La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a Nelson David M., el sospechoso de los asesinatos de hombres en Bilbao en 2021, a siete años y medio de prisión por intentar matar a un hombre con el que quedó a través de una aplicación de citas y al que trató de realizarle, sin éxito, la maniobra de ahogamiento 'mataleón'. El tribunal ha considerado al procesado autor de un delito de tentativa de homicidio y rechaza su versión “exculpatoria” durante el juicio que se celebró el pasado octubre y en el que el procesado trató de rebajar los ataques a un móvil económico y no sexual. La sentencia es recurrible y, por lo tanto, no firme.
La sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia de Bizkaia, fechada el 13 de noviembre y notificada este jueves a las partes, establece también, además de la pena de cárcel, la prohibición de que el procesado se acerque a la víctima, a su domicilio o a cualquier otro lugar en el que se encuentre, a una distancia inferior a 500 metros y a que se comunique con él por cualquier medio durante ocho años y medio. En concepto de responsabilidad civil, la sala fija una indemnización de 10.800 euros por las lesiones, secuelas y daños morales causados a la víctima. El tribunal también acuerda mantener al procesado en prisión provisional hasta que esta sentencia sea firme, ya que existe posibilidad de interponer recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
Una vez la sentencia sea firme, el condenado cumplirá tres cuartas partes de la pena impuesta, sustituyéndose el restante por la expulsión del territorio nacional, es decir, de España, puesto que tiene nacionalidad colombiana, por un plazo de diez años. Según la sentencia el relato de la víctima ha resultado “más lógico y coherente” que la “versión exculpatoria” ofrecida por el acusado en el juicio, que según la Audiencia, es “escasamente verosímil”. En concreto, aseguró, durante el juicio, que fue “un impulso” para “aturdir” a la víctima, pero no quería “hacerle daño, y mucho menos matarle”. “Llegué a su casa y, mientras me preparaba un café, intenté aturdirlo para quitarle las tarjetas. Le abracé fuerte con el brazo izquierdo y salí huyendo, pero no quería hacer daño a nadie”, aseguró el sospechoso de otras siete muertes que, según declararon durante el juicio distintos agentes, están investigando desde la Ertzaintza.
Sin embargo, el tribunal no aprecia que exista alevosía para calificar el hecho de asesinato porque “resulta evidente que la víctima no tuvo imposibilidad de defenderse”, dado que pudo conseguir liberarse de la técnica conocida como 'mataleón' y pedir ayuda. También rechaza la agravante solicitada por la acusación popular de haber cometido el hecho con motivación discriminatoria por la orientación o identidad sexual de la víctima.
En este sentido, el abogado de la acusación popular, Saúl Castro, representante de la asociación de gais, lesbianas, trans, bisexuales e intersexuales de Euskadi, Gehitu, señaló que “la manera en la que seleccionaba a las víctimas implicaba necesariamente que fueran víctimas con orientación sexual determinada: hombres homosexuales o bisexuales, por lo tanto, creemos que el injusto es mayor y tiene que incorporarse a la hora de condenar porque había una motivación discriminatoria, no lo cometía contra cualquier hombre, sino contra los que tenían esas aplicaciones”, algo que no ha sido probado según la sentencia. “Ni de la dinámica comisiva, ni de las circunstancias anteriores y posteriores a los hechos se deriva ningún dato indicativo de que el acusado actuara guiado por dicho ánimo discriminatorio intolerable”, concluye el tribunal.
Sí que se aplica, la agravante por aprovechamiento en la ejecución del hecho de las circunstancias de lugar y tiempo que “debilitaron la defensa de la víctima”. También se aprecia la circunstancia atenuante de anomalía psíquica, al probarse que en la fecha de los hechos el procesado presentaba un “trastorno antisocial de la personalidad asociada a un consumo abusivo de tóxicos”. No obstante, la sentencia matiza que no ha tenido en cuenta para esta condena las investigaciones policiales que se siguen frente al procesado como “sospechoso respecto a otros episodios de indiciaria naturaleza delictiva con aparentes similitudes en la dinámica comisiva”, al no constar que haya “resolución definitiva firme en ninguna de las causas judiciales incoadas” contra él.
Las claves del caso
El mayo de 2022 salió a la luz el caso de un hombre que en 2021 presuntamente había intentado asesinar a varias personas con las que contactaba a través de una aplicación de citas. Las pocas informaciones que habían sido confirmadas en aquel momento apuntaban que se investigaba un único caso de presunto homicidio consumado con demostración de prueba toxicológica y positivo en GHB. Además de este, se investigaban otros dos casos de presunto homicidio en grado de tentativa, es decir, frustrados, y se había abierto una línea de investigación en tres fallecimientos más que, en ese momento estaban certificados como muerte natural y que aún siguen así.
Tras semanas de investigaciones, en las que se contó con el trabajo de otros cuerpos policiales tanto de España como de otros países, principalmente de América Latina, y en las que el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka y el jefe de la Ertzaintza, Josu Bujanda, realizaron varias comparecencias tratando de aclarar lo ocurrido, el sospechoso, al ver que su imagen estaba siendo distribuida por las redes sociales, se presentó de forma voluntaria en una comisaría de la Ertzaintza en Irún. Días después el juez titular del el Juzgado de Instrucción número 6 de Bilbao, José María Eguia, decretó prisión provisional.
El pasado octubre se celebró el juicio por intento de homicidio de una de las víctimas. Las tres jornadas de juicio, con los testimonios del acusado, la víctima, las vecinas de la víctima, los ertzainas y los forenses que han participado en el caso dejaron entrever que el acusado, más allá de por este delito, está siendo investigado por la muerte de un total de siete personas y el intento de asesinato de otras dos, ya que en la habitación del acusado encontraron “documentación bancaria sobre compras con las tarjetas de los fallecidos, y bizums realizados minutos después de sus muertes”. Junto con ello, también hallaron teléfonos móviles de algunos de los fallecidos. Todos ellos utilizaban la misma aplicación de citas. Según la hipótesis de los ertzainas que han declarado, las personas fallecidas y que fueron declaradas como muertes naturales, “pudieron ser atacadas con la técnica del abrazo o 'Mataleón'”, que produce asfixia, la misma de la que la víctima de este caso logró escapar.