Casado coloca a Iturgaiz como presidente del PP vasco sin congreso ni primarias a pesar del fracaso electoral de julio
Pablo Casado va a completar la toma de control del PP vasco iniciada en febrero con la salida forzada de Alfonso Alonso de la presidencia y de la candidatura de las elecciones vascas, que finalmente se celebraron en julio y en las que los 'populares', en coalición con Ciudadanos, concurrieron con Carlos Iturgaiz como candidato. Tras varias semanas de movimientos entre bambalinas y muchos meses de preparación, Genova situará el jueves a Iturgaiz también como presidente, un cargo que ya ocupó entre 1996 y 2004. Con esta operación, Casado fulminará a la 'número dos' de Alonso y presidenta desde febrero, Amaya Fernández, que había mantenido la línea moderada y foralista frente a un discurso más duro de Iturgaiz, que naufragó en las autonómicas.
El movimiento se hará en una junta directiva regional que ya ha sido convocada para las 17.30 horas. Ni habrá primarias –que es como fue elegido Casado en 2018– ni se esperará siquiera al congreso que el PP vasco tiene pendiente para 2021 y en el que la candidatura de Iturgaiz podría haberse encontrado con una alternativa, ya fuera la de Fernández o la de otra persona del sector 'alonsista', que sigue teniendo un importante peso interno. Es casi ya una tradición que el PP vasco cambie de líderes de forma traumática, ya que así se produjeron también las designaciones de Arantza Quiroga o la del propio Alonso. Tampoco resultó pacífico el fin de la etapa de María San Gil.
Tras la salida del exministro de Sanidad con Mariano Rajoy, en el PP vasco se había instalado una suerte de bicefalia. Fernández dio continuidad a la línea política anterior en el plano institucional pero en la estrategia y mensajes de campaña fue ostensiblemente apartada para dar todo el protagonismo a Iturgaiz, sin cargo orgánico alguno y elegido por Casado. Los resultados electorales supusieron un duro golpe para el PP, que se ha quedado en solamente 4 escaños de 75 en el Parlamento Vasco, ya que los otros dos electos son de Ciudadanos, un partido que antes no tenía ningún cargo público en Euskadi. Antes de la campaña, Génova ya maniobró contra la presidenta, como publicó este periódico. Y, después de los comicios, Fernández no se mordió la lengua: “[Con Alonso] Todas las encuestas oficiales que teníamos en Euskadi daban una representación no inferior a siete escaños”. Iturgaiz, en cambio, no hizo autocrítica.
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