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Un PSOE unido es imprescindible para el cambio de gobierno en España
Tras la aplastante victoria de Pedro Sánchez en las primarias del 21 de Mayo espero y deseo, como lo espera y desea la gran mayoría de los socialistas, estar asistiendo al penúltimo capítulo de un período de crisis que comenzó en 2010 y que se cerrará con la celebración del congreso del 16-18 junio. Un congreso en clave de unidad, integración y cambio, que procederá a elegir la nueva ejecutiva del nuevo tiempo. Inmediatamente después, y en paralelo, se van a secuenciar las primarias provinciales y autonómicas en toda España.
Un calendario apretadísimo, pero plenamente democrático y estatutario. Dos meses con un agosto inhábil que nos permitirán comenzar octubre con todo el partido renovado y con ganas de seguir recuperando el espacio socialdemócrata perdido en estos últimos 7 años, como lo estamos haciendo a tenor de lo que dicen algunas encuestas.
El proyecto socialdemócrata renovado de la izquierda que aspira a gobernar España y a desalojar a Mariano Rajoy está en marcha porque la afiliación y también la ciudadanía empieza a ver en el PSOE la alternativa. Para ello es necesario cerrar bien todos los procesos y hacerlo con unidad, integración y lealtad al proyecto que ha vencido en las primarias por mayoría absoluta.
Sobran las disputas internas, hace falta contención, generosidad y altura de miras para que no perdamos de vista el objetivo: el cambio de gobierno. Son noticias gratificantes la incorporación de Cristina Narbona a la presidencia del partido, su trabajo de referencia en materia de cambio climático y de transición energética; también lo es la incorporación de Carmen Calvo, ex ministra de Cultura, a la secretaría de Igualdad, o el ofrecimiento a Patxi López de integración en su equipo…porque todo ello indica que el cambio en el PSOE está en marcha y este es el previo para el cambio en el país.
Todo el mundo sabe que la unidad es un requisito previo para ser la alternativa ; eso lo saben también nuestros adversarios y, sobre todo, lo saben nuestros enemigos; por ello, unos y otros, alientan nuestra división de manera sistemática amplificando discrepancias, alentando ambiciones personales, distorsionando lo que decimos, magnificando desaciertos o, lisa y llanamente, desacreditando a nuestro secretario general tachándolo de izquierdista, veleta, inconsistente etc… como , de manera injustificada y gratuita, se ha hecho desde determinados medios.
La unidad no es fácil. La pluralidad que convive en el PSOE es de tal magnitud y tan diversa, ideológica y territorialmente, que la unidad cuesta más. En su día, el PSOE fue considerado la “casa común” de la izquierda porque en él confluyeron diferentes corrientes y partidos en especial tras la caída del muro; ahora, debemos partir del principio clarificador de que “somos la izquierda” para la integración de la diversidad; que nadie piense que vamos a integrar para luego volver a la experiencia de que nos dirijan con arreglo a estrategias socio-liberales, de tercera vía, tipo Blair, o , declaradamente liberales como le ha ocurrido al PSF con Hollande- Macron y Valls. El PSOE no es el PSF, ni el PASOK. No lo vamos a permitir. No es esa la apuesta de los que hemos dado nuestro apoyo a Pedro Sánchez, ni del proyecto aprobado como alternativa al diseñado por los ponentes que, al parecer, no van a comparecer , ni a defender la ponencia marco encargada por la disuelta Gestora, que tampoco quiere dar cuenta del balance de sus 8 meses de gestión. Es la enmienda a la totalidad de “Somos socialistas por una nueva socialdemocracia” el texto de la mayoría para el 39 congreso y así espero que lo hayan entendido todos tras los resultados del 21 de Mayo.
Los otros dos candidatos han reconocido la victoria de Pedro Sánchez, se han puesto a su disposición y, con más o menos convicción, se “disponen a arrimar el hombro”. La unidad no se puede desvincular ni de la integración, ni de la lealtad. Tras lo ocurrido el 1 de Octubre nadie entendería una reedición de disputas de poder internas; por ello, el ganador debe integrar y hay datos que avalan que lo está intentando y, a su vez, va a requerir lealtad, no sólo de cara al Congreso y la conformación de la comisión ejecutiva, sino también con vistas a los congresos locales, provinciales y autonómicos inmediatos. El proceso se cerrará el 1 de octubre de 2017, un año después del inefable Comité Federal de infausto recuerdo.
En Euskadi, la unidad pasa por que los procesos congresuales confirmen el proyecto ganador de la nueva socialdemocracia de Pedro Sánchez e integren el caudal de ilusión y esperanza de renovación. Todos a una. No es hora de disputas, sino de cerrar filas para consolidar el liderazgo de Idoia Mendía y marcar el perfil propio del PSE-EE en el conjunto del PSOE y en los gobiernos de coalición con el PNV en los que estamos.
