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“¿Tú, bombera?”, el eterno cuestionamiento al que se enfrentan las mujeres del cuerpo de Bomberos

Tres bomberas del parque de Iurreta, en Bizkaia

Maialen Ferreira

25 de febrero de 2023 21:46 h

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“¿Tú, bombera?” es la pregunta que se ha cansado de escuchar Nuria cada vez que explica que está estudiando una oposición para ser bombera en Euskadi. “Siempre nos enseñan que los bomberos son hombres, ahí tenemos lo del calendario de bomberos. Ser bombera es algo que siempre me ha gustado y me ha llamado la atención, pero es verdad que también es algo reivindicativo, porque ya va siendo hora de que haya igualdad también en este sector”, explica la joven bilbaína de 25 años. Según lamenta, cada vez que habla sobre lo que está estudiando comienzan los cuestionamientos por su altura y peso. “Solo con decir que estoy estudiando para ser bombera, hombres y la mayoría mayores, me empiezan a decir 'imagínate que me tienes que levantar a mí' y es verdad que no soy muy alta y estoy delgada, pero si paso las pruebas será porque podré hacerlo”, insiste.

Cuando Nuria comenzó a estudiar la oposición había otras dos chicas en la academia. “Una lleva tiempo presentándose y estaba en mi grupo, pero lo dejó, imagino que por la presión”, sostiene. La media de tiempo para aprobar una oposición de bombero oscila entre los cuatro y los cinco años, dependiendo de las capacidades tanto físicas como mentales de los aspirantes. Las pruebas físicas, al igual que ocurre con los cuerpos de Policía, están adaptadas para las mujeres. “Nosotras, por ejemplo, tenemos unos segundos más para hacer las carreras de velocidad y resistencia. Hay otras pruebas en las que tenemos que hacer menos repeticiones o levantar menos peso”, explica Nuria, que reconoce que ese tipo de medidas puede llegar a causar polémicas. “Siempre hay quien dice que las mujeres tienen que esforzarse menos y que luego eso puede llegar a afectar al trabajo. Mis compañeros de estudio no lo suelen criticar tanto, pero sí que he escuchado a un bombero decir que en su grupo hay una mujer y que él le ha tenido que llevar su material en alguna ocasión, pero un mal día lo puede tener cualquiera, independientemente de si es hombre o mujer y puede que el próximo día tenga que llevar la chica el material de este señor”, indica la aspirante a bombera.

Solo con decir que estoy estudiando para ser bombera, hombres y la mayoría mayores, me empiezan a decir 'imagínate que me tienes que levantar a mí'

Nuria Opositora a bombera

En Euskadi hay únicamente 36 mujeres en los cuerpos de Bomberos de una plantilla total de 1.346, según datos oficiales del 2021. Por ello, el Gobierno de Iñigo Urkullu ha aprobado un proyecto de ley para regular los denominados Servicios de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) e incluye, según ha expuesto el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, unas primeras “medidas correctoras de la actual infrarrepresentación de las mujeres en las plantillas”. Son iniciativas en línea con las adoptadas en la Ertzaintza o en los cuerpos de Policía Local y se concretan en que las OPE deberán reservar una cuota mínima de entre el 25% y el 40% para mujeres. Es probable que cuando Nuria acceda al cuerpo de Bomberos estas medidas ya estén en vigor.

Garazi es una de las 36 bomberas que hay en Euskadi. Lleva seis años en el cuerpo, cinco de ellos con plaza fija. El primer año como bombera de Bilbao y después en el parque de Artaza, gestionado por la Diputación de Bizkaia. A diferencia de Nuria, Garazi jamás pensó en convertirse en bombera, de hecho estudió una ingeniería y fue profesora, sin embargo, la vida le llevó por ese camino. “No tenía ningún referente de mujer bombera, pero al hacer mucho deporte y conocer a chicos que sí que lo eran me animé. El primer día me miraron como un bicho raro”, recuerda, “y a día de hoy sí que me dicen que es raro que yo sea bombera, porque siempre hemos sido el sexo débil. Soy la única mujer del parque de bomberos y aunque los compañeros no se portan mal conmigo sí que he escuchado comentarios machistas. Siento que las mujeres estamos muy expuestas. Por el hecho de ser mujer todo el mundo se fija en lo que estoy haciendo y siento un control mayor en mi trabajo. Aún queda mucho por hacer”, reconoce.

Ignacio es compañero de Garazi y aunque confiesa haber escuchado comentarios machistas contra ella, valora lo positivo que es contar con una mujer en el cuerpo de Bomberos. “Para mí es muy positivo que haya mujeres. Antiguamente se consideraba que en nuestro trabajo solo se necesitaban a hombres grandes y fuertes, pero la situación ha cambiado mucho. Ahora hace falta otro perfil y ahí las mujeres se adaptan muy bien. Garazi, por ejemplo, es muy buena en algunas intervenciones, mejor que muchos hombres, como en los temas sanitarios o en introducirse en un coche que ha tenido un accidente para atender a la persona atrapada”, explica.

El primer día me miraron como un bicho raro y a día de hoy sí que me dicen que es raro que yo sea bombera, porque siempre hemos sido el sexo débil

Garazi Bombera del parque de Artaza, en Bizkaia

A pesar de que el objetivo de la nueva medida es “avanzar hacia la igualdad de mujeres y hombres en el acceso, provisión de puestos de trabajo y promoción interna en los servicios de extinción de incendios”, Ignacio lamenta que el hecho de que haya una cuota específica para ellas pueda hacer que estén “aún más en el punto de mira”. “Ellas siempre tienen un ojo puesto encima, lo tienen el doble de complicado porque tienen que demostrar constantemente que pueden hacer su trabajo igual que los hombres. Con esa ley, además de aguantar eso, van a tener que escuchar comentarios de que están ahí porque son mujeres y les han metido en el cuerpo por eso. Tendrán la sensación de que no merecen estar dentro y van a tener que demostrar más todavía”, lamenta el bombero.

