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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Descalificaciones y cantos de sirena

Uno no sale de su asombro cuando lee el titular en el que EH Bildu tacha de reaccionario el pacto fiscal al que ha llegado el PSE.EE con el PNV y al que se ha adherido, tras unas modificaciones mínimas, el PP. Uno estudia el acuerdo de estos dos partidos en Euskadi y no puede sino felicitarse porque, por fin, se avanza en la idea de que somos un país que por fin, va a tener un sistema fiscal para la ciudadanía de los tres territorios vascos que lo conforman, pues deja expedita la vía para que se apruebe en las juntas generales el sistema fiscal común de los ciudadanos vascos. Un pacto que se compromete, como nunca se había hecho hasta la fecha, en la lucha contra el fraude y la elusión fiscal y con el que los firmantes adquieren compromisos concretos que habrán de trasladar al ámbito de gestión de las diputaciones, gobierno, OCT, Consejo vasco de finanzas…etc.

Uno no sale de su asombro cuando se miente diciendo “con la entrada del PP en el pacto, se elimina la interconexión de datos entre territorios históricos, lo que obstaculiza la lucha contra el fraude fiscal. Se trata de una medida que recibió el visto bueno del PSE en Gipuzkoa”. [ Gara 2013/10/9 pag. 23 Iraia Oiarzabal].

El pacto establece actuaciones concretas contra el fraude fiscal como la constitución de la Comisión que elaborará un plan conjunto, anual, en el seno de la OCT, integrada por 4 miembros de gobierno y diputaciones, que se reunirá como mínimo dos veces al año (noviembre y mayo). Se prevén convenios de colaboración entre las diputaciones para la formalización de un sistema estable y recíproco de intercambio de información, incluyendo la interconexión de las bases de datos tributarias… ¡Cómo se puede afirmar esto! cuando se dice textualmente en el pacto “la interconexión de las bases de datos tributarias… para permitir el acceso recíproco en tiempo real a la información que precisen en relación a actuaciones fiscales de su competencia, tendrá, al menos, la misma intensidad y contenidos que los que se recogen en el Convenio que firmaron el 11 de mayo de 2011, el Departamento de Hacienda y Finanzas de la Diputación Foral de Gipuzkoa y la Agencia Estatal de la Administración tributaria plasmado en la orden foral 481/2011…”. Es decir, se toma como referencia lo acordado en Gipuzkoa; por eso, precisamente, por eso no se quiere entrar en un análisis detallado de la cuestión. Se opta por la mentira y la descalificación sin entrar en análisis alguno.

Quien lo tacha de reaccionario no entra en el análisis de los contenidos porque dicho calificativo no se sostiene a no ser que el mismo calificativo se extienda a Martín Garitano y su equipo que pactó con el PSE-EE el sistema fiscal en vigor en Gipuzkoa y con el que las diferencias, como bien se ha encargado de afirmar el PP, son mínimas. Veamos:

- Las rentas superiores a 91.000 euros tributan en Gipuzkoa igual que en el referido pacto [46% de 91.370 a 121.819; 47% de 121.820 a 177.649; 49% a partir de 177.650] Igual de reaccionario en uno que en otro. Quizá es que prefieren el sistema que opera en el resto de España.

- Ahorros y plusvalías: el sistema guipuzcoano grava los ahorros con el 21% los primeros 1.500 euros, el 23% hasta 8.500 y el 25% a partir de ahí. El acuerdo del PSE.EE y PNV era gravar con el 21% los 15.000 primeros euros de ahorro y plusvalía, 23% para los siguientes 15.000 euros y el 25% a partir de ahí. Ahora con la pequeña modificación introducida por el PP se han introducido 3 tramos para los ahorros menores de tal forma que los 2.500 euros primeros tributarán al 20%, de 2.500 euros a 10.000 al 21% y de 10.000 a 15.000 al 22%. Es decir, que las diferencias con lo acordado con los guipuzcoanos no son sustanciales. Vamos, que si la propuesta fiscal acordada con la adhesión del PP equivaliera a 100 en una supuesta escala de carácter reaccionario la de Martín Garitano y su equipo estaría en 99,9. El sistema del resto de España es dos puntos más gravoso que el de Gipuzkoa y el acordado para todo Euskadi.