Porque en el caso vasco, la unidad tiene un elemento de responsabilidad añadido que nos interpela a todos a ser más responsables en los procesos congresuales y de primarias que se abren tras el Comité Nacional de 5 de Junio; estamos gobernando en el gobierno vasco, en las tres diputaciones y en los ayuntamientos de las tres capitales con el PNV. Nadie entendería en Euskadi a estas alturas que cambiáramos de líder y de estrategia cuando llevamos 6 meses en el gobierno en el gobierno y a mitad de legislatura en ayuntamiento y diputaciones. El acuerdo con el PNV tras las municipales y forales y el posterior acuerdo para el Gobierno Vasco no deben ser objeto de discusión, en mi opinión, como no lo debe ser la disputa de liderazgo, como algunos pretenden, intentado capitalizar un deseo de cambio que compartimos de manera mayoritaria todos, incluso, la secretaria general. Apostar por un nuevo liderazgo en estos momentos es una irresponsabilidad cuando los tres territorios se han pronunciado en sus “congresillos” por la integración y cuando Idoia Mendía se ha puesto a disposición de Pedro Sánchez.
La opción por ser una izquierda útil, que gobierna y que acuerda, es la apuesta que aprobó el Comité Nacional del PSE-EE y en la que estamos embarcados todos. El cambio de los socialistas vascos en Euskadi , por tanto, pasa por unir más el partido, por hacer visible la impronta de nuestras políticas en los gobiernos donde estamos y por hacer una buena gestión en las instituciones locales y forales; el cambio pasa por incorporar savia joven a los equipos de dirección, por activar los grupos de trabajo sectoriales y por llevar a la práctica el proyecto que aprobemos para el conjunto de España a mediados de Junio en el Congreso federal del PSOE y su adecuación al congreso de Euskadi.
La socialdemocracia vasca, el PSE-EE, tiene la obligación de ser útil a los ciudadanos, marcar perfil propio, mejorando sus condiciones de vida, de trabajo, generando nuevas oportunidades de empleo, reforzando el estado del bienestar, y redistribuyendo la riqueza con una reforma fiscal más justa, equitativa y progresiva, y, en definitiva, aportando soluciones a los problemas de desigualdad, pobreza, precariedad, violencia de género, discriminación lingüística en el acceso a la función pública,…; para ello es necesario que el PSE-EE cierre sus procesos congresuales unido y fortalecido para así encarar con mejores perspectivas las próximas elecciones.
Somos parte de una izquierda útil, el PSOE, que, como acabamos de saber, fue capaz de llevar ante el tribunal constitucional la amnistía fiscal de 2012 del PP y conseguir que sea declarada inconstitucional por unanimidad ( Montoro, dimisión) ; una izquierda útil que ante el reto de Cataluña se remite al diálogo y a la política para reformar la constitución para seguir juntos ; una izquierda útil que trabaja por que la corrupción no quede impune ( Catalá y Zoilo, dimisión) , por que la separación de poderes se garantice ( fiscal reprobado a casa) y por que se articule una nueva mayoría que desaloje a Rajoy de la Moncloa etc… Una izquierda que sabe que hay razones para censurar a Rajoy y su gobierno, pero que sólo planteará una moción de censura cuando previamente la haya acordado con una mayoría parlamentaria en todos sus términos (programa, calendario y candidato) para ganarla.
El PSOE que en estas primarias ha demostrado ser el partido más democrático y participativo de España debe salir de su congreso, más unido, renovado y fortalecido; convertido en un instrumento más útil para la sociedad y para mejorar la vida de los ciudadanos; un PSOE que ponga punto final a su crisis y afronte el futuro de cambio que la mayoría de la sociedad anhela, porque somos imprescindibles para el cambio de gobierno en España.
Tras la aplastante victoria de Pedro Sánchez en las primarias del 21 de Mayo espero y deseo, como lo espera y desea la gran mayoría de los socialistas, estar asistiendo al penúltimo capítulo de un período de crisis que comenzó en 2010 y que se cerrará con la celebración del congreso del 16-18 junio. Un congreso en clave de unidad, integración y cambio, que procederá a elegir la nueva ejecutiva del nuevo tiempo. Inmediatamente después, y en paralelo, se van a secuenciar las primarias provinciales y autonómicas en toda España.
Un calendario apretadísimo, pero plenamente democrático y estatutario. Dos meses con un agosto inhábil que nos permitirán comenzar octubre con todo el partido renovado y con ganas de seguir recuperando el espacio socialdemócrata perdido en estos últimos 7 años, como lo estamos haciendo a tenor de lo que dicen algunas encuestas.