Con retraso a pesar de la disposición normativa que le obliga a hacer cada año, la Comisión de Ética de Euskadi ha publicado finalmente ya las memorias correspondientes a su actividad en los años 2018, 2019 y 2020, como consta en su página web. Sin embargo, son los documentos más breves de toda su trayectoria desde que se creó en 2013 y en el caso de 2020 se ha incluido en la de 2019 ya que no consta que tuviera actividad.
La Comisión de Ética es el órgano que vela por que los cargos de la Administración autónoma cumplan los preceptos del código de conducta que firman al acceder a sus puestos. En la actualidad, está presidido por la consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi, y desde su creación hasta 2020 la dirigió su predecesor en ese cargo, Josu Erkoreka. Son cinco sus miembros. tres cargos del Gobierno y dos expertos independientes. Con Garamendi, participan el viceconsejero de Función Pública, José María Armentia y, como secretario, el director de gabinete de la consejera, Alberto Saiz. Con ellos están Elisa Pérez Vera, exmagistrada del Tribunal Constitucional, y Txetxu Ausín, filósofo del CSIC. El punt g del apartado tercero del artículo 16 del código les obliga a “realizar un Informe Anual de Supervisión del Cumplimiento del Código Ético y de Conducta”.
En su trayectoria, ha propuesto la destitución de un único cargo, el exdirector de Ejie, Agustín Elizegi, que realizó adjudicaciones a su empresa de procedencia. En el resto de casos, algunos de ellos no exentos de polémica, ha defendido las actuaciones de los cargos, salvo un pequeño apercibimiento al entonces Director de Presupuestos, Hernando Lacalle, por no comunicar que estaba siendo investigado por una subvención a la entidad DenokInn. Como 'jurisprudencia', tiene establecido que no juzga ya las actuaciones previas o posteriores a la estancia en el cargo, como el salto del exconsejero de Salud Jon Darpón y otros miembros de su equipo a una empresa de la Sanidad privada nada más abandonar sus responsabilidades públicas. También ha remarcado que, como norma general, solamente la apertura de juicio oral es motivo de censura, no simplemente estar implicado en una investigación.
La situación de la Comisión de Ética saltó a la palestra porque fue en marzo de este año cuando emitió un primer dictamen desde 2019, sin que constara a qué se debía semejante parón. Fue precisamente para avalar el paso de Darpón y otros cargos a la privada, a Keralty. Después han llegado otras dos resoluciones. La más reciente felicitó a la consejera actual de Salud, Gotzone Sagardui, por su actuación ante las irregularidades en la vacunación de dos gerentes de hospitales de Bilbao, Eduardo Maíz y José Luis Sabas, ambos exediles del PNV. Finalmente, se conoció que, aunque se había anunciado públicamente, nunca existió consulta sobre el papel de la directora del Instituto de la Memoria, Aintzane Ezenarro, en las continuas adjudicaciones de contratos a empresas del grupo Montai, propiedad del cargo del PNV Aitor Elorza.
Las nuevas memorias cambian completamente el formato y maquetación de las anteriores. También son ostensiblemente más cortas en cuanto a extensión. La de 2018 tiene seis páginas, a las que se adjuntan las resoluciones ya conocidas de ese ejercicio. La de 2019 y 2020 tiene 20 páginas. En 2017 tuvo 37, en 2016 28, en 2015 54 y la primera, de 2014, contó con 58 páginas. Algunas de ellas llegaron a ser presentadas tras el Consejo de Gobierno como hitos de gestión y llegaron a tener ISBN y depósito legal. En la más reciente ya se deja claro que “el motivo de la fusión de ambos años en un único texto no es otro que la inexistencia de acuerdos tomados por la Comisión de Ética Pública en el año 2020. ”Pensamos que carece de sentido realizar una memoria específica de dicho año, procediendo a realizar las menciones oportunas al mismo en este texto que, por lo tanto, englobaría los contenidos de las memorias tanto del 2019 como de 2020“, abundan. Se alude desde fuentes oficiales a la pandemia y a la celebración de elecciones como motivos principales del parón del pasado año. Lo que queda claro es que la memoria de 2019 no solamente no se publicó, sino que no estaba elaborada, porque de lo contrario no habría sido conocido con antelación que en 2020 no iba a haber actividad.
A lo largo de estos meses, la oposición ha sido muy crítica con la Comisión de Ética. Tanto PP+Cs como EH Bildu han preguntado en el Parlamento a Garamendi por lo que estaba ocurriendo. Desde la bancada abertzale, Josu Estarrona ha acuñado el sobrenombre de “Comisión de Estética” para referirse a ella. “Atendiendo a los precedentes, ya sabemos en qué dirección irán esos dictámenes. En la de eximir. Se van a dedicar a maquillar actuaciones de dudosa honestidad, de dudosa ética, como lo han hecho hasta ahora [...]. El sentido de los 68 dictámenes emitidos hasta la fecha desde 2013 [...] se dedican a construir tesis exculpatorias para no reconocer el mal proceder de la mayoría de las denuncias sustanciadas”, señaló en un debate con Garamendi en la Cámara. Estarrona también ha cuestionado la independencia de otros órganos de control como el Tribunal de Cuentas -a cuyo frente está el exdirigente del PNV José Luis Bilbao- o la Autoridad Vasca de la Competencia.
elDiario.es/Euskadi
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