- Deducción de vivienda: vaya como previo para ver la escasa incidencia de lo añadido por el PP a lo acordado previamente por el PSE con el PNV en esta materia, que la adquisición de vivienda está en mínimos y que más de la mitad de los jóvenes en edad de trabajar y con voluntad de hacerlo no tienen trabajo. Pero veamos las “abismales diferencias”: Bildu en Gipuzkoa establece un crédito fiscal de 30.000 y en el pacto se mantiene el que había de 36.000 euros, Bildu fija el 15% y un límite anual deducible de 1.500; el pacto , un régimen general del 18% ( 20% para jóvenes y familias numerosas) y un límite anual de deducción de 1.530 euros en el tratamiento de vivienda habitual. El pacto establecía para el alquiler de vivienda un régimen general del 20% con límite de 1.600 y para familias numerosas era de 25% con límite anual de 2.000. Ahora con la modificación introducida por el PP se deduce un 23% con límite de 1.700 anuales. Es ésta, quizá, la parte más novedosa, pero teniendo en cuenta que nadie compra casa, que los jóvenes no se independizan y por tanto no alquilan, sólo nos quedan como hipotéticos beneficiarios las familias numerosas, un grupo reducido, que, sin lugar a duda, debe tener un tratamiento fiscal de discriminación positiva en un contexto de envejecimiento de la población como el que tenemos en Euskadi. Nadie puede considerar esto como reaccionario. En el resto de España sólo se desgrava a rentas inferiores a 24.000 euros y con un límite de 1.352 euros.

- En el impuesto de sociedades la gran diferencia es que el pacto fiscal tiene un mínimo establecido para los beneficios empresariales del 13%, que no tiene fijado en Gipuzkoa Martín Garitano; el tipo general del 28% y el 24% para las Pymes es idéntico en los dos casos. El añadido del PP es la deducción de 600 euros por contratación indefinida de menores de 30 años, parados de larga duración y colectivos de difícil inserción laboral. No creo que sea como para considerar la cuestión como reaccionaria viendo cómo está el nivel de desempleo en Euskadi .En el Estado se aplica un tipo general del 30% y un 25% para PYMES.

- En donaciones no hay diferencias se aplica el mismo 1,5%. Por tanto, igual de reaccionario el pacto que el sistema tributario de Bildu.

- En sucesiones el pacto PSE.EE- PNV establece una exención individual de los primeros 400.000 euros en familiares de primer grado y a partir de ahí un gravamen del 1,5%. Esta es la gran diferencia con Bildu pues aquí el mínimo exento se reduce a 220.000 euros en las herencias y se grava a partir de ahí el 1,5%. Desconozco el nivel de recaudación que por esta cuestión pero no creo que sea base suficiente para descalificar lo acordado! Esta es la gran diferencia entre los dos sistemas!

- En la aportación a planes de pensiones el máximo desgravable se ha fijado en 5.000 euros, la misma cantidad acordada para el 2.013 en Gipuzkoa Garitano y Romero. En el resto de España se puede deducir hasta un máximo de 10.000.