Euskadi cuenta con 26 parques de bomberos, los que pertenecen a las capitales y los gestionados por las diputaciones forales. El Ayuntamiento de Vitoria cuenta actualmente con ocho mujeres en un cuerpo de 125 efectivos (6%). El de Donostia llega a ese porcentaje con siete bomberas de 121. En el caso de Bilbao, son solamente tres de 203 funcionarios. En el caso de los cuerpos forales, en Álava hay tres mujeres de 181, en Gipuzkoa cuatro de 282 y en Bizkaia once de 430.

Cuotas para mujeres: ¿“Paso atrás” o medida necesaria?

Adriana es una de las bomberas que reconoce que la ley que establece una cuota mínima de entre el 25% y el 40% para mujeres supone “un paso atrás”. A diferencia de Garazi, en su cuerpo de bomberos, gestionado por la Diputación de Álava, cuenta con otras dos mujeres de una plantilla de 180. En los tres años que lleva como bombera, considera que no le han “transmitido machismo” ni ha percibido “un trato diferente” salvo “los prejuicios que alguna persona” le ha mostrado “puntualmente”, asevera. “A nivel personal considero que las cuotas pueden generar un prejuicio equivocado que a las mujeres no nos va a venir nada bien. Más allá de fomentar la igualdad, la impedimenta. Las mujeres ya estaban entrando al cuerpo de manera natural. Si ahora entran todas las que se presentan vas a hacer que haya más bomberas, pero no es justo, porque entrará una mujer que haya sacado un 5 en la nota y un hombre que se ha preparado más se puede quedar fuera”, insiste la bombera, que recalca que las leyes podrían centrarse en mejorar el cuerpo de Bomberos en temas como la lactancia, la maternidad o en incentivar a las mujeres para que se animen a opositar.

Las cuotas pueden generar un prejuicio equivocado que a las mujeres no nos va a venir nada bien. Más allá de fomentar la igualdad, la impedimenta

Adriana Bombera de la Diputación Foral de Álava

En este sentido y para justificar la necesidad de implementar nuevas medidas, como la cuota, una de las fases del proyecto de ley de Prevención y Extinción de incendios y Salvamento incluye un informe del Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) que analiza con perspectiva de género todas las pruebas que se deben cumplimentar para ser bombero. “Estudios han revelado que las pruebas de selección para el puesto de bombero son el reflejo de un campo masculinizado, donde existe una gran resistencia a la entrada de mujeres. Puede existir discriminación en el proceso de reclutamiento y selección de candidatos para determinados puestos. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la mayoría de los test están hechos basándose en muestras masculinas, es decir, que el candidato va a ser hombre y se basan en la tradicional distribución de roles de género entre hombres y mujeres. A estos roles se les da un valor social distinto. Es decir, se valoran más las características masculinas que las femeninas. En este sentido, entre los test de eficiencia, actitud, psicológicos o de razonamiento y los de habilidad, destrezas o psicomotricidad, se valoran más los últimos y esas son cualidades que los hombres van adquiriendo en su proceso de socialización”, detalla el documento.

El informe prosigue justificando que las pruebas físicas tienen sentido porque “es necesario que un bombero tenga grandes capacidades físicas”, sin embargo, detalla que se debe analizar “cuál es el peso específico que tiene la habilidad física” en el día a día de un bombero, en comparación con otras habilidades como la resistencia a las situaciones de estrés, la empatía o la inteligencia emocional, rasgos que en su mayoría están más relacionados con el trabajo realizado por mujeres. Además, el documento aclara que más allá del proceso de selección no se les hacen pruebas físicas a los bomberos a lo largo de su carrera y no se pide que se mantenga un nivel físico específico, por lo que “las pruebas de selección no coinciden con las necesidades funcionales del trabajo a realizar”.

Estudios han revelado que las pruebas de selección para el puesto de bombero son el reflejo de un campo masculinizado, donde existe una gran resistencia a la entrada de mujeres

Emakunde

En cuanto a la entrevista que se realiza en el proceso de selección, desde Emakunde advierten que la opinión subjetiva y los estereotipos de género que tenga la persona entrevistadora son un factor importante a tener en cuenta. “Por ejemplo, no se valora de la misma manera que un hombre diga que se va a casar o que está casado a que lo diga una mujer. En el caso de las mujeres quiere decir que va a tener más responsabilidades en el hogar o que puede convertirse en madre a corto plazo, mientras que en el caso de los hombres, el casarse o el ser padre son sinónimos de compromiso y estabilidad”, asegura el informe, cuyo análisis concluye que con adaptar las pruebas físicas no es suficiente para implementar la igualdad real en el cuerpo de Bomberos.

Tras la aprobación del proyecto de ley, la ley pasará ahora al Parlamento, aunque su aprobación está garantizada debido a que el Ejecutivo de PNV y PSE-EE tiene mayoría absoluta para sacarla adelante. No obstante, en la legislatura la tónica general ha sido la de intentar ampliar los acuerdos con grupos de la oposición y el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha informado de que ya ha solicitado comparecer en la Cámara para explicar los detalles del texto para avanzar ya en la tramitación.

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