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El taladro culmina la destrucción del escudo franquista de Vitoria y el Estado pide quitar la calle al alcalde Lejarreta
Con palabras grandilocuentes, la delegada del Gobierno de España en Euskadi, la socialista Marisol Garmendia, ha solemnizado este mediodía que se ha retirado y destruido el escudo franquista que presidía una de las dos torretas de la Subdelegación en Álava y que era el último símbolo de este tipo en una calle vasca. Hay incluso vídeos de la eliminación física del emblema, que fue colocado en 1953. Garmendia ha contrapuesto la diligencia de su partido en el cumplimiento de las leyes de memoria democrática y de reconocimiento a las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura frente a los pasos atrás de PP y Vox. Y ha invitado a la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, también del PSE-EE, a que retire la calle dedicada al segundo alcalde ilegítimo de Vitoria tras el golpe de Estado de 1936, José Lejarreta, algo que nunca ha estado realmente en los planes de los diferentes ayuntamientos de la capital ya que supuestamente fue un regidor que apoyó las fiestas locales.
“Es un día importante para Vitoria”, ha recalcado en euskera y castellano Garmendia, que ha recordado a los “cientos” de alaveses que combatieron la dictadura. “Cumplimos el mandato de la ley de memoria democrática del Gobierno de España, quitando para siempre de la fachada de este edificio público el escudo franquista, un escudo anticonstitucional y antidemocrático. Y quienes niegan esta realidad desde la extrema derecha y desde los Gobiernos autonómicos que gobierno con el PP no hacen más que alimentar la división, el odio y la intolerancia hacia quienes piensan y sienten diferente y el populismo autoritario”, ha manifestado ante los medios de comunicación.
La realidad, sin embargo, es que el escudo franquista ha sobrevivido a la regulación de los escudos de 1981, a la ley de memoria histórica de 2007, a la reforma de 2022 y a la normativa autonómica sobre la materia, que sin excepciones preveían la retirada de este tipo de simbología. De hecho, el actual Gobierno ha incumplido varios plazos que ha ido dando. Finalmente, ha incluido la retirada en unas obras de reforma del complejo oficial de Olaguíbel que ahora están renovando el antiguo Palacio de Justicia, abandonado desde hace años y donde estaba colgado el emblema. Esta operación empezó el viernes y ha terminado ahora. En la otra torreta, las oficinas de la Subdelegación, luce ya desde años un escudo constitucional. En la del escudo franquista ha quedado un cuadrado diáfano que no se rellenará con nada, en principio.
En Vitoria queda otro escudo similar. Está en el interior de la catedral nueva, la de María Inmaculada, pero lleva años cubierto por una tela. Además, mantiene una calle el alcalde José Lejarreta, que entre otras medidas colaboró con los tribunales excepcionales dando los nombres de los cargos republicanos. Se puede leer aquí más sobre esta figura redibujada por cierta historiografía local hasta hacerlo el “alcalde de los blusas”, es decir, el impulsor de las fiestas y de las cuadrillas.
“No tengo ninguna duda de que la alcaldesa está trabajando ya para seguir cumpliendo, como hoy hemos hecho con este escudo, con la ley y que en Vitoria sigamos recuperando la dignidad”, ha indicado preguntada por Lejarreta la delegada Garmendia. El anterior alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, llegó a decir que “a pesar de ser alcalde en tiempos de Franco” fue una buena persona que hizo mucho por la ciudad y por los vitorianos“ y su sucesora, Etxebarria, nunca ha sido clara sobre este cuestión.
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