Calefacción a 20 grados y aire acondicionado a 25 en las instituciones vascas desde el 1 de septiembre
Euskadi ha iniciado este viernes sus “recomendaciones” dentro del contexto internacional de ahorro energético ante los incrementos de precios y posibles reducciones en el suministro en el contexto de la invasión de Rusia a Ucrania. Es solamente una propuesta que será matizada en agosto para su aplicación “a partir del 1 de septiembre” y solamente afecta al día a día de las instituciones -a sus edificios, funcionarios y otros usuarios- y no todavía a empresas y ciudadanía, pero adelanta ya algunas medidas. ¿En qué se traducen? La calefacción no pase de 20 grados en invierno -15 por la noche y en fin de semana- y el aire acondicionado no baje de 25 grados. “Es seguir estrictamente lo que dice la Unión Europea”, se subraya.
El documento de recomendaciones, surgido de una reunión del Gobierno vasco con las tres diputaciones y la asociación de municipios vascos Eudel y presentado por la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, plantea también la renovación de aparatos antiguos como frigoríficos, cambios de bombillas viejas por LED y apagado de iluminación si no es estrictamente necesaria, apagado de aparatos electrónicos que no lo hagan de manera automática, reciclaje de papel o reducción del consumo de agua caliente.
En cuanto a la movilidad, “se debe promover” el traslado al trabajo a pie, en bicicleta o en transporte público “tanto para empleados como para el público” y incluso se insta a reclamar a los ayuntamientos aparcabicis. Si se conduce, toca “acelerar y frenar con suavidad”, no tener un ralentí de más de un minuto y meter marchas más largas. “Los nuevos vehículos en todas las administraciones vascas deben usar energías alternativas”, añade el documento, aunque contradice la práctica de algunas licitaciones recientes de organismos públicos. El diésel actual -se justifica- es mucho más eficiente que el de hace unos años: “Poco a poco se irá transitando a esos vehículos alternativos”.
La consejera Tapia ha repetido un doble mensaje. Por un lado, ha enfatizado que se avecina un contexto de “emergencia energética”. Pero, por otro lado, ha recalcado que no prevé cortes de suministro en Euskadi. Además, ha explicado que más que un plan específico se trata de “intensificar” prácticas ya necesarias ante el cambio climático. Se cumplen ahora tres años de que Euskadi decretara la emergencia con solemnidad. En todo caso, Tapia ha matizado que, evidentemente, no es lo mismo un edificio institucional al uso que “un colegio, una comisaría u Osakidetza”, con otros horarios y necesidades. También ha puntualizado que la ventilación se mantendrá si así lo estiman los protocolos sanitarios para prevenir la transmisión de la COVID-19, para lo que es un pilar fundamental.
El Gobierno subraya que “por cada grado” de más de calefacción o de menos de , se incrementa un 7% el consumo. Y que una tonelada de más de papel son “14 árboles y 50.000 litros de agua”. “Creo que merece la pena que nos quedemos con esos datos”, ha emplazado Tapia. Y ha añadido: “No pedimos duchas con agua fría. Pero igual lavarse las manos sí. O cerrar el grifo al lavarse los dientes”. El documento recoge también un emplazamiento claro a los afectados: han de usar ropa adecuada porque “llevar poca es incoherente con quejarse de frío en la oficina”.
En todo caso, las recomendaciones no tendrá carácter de normativa obligatoria y, por lo tanto, con incumplimientos sancionables. Se trata de “solidaridad” y “responsabilidad”, según Tapia. “No se trata tanto de sancionar sino de ser conscientes de la situación de emergencia energética. En casa vemos la factura y lo mismo nos ocurre en las Administraciones”, ha respondido a preguntas de los medios de comunicación.
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