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Un paso importante para la adopción de un sistema de retorno de envases

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El Gobierno español pondrá en marcha en el plazo de dos años en todo el Estado, y, por tanto, también en Euskadi, el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) para botellas de plástico de un solo uso, después de comprobar que en el año 2023 únicamente se recogió el 41,3% de estos envases, frente al objetivo del 70%, marcado por la Ley estatal de Residuos y Suelos Contaminados para ese año. 

El sistema depósito, devolución y retorno (SDDR) se basa en vender aguas, cervezas, zumos y refrescos, que son los productos que más consumimos fuera del hogar, con una pequeña cantidad económica extra que, al retornar latas, botellas o briks a la tienda para su correcta reutilización o reciclaje, la persona recupera íntegramente.

Esta es una práctica que se conoce como ‘devolver el casco’, ya que era de uso habitual hasta los años 80, y que funciona con éxito en 50 países y regiones de todo el mundo (16 actualmente en la UE) que recuperan de media el 90% de los envases de bebidas para su reutilización y/o reciclaje en nuevos envases, a la vez que han solucionado el problema de la contaminación causado por latas, botellas y briks en el medio ambiente.

La implantación de este sistema es una consecuencia de que no se han cumplido los objetivos intermedios marcados, según el Ministerio para la Transición Ecológica. Así, de acuerdo al porcentaje de recogida separada de botellas para el año 2023, no se alcanzan los objetivos de recogida separada establecidos en el artículo 59 de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, para el año 2023 y, en consecuencia, se deberá implantar, en todo el Estado y en el plazo de dos años, un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR).

Esta decisión se enmarca en la publicación por parte del Ministerio para la Transición Ecológica el pasado 22 de noviembre de los datos de recogida separada de botellas de plástico de bebidas de menos de tres litros de 2023. El resultado del análisis del Ministerio es que la tasa de esta recogida selectiva en el 41,3%, y, por tanto no se alcanzan los objetivos de recogida separada establecida en la Ley española de Residuos y Suelos Contaminados para ese año, que debería de haber sido del 70%. 

De esta manera, el 22 de noviembre de 2026, latas, botellas y briks de aguas, zumos, refrescos y cervezas podrán devolverse a tiendas y supermercados, como ya ocurre en 16 países de la UE (19 en 2025) y en unos 50 países y regiones de todo el mundo, para asegurar la reutilización y el reciclaje de más del 90% de todos los envases de bebidas.

“Esta decisión supone dar un gran paso hacia delante para acabar con el abandono diario de 35 millones de envases de bebidas que ocurre cada día en el Estado español y que dañan tanto nuestra salud como nuestro medio ambiente”, dicen las organizaciones ecologistas, y, es una forma para promover una herramienta de economía circular limpia que ayude en la mitigación de los efectos de la emergencia climática“. 

Por su parte, Ecoembes, que a través del contenedor amarillo tenía el monopolio de la recogida de plásticos, ha mostrado su disconformidad y ha aducido discrepancias técnicas sobre la medición. Pero, no es así, ni muchos menos. Diversos estudios atestiguan que el SDDR dispara la recogida separada de botellas de plásticos, latas y briks, y reduce el llamado “litering”, basura abandonada en cualquier lugar.

La puesta en marcha del SDDR implica al conjunto de las comunidades autónomas, entre ellas Euskadi. El plazo de dos años -noviembre de 2026- para su puesta en marcha es corto si no se empieza ya. A nivel estatal, ya que hay unos cuantos temas a tratar y adoptar decisiones, pero, en el caso de Euskadi, también. En nuestra comunidad, en la pasada legislatura, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, anunció la implantación de un proyecto piloto de devolución y retorno de envases, que no se ha hecho. En la presente legislatura, los nuevos responsables del Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco no han dicho nada al respecto sobre el SDDR. Y, bueno sería que lo hicieran. 

Si bien la implementación del SDDR es ahora una obligación legal, su éxito dependerá de cómo se diseñe y ejecute en el Estado, y, también en Euskadi. Y, una buena forma para que sea exitosa su puesta en marcha, sería la realización de algunos proyectos pilotos que podrían permitir hacer mejor su extensión e implantación en nuestra comunidad.  

En el caso de Navarra, hay que decir que la Ley Foral de Residuos y su Fiscalidad, que fue aprobada el 7 de junio de 2018 por el Parlamento de Navarra de forma exitosa, y  calificada de pionera en el contexto estatal, ya fijaba la realización de una prueba técnica del SDDR, y en base a los resultados obtenidos, ver su posible implantación en el conjunto de la comunidad. De esta forma, se adelantó a la Ley española de Residuos y Suelos Contaminados aprobada en 2022, aunque dicha prueba se ha postergado a lo largo de seis años, aunque por fin se realizará en el municipio de Sangüesa a comienzos del próximo año 2025.

El Gobierno español pondrá en marcha en el plazo de dos años en todo el Estado, y, por tanto, también en Euskadi, el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) para botellas de plástico de un solo uso, después de comprobar que en el año 2023 únicamente se recogió el 41,3% de estos envases, frente al objetivo del 70%, marcado por la Ley estatal de Residuos y Suelos Contaminados para ese año. 

El sistema depósito, devolución y retorno (SDDR) se basa en vender aguas, cervezas, zumos y refrescos, que son los productos que más consumimos fuera del hogar, con una pequeña cantidad económica extra que, al retornar latas, botellas o briks a la tienda para su correcta reutilización o reciclaje, la persona recupera íntegramente.