La conclusión, mal que les pese a algunos, es que avanzamos hacia un sistema más igualitario, más progresista, más armonizado y por tanto, más justo y equitativo. Es cierto que en algún aspecto muy puntual se puede retroceder en progresividad pero no tiene entidad para que se descalifique lo acordado. ¡Sin exagerar!. Nadie ha dicho que este sea un acuerdo fiscal maravilloso, como tampoco lo es el acuerdo de Gipuzkoa sellado con el PSE.EE pero nadie le puede negar a este acuerdo lo que persigue: obtener los recursos suficientes para mantener los servicios públicos y sociales, evitar los recortes, luchar contra el fraude y la elusión fiscal. Es un pacto que se rige por el principio de que paguemos todos y los que más tienen paguen más. Podrán decir todas las majaderías que se les ocurra pero afirmar sin ruborizarse que se va a castigar a las rentas del trabajo es mentir como bellacos; éste no es un pacto reaccionario ni conservador; si algún aspecto muy puntual puede suponer un paso atrás en progresividad estoy convencido que esto se compensará con una mayor recaudación global en otros aspectos y sobre todo con la armonización fiscal para toda la ciudadanía de Euskadi que esto entraña.

Ante las palabras de Ortúzar y Quiroga de que el pacto sobrepasa lo fiscal, ya se verá. El PNV parece haber aprendido la lección de lo que sucedió con los presupuestos de 2013, no creo que caiga en el mismo error. En el caso del PP, la relación de fuerzas en juntas generales de Alava y el Ayuntamiento es bien diferente a la que hay en Euskadi o en Gipuzkoa. Pero en todo caso resulta patético el papel de la desautorizada y puenteada presidenta del PP vasco, un partido que hasta ayer descalificaba el acuerdo con palabras gruesas tanto en prensa como en el parlamento, en el pleno de política fiscal y ahora, tras dar un giro de 180 grados y , una vez autodesautorizados De Andrés y G. Damborenea, el PP tiene prisa. Ahora quiere un pacto presupuestario que garantice la estabilidad de todas las instituciones, y en especial las gobernadas por el PP en Alava.

El pacto fiscal compromete al PSE.EE pero no es un cheque en blanco para que PNV y PP saquen sus presupuestos; para 2014 hay que negociar en cada territorio y en Euskadi.

Ya saben los socialistas los riesgos de pactar con la derecha pero la política debe ser útil a los ciudadanos, por eso, en lugar de colocarse en una oposición deslegitimadora como la que practicó el PNV con López, han preferido hacer una oposición nítida, útil y responsablemente constructiva. El PSE-EE debe seguir, desde la exigencia del cumplimiento de los compromisos adquiridos, haciendo una oposición a estos gobiernos tan nítida como responsable y constructiva. Por tanto, si bien hay acuerdo en cómo generar más ingresos con una nueva política fiscal, ahora toca la parte del gasto en los presupuestos del año que viene. Habrá que negociarlos y acordarlos; si se incumple lo pactado, si no se negocia el gasto desde el respeto a lo firmado no me cabe la menor duda de que el PSE.EE no apoyará los presupuestos de 2014.

Uno no sale de su asombro cuando lee el titular en el que EH Bildu tacha de reaccionario el pacto fiscal al que ha llegado el PSE.EE con el PNV y al que se ha adherido, tras unas modificaciones mínimas, el PP. Uno estudia el acuerdo de estos dos partidos en Euskadi y no puede sino felicitarse porque, por fin, se avanza en la idea de que somos un país que por fin, va a tener un sistema fiscal para la ciudadanía de los tres territorios vascos que lo conforman, pues deja expedita la vía para que se apruebe en las juntas generales el sistema fiscal común de los ciudadanos vascos. Un pacto que se compromete, como nunca se había hecho hasta la fecha, en la lucha contra el fraude y la elusión fiscal y con el que los firmantes adquieren compromisos concretos que habrán de trasladar al ámbito de gestión de las diputaciones, gobierno, OCT, Consejo vasco de finanzas…etc.

Uno no sale de su asombro cuando se miente diciendo “con la entrada del PP en el pacto, se elimina la interconexión de datos entre territorios históricos, lo que obstaculiza la lucha contra el fraude fiscal. Se trata de una medida que recibió el visto bueno del PSE en Gipuzkoa”. [ Gara 2013/10/9 pag. 23 Iraia Oiarzabal].