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Indumetal Recycling, ¿de rositas?

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La sección primera de la Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado por un delito contra el medio ambiente con la concurrencia de la atenuante de dilaciones indebidas -es decir, por retrasos en la Justicia- a la empresa Indumetal Recycling S.A. de Erandio y a cuatro de sus responsables. En una sentencia de conformidad, aceptada por las partes, el tribunal impone una pena de dos años de cárcel y una multa de 19.500 euros al que fuera vicepresidente de Indumetal Recycling S.A entre 2008 y 2018 y al director general de la empresa. Además, condena a siete meses de prisión y multa de 7.500 euros al jefe de planta entre 2013 y 2017 y al encargado y responsable de Calidad, Medio Ambiente y Prevención de Riesgos Laborales. Asimismo, condena a la persona jurídica Indumetal Recycling S.A. a una multa de 60.000 euros por el citado delito.

El tribunal declara probado que la empresa, dedicada al reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, y el resto de acusados, “cada uno en su parcela de responsabilidad”, incumplieron “de forma sistemática” al menos desde 2013 y hasta el inicio de la investigación por estos hechos, en 2016, las exigencias legales en la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, según el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).

En la sentencia, que es firme y contra la que no cabe recurso, se viene a decir que “la inadecuada gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos provocaba la liberación al aire, suelo, sedimentos y agua de los elementos químicos contenidos en su interior, lo cual generaba un riesgo de afección sustancial a la calidad del aire, suelo y agua,  de modo que gran parte podía desembocar en la ría de Asua”.

El tribunal considera que el que fuera vicepresidente y el director general, y por ende la empresa, diseñaron y establecieron unos procedimientos “inadecuados” como forma de tratar gran parte de este tipo de residuos en la planta de Erandio y que éstos se tomaron como protocolo a seguir por parte del resto de los trabajadores. “Estos procedimientos se asumían por parte de los mandos intermedios, quienes se encargaban de transmitir las órdenes y las instrucciones a los operarios, quienes, a su vez, se encargaban de llevar a cabo las operaciones de tratamiento inadecuadas relatadas”, dice la Audiencia de Bizkaia.

A la luz de esta sentencia, me surgen no pocas cuestiones a plantear y que las resumiré a continuación.  

En primer lugar, cabe preguntarse si las sanciones y penas no han sido muy pequeñas e incluso irrisorias. Sí que es cierto que el Código Penal es muy magnánimo para este tipo de delitos, requiriéndose la demostración de daños sustanciales, aunque también la judicatura podría ser ejemplar e imponer incluso inhabilitaciones, que también están recogidas en el artículo 325 del citado.

En segundo lugar, la empresa ha salido públicamente diciendo con un comunicado de prensa “que no ha afectado ni a las salud de los trabajadores ni al medio ambiente”. Me parece una auténtica desfachatez, cuando la sentencia señala que “los hechos están probados”. Toda su defensa ha sido afirmar que sus malas prácticas no han perjudicado a sus trabajadores, ni al medio ambiente, y que los residuos les llegaban mezclados y en mal estado, cuando la normativa existente contempla la posibilidad de su devolución por no conformidad.  

En tercer lugar, quiero recordar que durante muchos años Indumetal Recycling ha sido calificada como una empresa “modélica” y como ejemplo ilustrativo del reciclaje y solución al problemas de la creciente generación de residuos eléctricos y electrónicos (RAEEs). Pero, la realidad ha demostrado ser otra. 

En cuarto lugar, cabe preguntarse también qué ha hecho la Administración competente en la materia, es decir, el Gobierno vasco, en cuanto a sus labores de control e inspección de la empresas durante esos años, así como los productores y distribuidores de AEEs que tenían convenios y entregaban RAEEs a esta empresa, y algunos medios de comunicación que utilizaban sus instalaciones para ilustrar lo bien que se reciclaban en el Estado español los electrodomésticos. Todo ello me lleva a afirmar la necesidad de realizar más controles e inspecciones a las empresas que se dedican a la gestión de residuos. 

En quinto lugar, conviene analizar y reflexionar sobre las repercusiones que tiene este delito medioambiental en la ciudadanía y en el sector de los residuos. El pasado miércoles 5 de junio, en el programa de Euskal Telebista (ETB 2) “Quédate con Xabier García Ramsen”, después de una entrevista que le hicieron al ingeniero y experto en el reciclaje de residuos, Fernando Hoyos,  se recogieron las opiniones de ciudadanos y ciudadanas, que vinieron a decir casi de forma  casi unánime si merece la pena realizar la recogida selectiva de residuos y su posterior recuperación y reciclaje, cuando nos encontramos con algunas empresas que hacen verdaderas fechorías, como Indumetal Recycling.

Este tipo de malas prácticas también afecta al sector de residuos, que sale muy malparado. En dicho sector conviven empresas que lo hacen muy bien, en consonancia con sus códigos deontológicos explicitados, y con las que todos y todas nos gusta trabajar, con otras que blanquean su imagen de forma descarada y descarnada (“greenwhasing”, lavado verde), o perpetran impunemente malas prácticas medioambientales, que deberían ser expulsadas en caso de ser sancionadas con sentencias firmes de los foros en los que participan. Estas empresas con su actividad ilícita ponen en peligro a todo el sector.

La sección primera de la Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado por un delito contra el medio ambiente con la concurrencia de la atenuante de dilaciones indebidas -es decir, por retrasos en la Justicia- a la empresa Indumetal Recycling S.A. de Erandio y a cuatro de sus responsables. En una sentencia de conformidad, aceptada por las partes, el tribunal impone una pena de dos años de cárcel y una multa de 19.500 euros al que fuera vicepresidente de Indumetal Recycling S.A entre 2008 y 2018 y al director general de la empresa. Además, condena a siete meses de prisión y multa de 7.500 euros al jefe de planta entre 2013 y 2017 y al encargado y responsable de Calidad, Medio Ambiente y Prevención de Riesgos Laborales. Asimismo, condena a la persona jurídica Indumetal Recycling S.A. a una multa de 60.000 euros por el citado delito.

El tribunal declara probado que la empresa, dedicada al reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, y el resto de acusados, “cada uno en su parcela de responsabilidad”, incumplieron “de forma sistemática” al menos desde 2013 y hasta el inicio de la investigación por estos hechos, en 2016, las exigencias legales en la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, según el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).