Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Las razones de Múgica y el descaro de Arnaldo Otegi
No se trata de una razón “absoluta” porque estoy convencido de que Idoia Mendía acudió a la convocatoria “armada” de espíritu navideño y nada más. Probablemente no llegó a valorar que las fotos derivadas del acto (cocinar algún manjar navideño) pudieran exacerbar tanto algunos ánimos, pero entiendo la reacción del hijo del socialista asesinado por ETA Fernando Múgica. Es tanto el tiempo pasado, sin muertos asesinados por ETA en las páginas de los periódicos o en las pantallas de los televisores, que casi nos hemos olvidado del ayer. Pero en las mesas en que se celebran las cenas de Navidad suele haber huecos, en algunos momentos a causa de muertes naturales de los familiares, pero en otros casos (como ocurre en este caso) los huecos conservan para siempre las figuras, los rostros y los recuerdos de los asesinados por la banda criminal.
Fernando Múgica aún ocupa uno de esos huecos, para sus familiares más íntimos, para todos sus amigos y compañeros, y para todos los hombres y mujeres decentes que, afortunadamente, aún son muchos más que los indecentes. En la casa de José María Múgica, hijo del asesinado Fernando, hay un hueco imposible de llenar y, por tanto, lleno de vacío y de tristeza, normalmente agigantado por cualquier hecho o imagen que pueda ser interpretado como una provocación.
ETA ya no meta, pero nunca ha pedido el perdón solemne que le es exigible. Tampoco lo han hecho quienes, como Arnaldo Otegi, tantas veces la vitorearon y encontraron disculpas a sus asesinatos, aunque lo hicieran recurriendo a salvajes consignas como “todas las violencia” (que intentaba disculpar a la de ETA refiriéndose a ella como una “respuesta”), o “vengan de donde vengan” (como si la de ETA no fuera la violencia más arbitraria de cuantas han existido en nuestra democracia). Todo asesinato y toda violencia son tan brutales como rechazables, pero la que elige a sus víctimas en un solo lado, a su libre albedrío, al que primero descalifica y luego “liquida”, cual fue la estrategia de ETA y la Izquierda Abertzale, corre el riesgo de convertir las heridas en pozos y socavones imposibles de cerrar. Como, por otra parte, ni ETA ni la Izquierda Abertzale que representa Otegi, han comparecido seriamente, sin tapujo si subterfugio alguno, para no solo condenar los atentados sino también subrayar su exclusiva responsabilidad y protagonismo, no es extraño que quedancicatrices poco obturadas. Que Otegi comparezca en un acto tan cordial como es compartir los fogones con quien dirige un partido atiborrado de víctimas mortales, debería despertar nuestras sensibilidades.
Realmente, debiera ser Arnaldo Otegi el que eluda estos amagos de cordialidad en tanto no asuma su completa culpabilidad, pero también pueden advertirle los demás que aún no ha sido vacunado con la aguja de la paz, y que su “inmunidad democrática” aún requiere algunos esfuerzos. Igualmente, no me cabe ninguna duda de que compartir espacios con él va a ser inevitable (más inevitable aún por parte de Idoia Mendía), porque la vida política no puede prescindir ni dejar fuera de los debates informativos a alguien que comanda a la segunda fuerza política de Euskadi, pero una cosa son los foros de debate y discusión política, y otra son los espacios de diversión, por lo que la formación abertzale debería cuidar a sus representantes en dichos foros. Por ejemplo, Urízar no es Otegi, e igualmente puede enfundarse un delantal y cocinar un suculento manjar. ¿Acaso la elección de Otegi para tal acontecimiento responde a una estrategia de validación social de Arnaldo? Pues yo le propongo otra más sencilla y contundente: asumir la culpa exclusiva y afrontar el protagonismo suyo y de su formación (que no es de todo EHBildu) en las muertes, extorsiones y violencia de ETA, eso sí con los arrepentimientos y peticiones de perdón correspondientes…Y después ya tendrá tiempo y posibilidades de aderezar guisos.
No se trata de una razón “absoluta” porque estoy convencido de que Idoia Mendía acudió a la convocatoria “armada” de espíritu navideño y nada más. Probablemente no llegó a valorar que las fotos derivadas del acto (cocinar algún manjar navideño) pudieran exacerbar tanto algunos ánimos, pero entiendo la reacción del hijo del socialista asesinado por ETA Fernando Múgica. Es tanto el tiempo pasado, sin muertos asesinados por ETA en las páginas de los periódicos o en las pantallas de los televisores, que casi nos hemos olvidado del ayer. Pero en las mesas en que se celebran las cenas de Navidad suele haber huecos, en algunos momentos a causa de muertes naturales de los familiares, pero en otros casos (como ocurre en este caso) los huecos conservan para siempre las figuras, los rostros y los recuerdos de los asesinados por la banda criminal.
Fernando Múgica aún ocupa uno de esos huecos, para sus familiares más íntimos, para todos sus amigos y compañeros, y para todos los hombres y mujeres decentes que, afortunadamente, aún son muchos más que los indecentes. En la casa de José María Múgica, hijo del asesinado Fernando, hay un hueco imposible de llenar y, por tanto, lleno de vacío y de tristeza, normalmente agigantado por cualquier hecho o imagen que pueda ser interpretado como una provocación.