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Korrika, tolerancia y diversidad

Angel Toña Guenaga

Consejero de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco —

Hoy, día 21 de marzo, Día Internacional contra la Xenofobia y el Racismo, he participado en la Korrika, a su paso entre Irún y Behobia, junto a una amplia representación de organismos, instituciones y asociaciones que día a día combaten tanto el racismo como la xenofobia. He recorrido esa parte del maratón de la tolerancia que es trabajar por una sociedad basada en la igualdad de sus residentes sin discriminación ni social ni política por raza, etnia, religión u origen y para hacer de la diversidad una ventana de oportunidad para Euskadi, para la Euskadi del futuro. El mestizaje es un proceso tan normal como la presencia de Williams en el Athletic: es solo cuestión de tiempo.

La sociedad europea está viviendo un retroceso manifiesto en tolerancia y se encuentra en el dilema de tener que resolver la ecuación resultante entre la necesidad de inmigración y su rechazo social. Dijo Machado que una de las dos Españas nos helaría el corazón, parece que otro tanto puede ocurrir con Europa. En este sentido es curioso cómo representantes que reprochan a los nacionalismos subestatales, luego practican sin ninguna vergüenza torera el nacionalismo de Estado, en forma de auténticos finlandeses, de Aurora Dorada, lepenianos todos, Ukip inglés..., para, por un lado, abortar el proyecto europeo y, por otro, inutilizar la identidad europea, que sería el marco adecuado para articular una política no estatalizada de inmigración y diversidad.

Para resolver favorablemente en favor de la tolerancia la lucha entre la Europa de los documentos impecables y los crecientes comportamientos implacables, hay que tener en cuenta que de la xenofobia no se sale imitando al xenófobo, ni de la persona maltratadora siguiéndole el juego, sino cercando esa zona gris con un área de seguridad. Ha sido frecuente pensar que a la bestia se le aplaca asumiendo algunos de sus puntos de vista, con lo que si tenemos a nuestra derecha un partido xenófobo, pues también nosotros que estamos un poco más a la izquierda nos hacemos ligeramente xenófobos y resolvemos la cuestión. Y luego el que está un poco más a la izquierda, y el que está un poco más... Pues, no es el camino. En estos casos suele ocurrir uno de los peores procesos que aparecen en los libros canónicos sobre gestión de la diferencia: el paso de la xenofobia dispersa y desestructurada, habitual en cualquier sociedad, a la xenofobia institucional y semi-organizada, que es cuando realmente se generan y se ponen en marcha las zonas de aquiescencia, cuando la impunidad queda inaugurada, cuando la discriminación y cosas peores comienzan a salir gratis.

Ante la xenofobia institucional sólo cabe la afirmación democrática, dejar nítidamente claro que no se va a seguir ese juego, y es lo que hizo mi predecesor en el cargo, Juan Mari Aburto. La afirmación democrática consiste en priorizar las vías democráticas y las coaliciones oportunas frente a la xenofobia. Eso es lo que nos enseño el proceso electoral francés que enfrentó a Le Pen padre con Jacques Chirac en 2003. Que no se caiga en el error de la emulación, porque con la xenofobia lo que debe ser una lucha ideológica se convierte ineludiblemente en un plebiscito sobre la democracia.

Una coalición oportuna es la que ha recorrido contra la Xenofobia y el Racismo hoy entre Irún y Behobia, y en la que gustosamente he llevado el testigo, que en las manos de esta coalición multicolor es por el euskara y por la decencia democrática. Invito a que en los próximos días, aunque no se ajusten al Día Internacional, la Korrika también sirva para hacer conseguir pequeñas coaliciones locales por la diversidad. El sirimiri y la Maratón es parte de la solución.

Como dijo el lehendakari Urkullu en su declaración del 17 de diciembre del año pasado, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la persona migrante: “Las personas inmigrantes no son el ”Otro entre Nosotros“. Son ya, de hecho, parte del ”Nosotros“ vasco del futuro que estamos construyendo desde ahora entre todas y todos. La inmigración y las nuevas diversidades que la acompañan debe ser una oportunidad y un incentivo para volver a pensar, colectivamente, la sociedad vasca que queremos para todos nosotros y para las futuras generaciones. Si acertamos hoy con los compromisos que adoptemos y con las decisiones que tomemos estaremos poniendo las bases para un futuro mejor”.

Hoy, día 21 de marzo, Día Internacional contra la Xenofobia y el Racismo, he participado en la Korrika, a su paso entre Irún y Behobia, junto a una amplia representación de organismos, instituciones y asociaciones que día a día combaten tanto el racismo como la xenofobia. He recorrido esa parte del maratón de la tolerancia que es trabajar por una sociedad basada en la igualdad de sus residentes sin discriminación ni social ni política por raza, etnia, religión u origen y para hacer de la diversidad una ventana de oportunidad para Euskadi, para la Euskadi del futuro. El mestizaje es un proceso tan normal como la presencia de Williams en el Athletic: es solo cuestión de tiempo.

La sociedad europea está viviendo un retroceso manifiesto en tolerancia y se encuentra en el dilema de tener que resolver la ecuación resultante entre la necesidad de inmigración y su rechazo social. Dijo Machado que una de las dos Españas nos helaría el corazón, parece que otro tanto puede ocurrir con Europa. En este sentido es curioso cómo representantes que reprochan a los nacionalismos subestatales, luego practican sin ninguna vergüenza torera el nacionalismo de Estado, en forma de auténticos finlandeses, de Aurora Dorada, lepenianos todos, Ukip inglés..., para, por un lado, abortar el proyecto europeo y, por otro, inutilizar la identidad europea, que sería el marco adecuado para articular una política no estatalizada de inmigración y diversidad.