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Aitor Rabanal

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Vergonzoso, una vez más. Cuatro carroñeros, porque son cuatro, anuncian el homenaje a un cobarde asesino. En este caso de Fernando Buesa y Jorge Díez, en torno a unas fiestas de barrio como son las de Judizmendi.

Cosas así, parece ser, que sólo pueden pasar en Euskadi. Y los que hemos estado siempre al lado de la justicia, al lado de las victimas del terrorismo y trabajando por las libertades de todos los ciudadanos de bien, incluso pagando el alto precio de perder la vida, ahora tenemos que agachar la cabeza, olvidar y claudicar ante actos vomitivos de homenaje a quienes segaron la vida de ertzainas. Esto no tendría explicación ni cabida en otros lugares de Europa. En ningún país civilizado se permitiría lo que se viene permitiendo aquí. ¡Ya vale!

Pues desde aquí les digo que este acto no se va a celebrar. Desde aquí pido a las autoridades que prohíban dicho acto y que, si se realiza, identifiquen y actúen contra toda rata que lo apoye. Así pues, esperamos que tanto el Departamento de Seguridad como la Fiscalía actúen para evitar este tipo de actos que no hacen más que humillar a nuestros ertzainas.

Desde aquí les digo también, que si esto no es así, muchos ciudadanos de bien y entre ellos muchos ertzainas, empezaremos a exigir respeto sobre la memoria de las victimas.

*Aitor Rabanal es agente de la Ertzaintza con nº profesional 14442 y secretario de organización de Euspel

Vergonzoso, una vez más. Cuatro carroñeros, porque son cuatro, anuncian el homenaje a un cobarde asesino. En este caso de Fernando Buesa y Jorge Díez, en torno a unas fiestas de barrio como son las de Judizmendi.

Cosas así, parece ser, que sólo pueden pasar en Euskadi. Y los que hemos estado siempre al lado de la justicia, al lado de las victimas del terrorismo y trabajando por las libertades de todos los ciudadanos de bien, incluso pagando el alto precio de perder la vida, ahora tenemos que agachar la cabeza, olvidar y claudicar ante actos vomitivos de homenaje a quienes segaron la vida de ertzainas. Esto no tendría explicación ni cabida en otros lugares de Europa. En ningún país civilizado se permitiría lo que se viene permitiendo aquí. ¡Ya vale!