Los clubes y los sindicatos policiales denuncian la violencia alrededor del fútbol

Los dos arrestados este viernes en Donostia por la agresión a aficionados del Real Betis Balompié en los aledaños del Real Arena de la Real Sociedad están ya en libertad con cargos. Finalmente, los detenidos no eran ultras del equipo local sino de un grupo similar del Deportivo Alavés, Iraultza 1921. El club vitoriano ha anunciado que tomará las medidas oportunas contra ellos si se confirma esta participación. También la Real Sociedad ha condenado la violencia y ha adelantado que expulsará como socios a los posibles aficionados que estén implicados. “Si se derivara que alguno de los implicados es socio del Club, la Real Sociedad adoptará las medidas disciplinarias oportunas para no dar cabida en su seno a estas personas”, ha explicado la entidad.

Por su parte, el principal sindicato de la Ertzaintza (Erne) ha denunciado la falta de personal y de material adecuado para que la Ertzaintza pueda hacer frente “con seguridad tanto para los agentes como para la propia ciudadanía” a los “grupúsculos de alborotadores” que crean incidentes en eventos deportivos como los llevados a cabo este pasado viernes. Los altercados se saldaron con, al menos, cuatro heridos.

La central sindical afirma que en Euskadi hay un problema “grave de seguridad pública en los eventos deportivos y una incapacidad política para solucionarlo”. En declaraciones a Europa Press, el miembro de la junta rectora Sergio Gómez de Segura ha recordado que el sindicato lleva advirtiendo desde hace “mucho tiempo” que no se toma “suficientemente en serio” toda la problemática de incidentes en la vía pública ligados a eventos multitudinarios deportivos o de tipo político o social. “Lo estamos viendo en todas las ciudades y en todos los países, y es un tema que va en aumento. Necesitamos mejores materiales y habrá que modernizar el material antidisturbios con el que contamos”, ha manifestado, para incidir también en la necesidad de mejorar la investigación para controlar a “esa gente que es peligrosa y se mueve”. “Hay que tenerla controlada, saber qué relaciones tienen unas aficiones con otras, cómo quedan, estar al tanto las redes sociales, para determinar también el número de agentes que se destinarán a cubrir toda esta serie de eventos”, ha explicado.

Tras lamentar que “siempre es escaso” el personal que acude a los escenarios de posibles incidentes de orden público, ha insistido en la necesidad de contar con un número de agentes suficiente para poder “cortar cualquier tipo de eventualidad”. El representante sindical ha recordado que la Ertzaintza cuenta en la actualidad con unos 7.500 agentes en activo, lo que supone unos 500 menos de los 8.000 que deberían tener. Dicho esto, ha precisado que se necesitaría aumentar ese número y llegar a los 8.500 ertzainas para dar un servicio “adecuado”.

También ha criticado la falta de inversión en el material que se debe emplear para dar seguridad a los agentes y, sobre todo, a los ciudadanos, que son los requieren los servicios de la Ertzaintza ante altercados de orden público, con furgonetas que tienen “más de 20 años y muchísimos kilómetros a las espaldas”. Además, una vez eliminado el uso de lanzadores de pelotas de goma para dispersar a los alborotadores, se obliga a los agentes de la Brigada Móvil a entrar “mucho más al cuerpo a cuerpo” empleando las porras y escudos. “Si se quiere ir al cuerpo a cuerpo, tenemos que ir siempre más agentes que ciudadanos haya manifestándose”, ha advertido, para señalar que “lo que no se puede pretender es que, con una presencia en la calle de 500 personas, con 30 agentes lo vayamos a tener controlado”.