animo a hacer las siguientes sugerencias.